miércoles, 19 de abril de 2017

SÍ AL REFERENDUM EN CATALUNYA.

Afinidades Anticapitalistas

Al menos un sector significativo de miembros de Afinidades fuimos militantes de la LCR en la década de los 70. Ya entonces nos manifestamos contrarios a la Constitución del 78, contribuimos a  impulsar el debate social sobre sus contenidos y propusimos su rechazo. (1)
Recuperamos una parte de la declaración publicada (hace casi 40 años) y su crítica al anteproyecto constitucional en lo referente al apartado Nacionalidades y Regiones. Meses después, el artículo 2 del Título Preliminar –texto aprobado por las Cortes el 31.10.78- instituía “la indisoluble unidad de la Nación española”. Décadas después, persistimos en el mismo enfoque radical democrático.
 El tramo de “memoria” que recuperamos aquí, nos vale como un posible prólogo al artículo publicado por Martí Caussa en la web de viento sur porque finalmente, si “la legalidad catalana sigue chocando con la legalidad española”, la responsabilidad de la izquierda solidaria peninsular ya se está retrasando y en la medida que la constitución del 78 tapona institucionalmente la mayor extensión de las libertades, la conquista de la Autodeterminación catalana supondrá no solo recuperar un derecho allí sino activar un excelente disolvente del atasco gestado y legado por la llamada transición.

 (1).  Doc. LCR  “No a una Constitución al servicio del capital”.
 “El anteproyecto constitucional excluye la posibilidad de que las nacionalidades del Estado español se autodeterminen. En el debate de la Comisión Constitucional tanto el PSOE como el PCE sostuvieron un criterio contrario a la autodeterminación, cuando ambos lo tienen en sus programas de partido.

El texto definitivo de la ponencia dice en su artículo 2 que “la Constitución se fundamenta en la unidad de España como patria común e indivisible de todos los españoles…”. Con esta afirmación se prejuzga de forma definitiva que la soberanía de los destinos de las nacionalidades no reside en sus pueblos sino en el Estado central.
La aprobación de este artículo es sumamente grave. La negativa al derecho  que las nacionalidades tienen a decidir sin injerencias si desean un Estado independiente, unas relaciones federales basadas en la igualdad de los pueblos o simplemente una autonomía, significa, ni más ni menos, que las opresiones nacionales van a proseguir, que se dificultan conscientemente las relaciones de convivencia entre los pueblos y que se sanciona la tendencia al autoritarismo y centralismo en los que está interesado el gran capital” (…)
Se impone una conclusión: el proyecto constitucional es una soga al cuello de los pueblos del Estado español”.



No hay comentarios:

Publicar un comentario