Nadie
puede decir que los tres meses que han transcurrido desde que Antea Izquierdo
tomara posesión del acta de edil hayan pasado inadvertidos: Polémicas con la
formula que usó para prometer el cargo, con las camisetas de apoyo a los
jóvenes de Altsasu, el Diario de Burgos y Canal 54 en una operación de caza y
derribo contra su persona, su voto diferenciado del de su propio grupo en una
propuesta que pedía mayor presencia policial... Tres meses intensos para la
primera militante de una organización de la izquierda radical (IZAR) que entra
en el ayuntamiento como edil (a algunos otros les hemos visto salir a rastras
tras alguna protesta, pero entrar como edil es la primera).
Redacción: Antea, ¿qué balance general
haces de estos tres meses?
En
primer lugar, tres meses es un periodo muy breve para hacer un buen balance.
Recién
aterrizada en el cargo, este periodo me ha servido para hacerme una idea
general, acoplar mi manera de trabajar con la del resto de concejalas/es y
comenzar a situarme en la maquina tan compleja del ayuntamiento.
Ahora
bien, en este tiempo podemos decir que en la burocracia institucional nos
encontramos con unos limites abismales para actuar; la realidad es que no
podemos llevar a cabo medidas rompedoras que desequilibren el status quo (ésto
solo se puede hacer desde las calles) pero esta experiencia nos puede servir
para otras cosas; recopilar información, lanzar cuestiones centrales al debate
público, etc.
Quiero
reseñar también la presión constante a la que nos vemos sometidas en los medios
de comunicación y por los demás grupos políticos para que demostremos que somos
capaces de gestionar, un pilar central en muchos casos para las llamadas
"candidaturas del cambio", que creo que merece una reflexión más allá
pues nuestra labor en estos momentos no debería consistir en mendigar pequeños
cambios dentro de una estructura que está blindada, sino avanzar para poner la
fuerza en las luchas, en las calles hasta que desborden la política de
despachos.
Redacción: Tras tu apoyo público a l@s
jóvenes de Altsasu hemos podido ver a toda la derecha vertiendo bilis contra ti
en las redes sociales. ¿Cómo se gestiona como militante y como persona?
A
los grandes medios de comunicación y la derecha les encanta destruir, la
carnaza y el morbo, y cuando se abre cualquier debate que afecte a Euskal
Herria lo tienen fácil; utilizan el odio como argumento para todo, un discurso
fácil que ayuda a tapar muchas otras cuestiones a las que no quieren
enfrentarse. Además en este caso movieron la maquinaria para que el tema
trascendiera (Artículos en OK Diario, La gaceta, cuentas en las redes sociales
que se crean con objeto de este tema, etc.) les interesaba que hubiese una
criminalización de los 8 jóvenes de Altsasu lanzando la palabra “terrorismo” a
diestro y siniestro y si las noticias se centraban en ataques hacia mi, no
habría que hablar de la represión del estado y de sus leyes criminales.
Por
tanto, no sorprende la respuesta (sí que fuera tan mediática, habiéndose dado
el apoyo en una ciudad como Burgos) y la gestión militante de esta respuesta se
ha hecho de manera colectiva, el apoyo de cientos de personas en las redes
sociales, de organizaciones de la izquierda radical, incluso de medios de
comunicación alternativos son los que dan el soporte a las ideas que intente
transmitir con la famosa camiseta, mientras tengamos esta fuerza colectiva no
tenemos que preocuparnos.
A
nivel personal siempre es más difícil de gestionar ser el centro del odio, no
solo para mi, sino para las personas de mi alrededor, pero al asumir un papel
público sabemos que esto puede pasar, pero tengo claras las ideas que defiendo
y cuales son mis objetivos, si miramos atrás y buscamos referentes de lucha
vemos que ninguna trayectoria ha sido fácil, esto no debe consolarnos pero si
nos demuestra que para conquistar derechos, defendernos y cambiar las cosas el
camino no es fácil, pero no nos va a destruir.
Redacción: ¿Qué apoyos has recibido y
cuáles has echado en falta?
Como
decía en la pregunta anterior he recibido muchos apoyos: de personas de todo el
estado, de organizaciones de la izquierda radical, de medios de comunicación
alternativos... Pero sí he notado no solo falta de apoyo, sino incomprensión de
parte de la izquierda al posicionamiento claro con una causa tan importante; el
conflicto vasco siempre ha sido un terreno difícil para la izquierda estatal,
pues desde mi punto no se ha sabido analizar la cuestión y se ha dejado que el
clima de odio, de “todo es ETA”, de represión, etc. campe a sus anchas, sin ni
siquiera intentar neutralizar los argumentos, ni apoyar a la clase trabajadora
de Euskal Herria.
Redacción: Las organizaciones de la
izquierda radical siempre han considerado que las instituciones eran un
"campo de minas" y su experiencia dentro de ellas es muy limitada.
¿Cuál es tu primera impresión dentro de este espacio?
Para
mi el análisis político de la izquierda marxista es el correcto: las
instituciones son una herramienta del poder para asegurar el estatus quo y las
diferencias entre las clases sociales.
Una
vez dentro, se puede apreciar claramente cómo la clase dominante a través de
sus representantes políticos y con el apoyo de los grandes medios de
comunicación y de la propia estructura burocratizada mantiene ese control
político para que nada ni nadie se salga de sus esquemas.
La
dinámica representativa ha demostrado estar muy alejada de lo que ocurre en la
calle y de las necesidades de la clase trabajadora, y esto es recíproco; al no
trabajar cuestiones reales que afecten a nuestro día a día, que mejoren nuestro
nivel de vida, etc. la gente percibe las instituciones como algo lejano, inútil
y no quiere participar, el problema viene cuando eso se extiende al la idea
generalizada de que la política no vale de nada, pues la política lo es todo;
política es nuestra situación laboral, nuestras relaciones, la forma de
socializarnos, la gestión de la economía en nuestras casas, hasta la lista de
la compra y por eso hemos de conseguir que toda la clase trabajadora participe
en la lucha por la mejora de nuestras condiciones de vida, la política no solo
está en las instituciones, sino que está en organizarse desde abajo, en unirnos
para defender nuestras casas, mejores salarios, un estilo de vida digna...
Redacción: Hemos visto en varias
ocasiones ya declaraciones del portavoz municipal de Imagina, Raúl Salinero,
desmarcándose de tus actuaciones. ¿Cuál es el ambiente con el resto de
concejales y la relación entre las organizaciones que componen la coalición?
Imagina
Burgos se compone de mucha pluralidad, cada concejala venimos de tradiciones
políticas diferentes, con formas de trabajar diferentes y siempre es complicado
poner en practica una unidad de acción en cuestiones concretas, lo cual ya
sabíamos cuando lanzamos este proyecto hace más de dos años y en el grupo
municipal nos vemos inmersas en un ambiente de mucho trabajo y mucha tensión
derivada de toda la presión política a la que estamos sometidas, y si a esto le
sumamos el ritmo frenético del ayuntamiento es inevitable que en algunos casos
tengamos opiniones dispares y está claro que para trabajar juntas requerimos de
un alto nivel de debate político.
Para
mi las declaraciones en prensa desmarcándose de actuaciones políticas no
generan un clima ideal para trazar una estrategia conjunta y debatir
sosegadamente a nivel interno, sobretodo si le sumamos el interés del diario de
Burgos en generar una idea de que “la izquierda se rompe” y el señalamiento que
se quiere hacer de las ideas que represento como algo negativo. Me parece
erróneo pero ha sido la herramienta escogida en algunos casos, esto no va a
impedir que sigamos trabajando, debatiendo y tendremos que hacer ver que en
muchas cuestiones existen diferentes planteamientos y eso no debería suponer un
problema, sino que nos enriquece.
Redacción: Se te conoce en la ciudad
como activista feminista. ¿Qué se puede hacer en el ayuntamiento por la
igualdad entre hombres y mujeres?
La
opresión de las mujeres es una cuestión estructural y como tal hemos de
analizarla y combatirla,, además es algo transversal debemos analizar todos los
ámbitos con un enfoque de género.
La
relación entre el capitalismo y el patriarcado podemos verla en las leyes
hechas por el Estado y sus instituciones que benefician la legitimación de las
violencias machistas, como pueden ser las reformas laborales y los recortes en
sanidad, educación y leyes de dependencia, que se suman a las ofensivas que
defienden el papel de la mujer como ama de casa y cuidadora dentro del hogar.
Por
lo tanto desde las instituciones no vamos a acabar con la opresión hacia las
mujeres, lo que si podemos hacer es dar pasos para feminizar y feministizar la
política (no nos vale con que haya mujeres que asuman papeles públicos, sino
que se han de defender políticas con enfoque de género), avanzar en un discurso
público con campañas de concienciación contra las agresiones, el acoso sexual,
etc. Algo que ya se empezó a hacer en las últimas fiestas de la ciudad, que
aunque fue una campaña que se quedo corta, nos ayudo a visibilizar las
agresiones machistas en los espacios de ocio, se puede seguir avanzando en este
sentido pero no perder de vista el origen de la desigualdad, consideramos como
expresiones de violencia machista el maltrato físico y psicológico, la
violencia laboral ejercida hacia la mayoría de las mujeres, la sexual, el acoso
callejero, o la presión estética, por ejemplo y todas ellas están relacionadas
entre si, tienen su origen en el sistema patriarcal, que se alía y refuerza con
el sistema capitalista.
Aún
así creo que podemos utilizar el poder y la legitimidad que tienen las
instituciones para lanzar debates, hacer campañas visuales, etc.
Redacción: También te hemos visto a
menudo en la lucha por la vivienda, en la PAH. ¿Qué se puede desarrollar en
este espacio desde el Ayuntamiento para mejorar el problema habitacional de
Burgos?
Desde
el movimiento por el derecho a la vivienda se viene exigiendo que las
instituciones son quienes deben dar una respuesta habitacional real y estable y
en este sentido hemos estado trabajando en Burgos, exigiéndolo desde las
calles, hasta que conseguimos que se formará el parque de viviendas, que por
desgracia, no se ha desarrollado y no parece haber voluntad política para que
lo haga.
Desde
las instituciones se puede fomentar el alquiler ajustado a los ingresos y así
garantizar el derecho a la vivienda, además esto no debería limitarse a
personas que han pasado por un desahucio (como hasta ahora) tiene que ir más
allá, favorecer que la juventud pueda independizarse y crear más vivienda
pública.
Redacción: La eterna pregunta: ¿Cómo
crees que ha de ser la relación entre los movimientos sociales y las luchas con
las instituciones y los representantes de la izquierda?
En
un momento de explosión social y luchas las representantes políticas deberíamos
ser una mera correa de transmisión para llevar las luchas, también, al terreno
municipal y el poder público se vea obligado a aceptar las reivindicaciones.
Y
en momentos donde las luchas son más parciales, nuestro papel debería ser el de
potenciarlas en lo posible incidiendo en cada pequeña brecha que encontramos
para fomentar la movilización social, además de reforzar lo existente y
prepararnos para nuevos