Magdalena
Adrover
Tengo 34 años. Cuando nací, Franco había
muerto hacía años y Felipe González era presidente de nuestra joven democracia.
Crecí sin darle mucha importancia a la figura política del Rey, al que
consideraba un mero adorno (bastante caro, eso sí) y que a mi entender servía
para que cierta gente se conformara y se quedara calladita.
No recuerdo en qué momento tener una
república me empezó a parecer importante (ojalá lo recordara, para poder
explicarlo a quienes todavía no se consideran republicanos); lo que sí sé es
que para la gente de mi edad la III República es un sueño que no sabemos
exactamente cómo se materializará el día en que se constituya (porque de eso
estoy segura, tarde o temprano lo conseguiremos). No será la panacea ni la
solución a todos nuestros problemas democráticos, pero sería un bonito
comienzo.
Los nacidos en los 80 y más adelante no
tenemos memoria directa de la guerra y la dictadura. Salvo excepciones, sabemos
más bien poco de la realidad de aquellos tiempos (hablo aquí no de teoría o de
información, sino de experiencia). Probablemente la III República no será
precedida por una insurrección anarquista, sino fruto de un proceso político,
más o menos largo, más o menos aburrido, pero que tendrá el mismo valor que
tuvo entonces: el de un pueblo soberano que elige a sus dirigentes y
gobernantes, y que no tiene que apechugar con la genética borbónica.
Magda amiga.Me resulta muy auténtico tu testimonio desde los 34 años. Auténtico porque no te cortas a la hora de describir tu proceso y auténtico porque tu artículo es un claro relato de la "liquidación" durante el período de enseñanza del pensamiento crítico vinculado a la historia reciente de nuestro país que...va a peor, con la liquidación progresiva de las humanidades en la enseñanza universitaria.
ResponderEliminarEl sistema nos necesita estúpidos y productivos. Y encuentra formas sustitutivas culturalizantes por medio de los Paques Temáticos. Durante un uso del metro madrileño ví la publicidad de dos nuevos PARQUES: en Toledo, la Historia de España y en Barcelona...no recuerdo qué.
Así las cosas o impulsamos el aprendizaje extraescolar de la verdad histórica o estos personajillos que ocupan gobiernos y ministerios seguirán FUSILANDO las mentes, para su mejor manipulación.
Un abrazo, amiga Magda.