domingo, 30 de octubre de 2016

NÚMERO 5, NOVIEMBRE 2016

Links en la columna de la derecha… y en diciembre hablaremos del gobierno
Mariano G. Hernández
2.      Reflexiones sobre el futuro de Siria
Manuel Corbera Millán..
3.      Siria y el eje de la resistencia antisionista
Raúl González Bórnez
4.      Hay que parar la guerra en Siria.
Soledad Obispo y Acacio Puig
5.      Testimonio sobre la Guerra en Alepo (Siria)  
Hna. María Guadalupe Rodrigo
6.      Cantabria con los refugiados 
7.      Manifiesto ¡NO al TTIP!
8.      NO a la(s) GUERRA(s)
9.      Overbooking en las CLOACAS de la Política Institucional
Revuelta en el frenopático 
El topo irreverente
10.  Artículo Ligero
Albert Walden
11.  Catalunya: referéndum o referéndum
Marti Caussa
12.  Israel debe aceptar su responsabilidad en la Nakba
Gideon Levy
13.  Antigua cárcel de Segovia: la victoria del olvido
Acacio Puig-
14.  Miseria y fortuna de la mujer, un corto histórico sobre el aborto 
Gisele Lisak
Boni Ortiz
16.  Fotografías
Charo Revilla
17.  Darío Fo, (1926-2016): telón


INDIA: LA MAYOR HUELGA GENERAL de la HISTORIA. Mariano González


El pasado 2 de septiembre de 2.016, la India vivió la mayor HUELGA GENERAL de la historia de la clase obrera mundial, ya que la participación se sitúa según fuentes entre 200 y 300 millones de trabajadoras y trabajadores.
Desde mayo de 2.014 el gobierno esta presidido por el conservador Narendra Modi que encabezaba la ALIANZA DEMOCRATICA NACIONAL (agrupación de partidos nacionalistas de derechas), que se ha propuesto aumentar la tasa de crecimiento de la economía de la India, para lo cual por un lado, van a facilitar  las inversiones al capital extranjero y además propiciar en condiciones muy favorables la venta de bienes del estado (privatizaciones). Por otro lado, se proponen simplificar la legislación social, mediante una reforma del mercado laboral, que entre otras cosas, pretende reducir las coberturas sociales y derechos laborales (ya de por sí escasos), facilitar  y agilizar el despido y aumentar el número de horas extras a realizar.
No es la primera huelga general convocada en India por los sindicatos contra el gobierno de Modi. La anterior se realizó justo un año antes (2-9-15), con una menor participación y que se dejó sentir en la industria, transporte y banca. Esta experiencia hizo tomar nota a los sindicatos y en mayo de 2.016, en una CONVENCION NACIONAL de TRABAJADORES o CONGRESO SINDICAL NACIONAL, se acordó convocar una HUELGA GENERAL para el 2 de septiembre de 2.016.
El gobierno no ha querido reunirse con los sindicatos y tan solo el 30 de agosto en un intento de parar la huelga anunció un incremento del salario mínimo, medida que fue rechazada por los sindicatos, pues solo afectaría a unos centenares de miles de trabajador@s y dejaría en las mismas condiciones a la gran mayoría, pues se estima que existen unos 480 millones de trabajadoras y trabajadores.
La HUELGA GENERAL fue convocada por 12 centrales sindicales, pero una vez conocida la propuesta del gobierno, dos de los sindicatos mayoritarios (BMS y NFITU) ambos próximos al gobierno, se descolgaron de la convocatoria alegando, que la huelga tenía intención política.
Las diez centrales sindicales que finalmente secundaron la huelga fueron: INTUC, AITUC, HMS, CITU, AIUTUC, TUCC, SEWA, AICCTU, UTUC y LPF. La huelga también contó con el apoyo de federaciones independientes de trabajadores y empleados de la administración.
El programa reivindicativo constaba de estos doce puntos:
1-Tomar medidas urgentes para limitar el aumento de los precios mediante la generalización del sistema de distribución pública, y prohibición del comercio especulativo en el mercado de materias primas.
2.-Tomar medidas concretas para crear nuevos puestos de trabajo.
3.-Cumplimiento obligatorio y estricto de toda la legislación laboral, y sanciones severas en caso de violaciones de la misma.
4.-Cobertura universal de seguridad social para todos los trabajadores y trabajadoras
5.-Salarios mínimos  no sean inferiores a 18.000 rupias (Rs) al mes
6.-Garantizar una pensión de jubilación que no sea inferior a Rs 3.000 al mes para todos los trabajadores y trabajadoras
7.-Terminar con la desinversión de empresas del sector público a nivel central y estatal
8.-Terminar con el trabajo a contrata (trabajo precario) en labores de carácter permanente; igualdad salarial para trabajo igual
9.-Eliminar todos los límites máximos de pago y elegibilidad para primas y fondos de previsión; aumentar el monto de las gratificaciones
10.-Registro obligatorio de los sindicatos dentro de un plazo de 45 días y ratificación inmediata de los Convenios 87 y 98 de la OIT
11.-Poner fin a las enmiendas de la legislación laboral
12.-Poner fin a la inversión extranjera directa en los ferrocarriles, seguros y defensa
 El éxito de la huelga debe servir para impulsar acciones por parte de los sindicatos con el fin de arrancar al gobierno mejoras económicas, sociales y laborales al gobierno y a la patronal.
(Para “traducir” los salarios existentes en la India, sepamos que 1,00 € equivale a 72,742 rupias/Rs)












SOBRE EL FUTURO DE SIRIA. Manuel Corbera Millán



Miembro de LIBRES (Asamblea Cántabra por las Libertades y contra la Represión) y de Pasaje Seguro Cantabria.

Después de la breve tregua de medidos de septiembre, la guerra ha continuado e incluso parece haberse recrudecido en algunos frentes como el de Alepo. Sólo parece haber servido –como suele suceder- para proporcionar impulso a quienes persisten en mantener este sinsentido, incomprensible a los ojos de la inmensa mayoría de los ciudadanos y ciudadanas  europeos. Con la información de que disponemos nadie –en caso de que a alguien le interesase pensar en ello- puede ser capaz de establecer una valoración propia, no mediatizada por la pobre, superficial y manipulada información  de los principales medios de comunicación. Las siguientes líneas son el resultado de una lectura atenta de numerosas noticias sobre el conflicto y de las reflexiones a las que me han movido. Con ellas pretendo, simplemente, provocar reflexiones en quien las lea.

A lo largo de estos cinco años de guerra los medios de comunicación mayoritarios, más que esforzarse por permitirnos comprender un conflicto de gran complejidad que está generando enormes sufrimientos en la población siria, han contribuido a la confusión, a presentar a todos los actores como equidistantes en la responsabilidad del conflicto. Cierto que cada vez más el Daesh, es decir, el Estado Islámico, aparece como el frente más bárbaro y sanguinario. Sus crímenes filmados en vídeo se instalan en nuestras retinas y nos llevan a aborrecer a sus ejecutores muy por encima del horror que debiera inspirarnos los miles de asesinatos con armas químicas o con barriles-bomba perpetrados por Al Assad. Claro que esos distintos sentimientos, fruto del diferente énfasis con que se nos presentan las cosas, resulta conveniente a algunas partes. El Daesh sabe que presentando públicamente sus horribles crímenes, provocan una reacción de miedo en todos los que consideran infieles, y particularmente en la ciudadanía occidental que, por otra parte, conoce de cerca las atrocidades de que son capaces. Y, curiosamente, ello resulta también útil a los poderes occidentales en tanto que les permite fortalecer la construcción de ese nuevo “otro” anunciado por Huntington en la teoría que formuló en los años noventa de “choque de civilizaciones”, muy presente sobre todo en EE.UU. El “otro” es el Islam, los musulmanes radicales, y por extensión  todos los musulmanes, también los que viven en el interior de nuestros Estados, también los migrantes y refugiados. Así se va construyendo cuidadosamente un discurso cada vez más xenófobo (islamófobo) que poco a poco va penetrando en la sociedad civil sin que ésta se de cuenta.

Lo que muy pocos medios rebelan es que quien más contribuyó a que el Daesh -que es lo mismo que decir la extrema derecha islamista- se convirtiese en una realidad, fue el propio Bashar Al Assad, el mismo enemigo a quien combaten. Fue el presidente sirio quien desde el principio presentó la guerra como la resistencia contra el yihadismo y quien, a la vez, excarceló a más de 1.500 islamistas radicales de sus prisiones. De ese modo Al Assad eligió a su enemigo en el conflicto, pretendiendo con ello conseguir que Occidente legitimara la represión contra su pueblo, que la aceptase como una lucha contra el terrorismo.

Pocos recuerdan ya, al cabo de 5 años, que el origen de la guerra se encuentra en la rebelión popular que exigía “pan y libertad”. Una rebelión que seguía la senda de las primaveras árabes norteafricanas, que se movilizaba no sólo contra la larga dictadura sino también contra las consecuencias del modelo neoliberal adoptado por el Estado desde que Bashar sucedió a su padre. Contra ella lanzó Al Assad su criminal represión.  Hoy apenas sabemos nada de aquella oposición dispersa en múltiples grupos que acabaron confluyendo en la Coalición Nacional de Fuerzas Revolucionarias y de Oposición, apoyada por el Ejército Libre de Siria formado a partir de muchos oficiales y soldados que desertaron del ejército del régimen. Allí no había yihadistas; era una oposición democrática, reconocida incluso por la propia Unión Europea como legítima representante del pueblo sirio. Sin embargo, cuando se vio atacada, se cansó de pedir ayuda, de pedir armamento antiaéreo para repeler los bombardeos del régimen y sus aliados, Rusia e Irán, sobre sus posiciones y la población civil.  EE.UU y la Unión Europea la tuvieron miedo, más desde luego que a Al Assadd; les parecía demasiado revolucionario su objetivo expresado en el lema: “pan y libertad”.

¿Qué fue de esa oposición? El silencio mediático o la confusión que generan para hacernos creer que la oposición es un totum revolutum dominada por el yihadismo, la han hecho casi desaparecer. Ha dejado de ser "oposición democrática" para denominarse en los medios "oposición moderada", calificativo que nada indica ya de sus objetivos ni de su legitimidad.

Evidentemente la desaparición de esta oposición democrática es ficticia; sólo se encuentra oculta detrás de la tramoya mediática. Ciertamente ha sido duramente reprimida, en ocasiones desde el exterior como en el caso de los kurdos desde la Turquía de Erdogan. Ha sufrido -y sigue sufriendo- muchas bajas y muchas personas que se levantaron pacíficamente contra Al Assad en aquella primavera árabe han engrosado las filas de los refugiados que abarrotan los campos de Turquía, Jordania y Líbano, o que intentan llegar a Europa. Otras muchas, sin en embargo, siguen en el país, a veces desplazadas de sus lugares originarios (se calculan en 6 millones) por haberlo perdido todo. Son casi siempre los más pobres, los que carecían de medios para pagar sus pasajes hacia refugios más seguros. No les queda más remedio que organizarse y resistir. Movimientos de solidaridad con los que más sufren, heroicos, como el de los voluntarios de la Defensa Civil Siria (los ya famosos cascos blancos) que se juegan la vida para ayudar a sus conciudadanos afectados por los bombardeos. Pero también es el caso de comunidades enteras que se auto-organizan para seguir viviendo. En un reciente libro de Robin Yassin-Kassab y Leila Al-Shami titulado Burning Country: Syrians in Revolution and War, se menciona la existencia de más de 400 consejos locales y provinciales que gestionan democráticamente áreas liberadas del régimen y los yihadistas. Son sin duda brotes de esperanza dentro del paisaje de horror, que resisten con todo en su contra.

La tregua que comenzó el lunes 12 de septiembre fue calificada por la mayoría de medios de precaria y poco esperanzadora. ¿Quién podía creer en una tregua precedida (y ya sé que no es una novedad) por bombardeos y ataques del régimen y sus aliados, como si pretendiesen avanzar el trabajo que se interrumpiría durante el alto el fuego? Una tregua que ni siquiera suponía el fin de todas las hostilidades, ya que los bombardeos continuaron contra el Estado Islámico y al Frente de Conquista del Levante (antes Frente Al Nusra, filial de Al Qaeda) que dominan una parte importante del territorio en el que vive atrapada muchísima población inocente. La propia delimitación de las áreas libres de bombas controladas por la oposición no estaban del todo claras, entre otras cosas porque es evidente que Al Assad y Rusia no distinguen del todo entre "oposición radical" y "oposición moderada".

La coalición occidental rompió la tregua poco antes de que expirase, atacando -según dicen por error- a las tropas gubernamentales sirias en Alepo. Desde entonces Al Assad y sus aliados rusos e iraníes han iniciado un incremento de las operaciones en ese frente que han tomado especial crudeza en las dos últimas semanas. Activistas sobre el terreno, de la confianza de Amnistía Internacional, aseguran que se están empleando bombas incendiarias, bombas racimo (prohibidas internacionalmente) y bombas anti-búnker para atacar a la población civil. Más que un ataque contra el yihadismo -sostienen- parece dirigido a la aniquilación total. Al dictador no le importa el coste en vidas, sobre todo cuando sabe que está eliminando también a sus opositores civiles. Por eso bombardea los hospitales e impide la llegada de ayuda humanitaria. Ganar esa larga batalla podría suponer acercarle a la victoria.

Quizás con ella llegue la paz, quizás EE.UU y sus aliados occidentales consideren ya la guerra agotada y reconozcan a Al Assad. Pero ¿qué clase de paz será? ¿Podrán con ella los seis millones de personas desplazadas en el interior del país y los 4 millones de refugiados externos regresar a sus lugares de origen de forma segura? Está claro que en el Estado que surja tras la guerra habrá un gran negocio de reconstrucción para los Estados aliados -probablemente de ambos lados- y para el propio régimen. Pero para nada están claras en qué condiciones la población civil podría reconstruir sus vidas. Muchas sombras se ciernen sobre el futuro a imaginar. El Estado sirio postbélico será, seguramente, una nueva edición de la dictadura de Al Assad, que convencerá a comunidad internacional deseosa de dejarse convencer de que iniciará reformas, de que perdonará a la oposición moderada, para a los pocos meses olvidarse de las garantías dadas. Su poder absoluto se verá reforzado por la presencia del terrorismo islámico, nunca erradicado y siempre a mano para justificar desmanes contra cualquier tipo de oposición democrática. Un Estado inseguro al que muy posiblemente muchos refugiados temerán volver.

Ojala el futuro sea otro. Por el momento la guerra continúa.

(Santander, 19 de octubre de 2016)


SIRIA Y EL EJE DE LA RESISTENCIA ANTISIONISTA Raúl González Bórnez


Es sorprendente que todavía sectores de la izquierda occidental sigan manteniendo que el problema de Siria es la presidencia de Bashar al-Assad y que el origen del conflicto estriba en que su gobierno antidemocrático, neoliberal y asesino terminó provocando una respuesta contundente del pueblo sirio, brutalmente reprimida por el ejército y que, por lo tanto, la única solución a la cuestión siria pasa por la dimisión de Bashar Al-Asad y la creación de un gobierno democrático de unidad nacional.
Sorprende la negativa sistemática de esos sectores a analizar el conflicto sirio dentro de un marco más amplio, que abarca, no solamente Oriente Medio, sino toda la estrategia del aparato del Estado Norteamericano para el siglo XXI, formulada por los halcones en su programa conocido como Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense a partir de la primavera de 1997 y que propone la dominación suprema, militar y económica, de la Tierra, el espacio y el ciberespacio por parte de Estados Unidos.[1]
La aplicación de esta demencial estrategia requería de un factor dramático e impactante sobre el cual justificar su ejecución.[2]  El principio básico sería provocar una «guerra de civilizaciones…. Con este enfoque, se produciría una reacción en cadena de Occidente contra la resistencia en el mundo musulmán.[3] Para ello se planificaron y utilizaron las demoliciones controladas de las torres gemelas de Nueva York del 11 de septiembre.[4]
La Declaración de Principios del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano concluía urgiendo que se aprenda la “lección de la historia del siglo pasado”, que es, para los firmantes, la de reconocer la importancia de moldear las circunstancias antes de que surjan las crisis y contrarrestar amenazas antes de que estas se agudicen, con lo cual quedan sentadas las bases para la posterior “Doctrina Bush” o doctrina de las “guerras preventivas”, como en efecto fue establecida por medio de la Estrategia de Seguridad Nacional de los EE.UU., el 20 de Septiembre del 2002.[5]
La doctrina de guerras preventivas contemplaba sucesivas intervenciones militares en una serie de países calificados de "rooge states" o"estados delincuentes": Libia, Siria, Iraq, Irán, Corea del Norte…
La invasión de Afganistán comenzó el 7 de octubre de 2001 con la «Operación Libertad Duradera» del Ejército estadounidense y la «Operación Herrick» de las tropas británicas, en respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001. [6]
La invasión de  Iraq comenzó el 20 de marzo del 2003 por una coalición de países, encabezados por los Estados Unidos con Reino Unido, España, Australia y Polonia.
Según el Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, las razones para la invasión eran: -1-
desposeer a Irak de armas de destrucción masiva (ADM), que nunca se encontraron, porque no existían, o mejor dicho, porque las que EEUU le había proporcionado para la invasión y guerra de 1980-1988,contra Irán ya habían sido sacadas de Iraq con el pretexto de la intervención americana en la guerra de Kuwait a principios de 1991, con el lanzamiento de la Operación Tormenta del Desierto; 2-poner fin al apoyo brindado por Saddam Hussein al terrorismo islámico, acusación totalmente infundada, porque Saddam Hussein jamás había permitido que los fundamentalistas wahabis entraran en Iraq a disputarle el monopolio del terror que él ejercía; y 3- lograr la "libertad" del pueblo iraquí.  Libertad que 13 años después le ha costado a Iraq más de un millón de muertos y una terrible guerra de desgaste a manos de los grupos terroristas wahabitas, entrenados en los campos de concentración norteamericanos durante los años que las tropas USA permanecieron en territorio iraquí, y que a punto estuvieron de apoderarse de Bagdad en mayo del 2015, algo que no consiguieron gracias a la decidida intervención de fuerzas armadas iraníes e iraquíes entrenadas en Irán.[7]
El desarrollo de esa política de "guerras preventivas" ha llevado a los EEUU a invadir directa o indirectamente otros países musulmanes, Libia desde el 2011 y Yemen desde el 25 de marzo del 2015, o a reprimir revoluciones democráticas como la del pueblo bahreiní, que lleva desde el 2011 dando la sangre de sus mejores hombres y mujeres en su lucha contra la monarquía de la familia Al Jalifa, anfitriones de la V flota Norteamericana.
Lo que debe quedar muy claro es que el aparato de Estado norteamericano nunca ha tenido problemas con las dictaduras en ninguna parte del mundo y que su empeño en derrocar a Bashar al-Asad no guarda relación alguna con el mayor o menor grado de tiranía de su gobierno, sino con el hecho de que el gobierno sirio forma parte del eje de la resistencia anti israelí, conformado por los diversos grupos de la resistencia palestina, el Hisbolá libanes y la República Islámica de Irán. Que las armas y los misiles iraníes llegan al Líbano y Palestina a través de Siria y que la soñada invasión sionista de Irán que, en definitiva es el origen y el inspirador, directo o indirecto de todo el renacer del mundo islámico y, por supuesto, de la revitalización de la resistencia palestina contra el régimen sionista ocupante, pasa inevitablemente por neutralizar esa ruta de armamento de la resistencia que, ante una supuesta invasión de Irán, estaría en condiciones de apoderarse de todo el territorio palestino ocupado por el ente sionista en menos de diez días.
Los grupos terroristas, comenzando por Al-Qaida y siguiendo por el frente An-Nusra, el Daesh y toda la constelación de grupos wahabis terroristas aparecidos en los últimos cinco años en Siria e Iraq han sido y son reclutados, entrenados, armados y mantenidos fundamentalmente por Israel, EEUU,[8] Inglaterra y Francia y todos sus aliados y vasallos, Turquía, Jordania, Arabia Saudita, Qatar… para cumplir dos funciones fundamentales:
 la primera es defender al ente sionista que ocupa la tierra palestina, dividiendo a los países islámicos y enfrentando a sus habitantes en guerras fratricidas que les impidan crear un frente común de ayuda a sus hermanos palestinos, sometidos a un régimen de apartheid desde hace 70 años,
la segunda aterrorizar a los pueblos no islámicos con el fantasma del Islam, no sólo para poder justificar así la ocupación de Palestina, sino para facilitar la realización del sueño sionista del "Gran Israel" que va desde el Nilo al Éufrates.
Ese sueño pasa inevitablemente por acabar con Irán, cuya revolución triunfante no ha hecho más que inspirar a los pueblos islámicos y no islámicos oprimidos por el imperialismo y el neocolonialismo desde su triunfo hace treinta y ocho años, y de extenderse por el mundo islámico, representando cada vez más, no sólo un peligro para los sueños sionistas del Gran Israel, sino para los de dominación mundial imperialista.
En ese sentido podríamos decir, con Norberto Ceresole, que en Palestina y por extensión en el Líbano y ahora en Siria, es decir en todo el Sham, se está librando la batalla definitiva entre Occidente y No-Occidente.[9]
El evidente peligro para el resto del mundo que no participa de los planes imperialistas de dominación mundial es la causa de que Rusia, y hasta cierto punto China,[10] se hayan visto obligados a tomar partido en el conflicto sirio a favor del gobierno de Bashar al-Asad, no solo para impedir que el territorio sirio pase a formar parte del imperio, sino para no verse obligados a combatir más adelante a esos mismos terroristas wahabis, chechenos e uigures, en sus propios países.[11]
La izquierda occidental debería tener un poco más de amplitud de miras y contemplar todo el tablero de ajedrez en el que hoy se libra la batalla de los pueblos oprimidos, para poder entender correctamente el lugar que la pieza Siria ocupa en esa partida y no dejar que sus prejuicios etnocentristas y laicistas la lleven a tomar partido por quienes tradicionalmente ha combatido, es decir el imperialismo y el sionismo internacional.[12]
Madrid, 10, 10, 201






[1]https://www.nodo50.org/csca/agenda2003/con_iraq/move-on_12-05-03.html
[2] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=111861
[3] http://www.verdadypaciencia.com/article-31144576.html
[4] http://www.hispantv.com/noticias/opinion/287853/atentados-11-septiembre-torres-gemelas
[5] http://www.aporrea.org/actualidad/a5790.html
[6] https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Afganist%C3%A1n_(2001-2015)
[7]http://www.eldiario.es/politica/ministro-Defensa-Bagdad-Ramadi-EI_0_389161313.html http://www.hispantv.com/noticias/irak/283368/irak-apoyo-iran-lucha-isis-ei-mosul-conflicto.
[8] http://www.voltairenet.org/article193430.html
[9] El nacional judaísmo: un mesianismo post-sionista, Norberto Ceresole, Ediciones Libertarias-Prodhufi, 1997, Madrid España.


[10] En la actualidad, un 1,4% de la población china son musulmanes, es decir, más de 20 millones de personas practican el Islam. Sobre todo, en la zona de Uigur de Xingiang, Ninxia, Gansu o Yunnan. De hecho, según la Administración Estatal para los Asuntos Religiosos hay construidas más de 30.000 mezquitas en el país asiático, gestionadas por 40.000 imanes. Los principales lugares de culto están ubicados en el oeste del país, en las zonas más cercanas a Asia Central.
[11] Confirmaciones en Siria por Thierry Meyssan,
http://www.voltairenet.org/article193491.html
[12] Por qué fracasó el alto al fuego en Siria por Thierry Meyssan.
http://www.voltairenet.org/article193433.html

HAY QUE PARAR LA GUERRA EN SIRIA. S.Obispo/A.Puig



Hace más de dos años un  dossier del periódico LA VANGUARDIA tenía por título El avispero sirio. El extra era interesante aunque muy desigual. Hoy, más de veintiséis meses más tarde, el destrozo bélico y su saldo de muertos, desplazados y refugiados, convierten en ridículo ese encabezado. Siria no es ya solo un avispero, es el territorio del horror, la expresión de un sistema internacional en manos de asesinos sin escrúpulos que ocupa los cuatro puntos cardinales. Entre todos ellos se perpetra un cruel genocidio que deja corta la catástrofe de los años de Guerra de España y un desmembramiento del país propio del  primer colonialismo y los acuerdos de Syques-Picot.

Ríos de tinta  embadurnan a diario los medios y  las autopistas de Internet, sin embargo no bastan para cubrir un mar de destrucción, desolación humana y seamos claros, de vergüenza.
Para nosotros carece de sentido buscar los menos malos entre los que ejecutan la masacre, carece de sentido apelar a una legalidad internacional permanentemente transgredida y atender a  versiones informativas de quienes manipulan noticias, las extrapolan o las esconden sin pudor hasta que estallan… y siempre estallan sobre el único sujeto respetable en esta trágica historia: la población siria, el pueblo sirio.

Recordamos con rabia -por añoranza- la lúcida enmienda    que Rosa, Lenin y Martov  lograron  encajar en 1907 durante el Congreso internacional socialista de Stuttgart.  Se barruntaba la amenaza de lo que a partir de 1914 sería la primera Guerra Mundial y escribieron “En caso de que estallara la guerra (la clase obrera) tiene el deber de intervenir para hacerla cesar rápidamente, utilizando con todas sus fuerzas la crisis creada a fin de llevar la agitación a las capas populares y precipitar la caída de la dominación capitalista.

Hemos retrocedido mucho desde entonces.  A la Gran Guerra siguió la Segunda y todas las locales que salvo contadas excepciones no han  culminado a la postre con “la liberación nacional”. Aún cuando se iniciaron así, el contexto favoreció su acelerada corrupción. Pero al menos, como escribieron Ramonet y Chomsky, Que no nos vendan la moto (1) y como advertía Michel Collon unos años antes que ellos (2) ¡Ojo con los Media!

Siria es un campo de batalla de intereses no dichos en que chapotean las grandes potencias internacionales en la estela de EEUU y Rusia y las  grandes potencias regionales Arabia Saudí e Irán. Tardíamente se sumó  a su modo el tándem Hollande-Valls con sus bombardeos sistemáticos y silenciados, ahondando la degradación ético política de la Internacional Socialista. De modo que la bautizada guerra  fría de oriente medio pasó a ser guerra caliente,  inicialmente “por delegación” entre potencias capitalistas, pues no puede soñarse con componentes de otro peso entre los contendientes internacionales ni regionales..
Ni el Baas es un partido “Árabe y Socialista” como proclamó en su proceso de constitución en los años 40, ni Putin tiene otros intereses que los de mantener (como el viejo zarismo) una salida al Mediterráneo y  el mayor peso especifico posible en el pasadizo entre Europa y Asia Menor. EEUU -bajo máscara Bush u Obama- desarrollan la misma  estratégica imperialista con “tácticas” distintas, una estrategia de potencia depredadora con  larga historia bien conocida de intervencionismo y terrorismo de estado,  mientras que el verdugo del pueblo palestino, el régimen sionista israelí  ocupante de los Altos del Golán,  solo abandona el burladero “democrático” para seguir masacrando inexorablemente los derechos de un pueblo sometido a un colonialismo de ocupación clásico.
En cuanto a las potencias regionales en pugna por lograr una añorada hegemonía, entendemos que utilizan a fondo las diferencias  religiosas como ideología que bajo el manto de conflicto entre chiísmo, alahuitas y familias subalternas frente a wahabismo y petrodólares, también enmascaran las “bases materiales” del conflicto. Las ya muy  manidas tensiones religiosas no bastan para camuflar intereses geopolíticos, energéticos y financieros.
Porque tampoco existe una “economía islámica” que se erija como alternativa al capitalismo globalizado. La caridad no es lo mismo que el acceso igualitario a la riqueza ni el rechazo de la “la usura” llega hasta la defensa radical de una banca pública gestionada por trabajadores y usuarios. Hace décadas que Paul Balta subrayaba “que mas de cincuenta establecimientos financieros o/y sociedades de inversión islámicas, operan en el mundo, manejando recursos de decenas de miles de millones de dólares” (3)

Las clases y la lucha de clases forman parte de este sistema globalizado y si bien las condiciones cultural-políticas no hacen aún factible el “precipitar la caída de la dominación capitalista” como intentó orientar desde 1907 el pacifismo revolucionario de antaño, sí debieran permitir en este siglo XXI –como ensayó la primavera árabe en su mejor versión- la regeneración política de países como Siria, siempre y cuando la pacificación del país y de la región, faciliten la emergencia de nuevas  alternativas, generaciones y procesos de organización autónomos, independientes, capaces de reorganizar  avances socio-políticos y culturales en la larga marcha por la igualdad y la libertad.

Precisamente, porque no hay arbitraje internacional posible, porque la ONU es simplemente un trasto al que pusieron gasolina las grandes potencias victoriosas de la segunda gran guerra (hasta que decidieron  usar “avión propio” y una legislación ad-hoc acorde con los intereses de cada momento) parar la Guerra contra el pueblo sirio exige iniciativas de una izquierda internacional que  “persevera en la inmovilidad del cadáver” como caracterizó Rosa de Luxemburgo al proletariado alemán durante 1914-1918.

No hay pues “enemigo principal” y tampoco hay aliados entre el staff político de los gángsters. Y por ello el desastre actual es prácticamente irreversible por el momento.
Sin embargo ya que “mientras exista el sistema capitalista hay que contar permanentemente con el peligro de guerra” (4) y siendo  bien conocida la globalización de la industria armamentista y la amoralidad de su comercio (son ellos quienes dotan de armamentos “de destrucción masiva” a todos los destructores de libertades y pueblos)… Se trata de evitar cualquier coqueteo con los señores de la guerra, con todos ellos.
No busquemos inútilmente aliados entre los enemigos, porque no hay guerra justa entre poderes capitalistas y en el interior del país no encontramos otros protagonismos de peso que  el bando de la república autoritaria del linaje hereditario  El Asad y el falso redentorismo hegemonizado por oponentes rigoristas y mercenarios.
Se trata –no hay otra vía para la izquierda de la izquierda-  de  construir pacientemente, las necesarias alianzas internacionales (aquí y allí) gentes, nuestros sindicatos, movimientos y organizaciones… y hay que hacerlo despacio, porque tenemos prisa.

De modo que Guerra a la Guerra sigue siendo el horizonte más justo y su  herramienta no puede ser otra que la reconstrucción del internacionalismo. Objetivos parciales como el trabajo antimilitarista y el fomento de  la deserción, el impulso de la objeción fiscal a los gastos militares, las campañas contra la producción y  tráfico de armas… junto a la asistencia a la población refugiada (que es un deber humanitario) abrirán tarde o temprano, nuevos caminos a la lucha por la paz, la igualdad y la libertad. Entendemos que el eje aglutinador de todo ello  vuelve a pivotar sobre los múltiples desarrollos de  la vieja consigna de Jaurès.

(1). Ed. Icaria/ Ramonet y Chomsky (2) Ed. EPO-Ed. HIRU/ Michel Collon

(3) Ed. Le Monde/ Paul Balta (4) Ed. Madre tierra. C. Libertarios/ Rudolf Rocker

DOS VÍDEOS SOBRE SIRIA

Testimonio sobre la Guerra en Alepo (Siria)  
Hna. María Guadalupe Rodrigo
Cantabria con los refugiados 


NI CETA NI TTIP. MANIFIESTO

Manifiesto ¡NO al TTIP!
Las personas, el medio ambiente y la democracia antes que los beneficios y los derechos de las corporaciones
1. ¿Quiénes somos?
Somos una campaña formada por movimientos sociales, organizaciones, colectivos, plataformas y asambleas ciudadanas que comparten una profunda preocupación por las diversas amenazas que plantean el Tratado Transatlántica de Comercio e Inversión (Transatlantic Trade and Investment Partnership – TTIP, por sus siglas en inglés, también conocido como Tratado de Libre Comercio Transatlántico o TAFTA) y el Tratado Unión Europea con Canada (Comprehensive Economic and Trade Agreement – CETA). Representamos intereses públicos muy diversos, incluyendo la protección del medio ambiente, la salud pública, la agricultura, los derechos de lo/as consumidore/as y la protección de las normas alimentarias y agrícolas, las normas sociales y laborales, los derechos de las personas trabajadoras, los derechos de las mujeres y la lucha contra la dominación patriarcal, el acceso público a la información y los derechos digitales y la defensa de los servicios públicos esenciales como la educación y el control público y social de los sistemas financieros, el bienestar animal, entre otros.
Tenemos el firme compromiso de rechazar las actuales negociaciones sobre el TTIP, para garantizar un debate político transparente y democrático. Todos los acuerdos deben servir al interés público y a nuestro futuro común.
2. ¿Qué es el TTIP?
El TTIP es un acuerdo de gran alcance que se está negociando actualmente entre la Comisión Europea (en nombre de los Estados miembros de la Unión Europea -UE) y el gobierno de los Estados Unidos de América (EUA). No se trata de las barreras al comercio como los aranceles, que ya son en general muy bajos entre la UE y EUA. Se centra sobre todo en los reglamentos, normas, derechos corporativos y garantías de inversión. El TTIP tiene como objetivo, supuestamente, facilitar la inversión directa y la eliminación de obstáculos burocráticos innecesarios para el acceso al mercado para las empresas de ambos lados del Atlántico.
Los indicios de los que se dispone -provenientes de las empresas y la industria que está participando de alguna manera en las negociaciones- revelan que el enfoque sobre las barreras no arancelarias y la convergencia de la reglamentación entre ambas partes se está utilizando para impulsar la desregulación, una visión de los derechos de propiedad intelectual que sólo fomentan monopolios, y una carrera para igualar derechos y estándares a la baja. Los supuestos beneficios económicos no tienen fundamento y, en cualquier caso, son marginales para la sociedad en general, incluso en el caso de que fuera cierto lo que cuentan los defensores del acuerdo al respecto. Más bien todo indica que los objetivos del acuerdo amenazan importantes derechos adquiridos en las largas luchas democráticas y los intereses sociales de la ciudadanía de la UE, de los EUA y del resto del mundo.

Las negociaciones se están haciendo a puerta cerrada, sin una consulta pública efectiva. Los parlamentos nacionales no son informados sobre los detalles de los textos de negociación de la Comisión. Los fragmentos de información que han sido publicados -o filtrados- generan considerable inquietud.
3. ¿Qué nos preocupa?
§  La falta de transparencia y de procedimientos democráticos, lo que hace imposible a la ciudadanía y a la sociedad civil seguir las negociaciones para garantizar que los intereses públicos están siendo protegidos. Actualmente estas negociaciones están muy sesgadas: grupos de presión empresariales tienen acceso privilegiado a la información y oportunidades para influir en las negociaciones.
§  El capítulo propuesto sobre protección de inversiones y en particular la inclusión de una disposición sobre el mecanismo de Solución de Diferencias entre el Estado y el Inversor (ISDS). El ISDS brinda a los inversores derechos exclusivos para demandar a los Estados cuando consideren que alguna decisión democrática -realizada por instituciones representativas y para el interés general- se considera que puede tener impactos negativos en sus ganancias presentes o futuras. Estos mecanismos se basan en juicios fuera de los tribunales nacionales. Con ello se socavan los sistemas legales de las naciones, así como la soberanía democrática de la sociedad para la formulación de leyes y políticas de interés público.
§  La creación de nuevas estructuras antidemocráticas de gobierno, y de procedimientos que tienen como objetivo “armonizar las regulaciones” como el Consejo de Cooperación Regulatoria. Estas estructuras permitirían que las decisiones tomadas en el marco del TTIP sean constantemente presionadas en secreto por burócratas no electos y grandes lobbies empresariales. Estas estructuras no democráticas amenazan con rebajar importantes normas y reglas diseñadas para la protección de los intereses públicos, o prohibir futuras mejoras, independientemente de su necesidad y del mandato público. También nos preocupa el objetivo de fortalecer la protección de los “derechos de propiedad intelectual”, que tal como está planteado, ataca algunos de nuestros derechos básicos como la salud, la educación, la cultura y la libertad expresión
4. Demandas y objetivos compartidos
Sobre la base de los valores de la solidaridad internacional, la justicia social, la sostenibilidad ambiental y el respeto de todos los derechos humanos, trabajamos con nuestros aliados en los Estados Unidos, Europa y otras partes del mundo, exigiendo:
a) Transparencia inmediata: se harán públicos los textos de negociación de la Comisión, así como todos los documentos de negociación para permitir un debate público abierto y crítico sobre la TTIP y el CETA.
b) NO al ISDS: nos oponemos a estos mecanismos de solución de diferencias entre el estado y el inversor y mantenemos con firmeza la soberanía de nuestras sociedades y de nuestros pueblos para la toma de decisiones en la defensa y mejora del interés público y del bien común por encima de los intereses privados.
c) NO al Consejo de Cooperación Regulatoria: toda la regulación de las operaciones comerciales, las condiciones del comercio y el establecimiento de estándares de producción del producto deben estar en manos de los órganos y procesos controlados democráticamente.
d) NO a la desregulación y a la rebaja de los estándares de protección y al servicio del interés público: el nivel de las normas sociales y laborales, de los consumidores y de la salud pública, la protección del medio ambiente, incluyendo la regeneración de nuestros recursos naturales, el bienestar animal, las normas sanitarias de los alimentos y las prácticas agrícolas ambientalmente sostenibles, el acceso a la información y al etiquetado, la cultura y la medicina, la regulación del mercado financiero, así como la protección de datos y otros derechos digitales que se deben mejorar, y no «armonizar» hasta el más bajo común denominador. El reconocimiento mutuo de estándares no es aceptable en la medida en que socava los niveles de protección acordados democráticamente. Hay que garantizar que se aplica el principio de precaución.
e) No existe peor desregulación que la privatización de los servicios públicos. Defendemos el acceso universal a una educación de calidad, a la atención a la salud y otros servicios públicos como instrumentos para sostener la reproducción social de la vida y como una contratación pública que promueve el empleo local y las economías locales, la discriminación positiva, el emprendimiento social, la economía sostenible, el cuidado de las personas y al servicio del interés público.
En este sentido hay que tener presente que los efectos de la privatización de los servicios públicos en diferentes ámbitos tienen un especial impacto en las condiciones de vida y de trabajo de las mujeres.
f) La promoción de prácticas agrícolas sostenibles con el medio ambiente y la protección de la pequeña agricultura familiar.
g) Las instituciones públicas deben mantener el poder político y las estructuras necesarias para proteger ciertos sectores sensibles y salvaguardar las normas importantes para nuestra calidad de vida. Las normas laborales y ambientales internacionalmente acordadas deben ser respetadas. La violación continua de las normas del trabajo debe ser objeto de sanciones.
Finalmente defendemos la construcción de unas relaciones y políticas comerciales entre nuestros pueblos que pongan en primer lugar las personas y el planeta, garantizando:
§  los derechos humanos universales e inalienables de todas las personas, incluidos los derechos a una alimentación adecuada, agua, salud, derechos sexuales y reproductivos, integridad física y psíquica, ropa, vivienda, educación, protección social, movilidad, cultura, ocio y un medio ambiente limpio;
§  un trabajo decente, que permita a la gente vivir una vida digna, incluyendo una renta adecuada y los derechos laborales;
§  el reconocimiento del trabajo reproductivo y del cuidado y de los trabajos informales de servicio a las personas y a la comunidad. Garantizar una redistribución equitativa y una reorganización socioeconómica, de forma que no recaigan en exclusiva en las mujeres las tareas del bienestar cotidiano, así como la igualdad de salarios para hombres y mujeres;
§  una transición a una economía de bajas emisiones de carbono, que no se base en un consumo excesivo, sino en el uso social y ecológicamente responsable de los recursos, y que permita una vida digna sin poner en peligro el apoyo de otras personas, generaciones futuras, así como de la agricultura, de la flora y la fauna;
lograr una democratización significativa en todos los niveles de toma de decisiones;
§  la lucha contra la pobreza y el establecimiento de nuevas relaciones de solidaridad y equidad entre hombres y mujeres y con las personas de otras regiones y el respeto de los derechos de las personas refugiadas e inmigrantes;
§  el aumento global del nivel de bienestar económico, social y ambiental.



 AFINIDADES ANTICAPITALISTAS, apoya las campañas que se están organizando contra los tratados comerciales con CANADA (CETA) y EE.UU. (TTIP). incorporamos el MANIFIESTO elaborado conjuntamente por todos los colectivos que están implicados en la lucha contra estos dos tratados, que básicamente suponen un GOLPE de ESTADO por parte de las MULTINACIONALES.

A la vez que existe una campaña de movilizaciones y de sensibilización para dar a conocer los efectos malignos de ambos tratados, se están recogiendo firmas en contra de su firma por parte de la Unión Europea. Si estas en contra de estos tratados te dejamos un enlace para que apoyes la campaña con tu firma. http://www.noalttip.org/