M.G.H.M.H
El 15M abrió las ventanas de
par el par, dejando que entrara en nuestras vidas una bocanada de aire fresco,
que sirvió para despertar muchas conciencias, que en unos casos estaban
aletargadas y sedadas por una sociedad de consumo desenfrenada y en otros
casos, fue la chispa que encendió la llama de la solidaridad y la justicia
social, uniendo a ideas y sensibilidades, rompiendo berreras de edad o genero y animó a intentar cambiar las cosas, al grito de ¡SI SE PUEDE!
Recuerdo que los
primeros vientos empezaron a surcar los cielos de la piel de toro (al menos en
mi caso), allá por el mes de marzo o abril, impulsados creo por Juventud sin
Futuro y Democracia Real Ya. Estos vientos como no soplaban con fuerza, en un
primer momento los dejé pasar, pues en una ciudad de provincias como es en la
que resido, apenas si agitaban las mentes de las gentes más comprometidas,
aunque si me refrescaron la cara y lo iba mirando con el rabillo del ojo.
Se acercaba el
1º de Mayo de 2.011 y el día de pingar el mayo en mi barrio (30 de abril), la
“caja de cambios” que tenemos en la parte izquierda de nuestro cuerpo me dio un
buen susto, vamos, que me acojono y acabe pasando el 1º de Mayo en la UBI. Allí
transcurrieron varios días, luego otros más en planta y salí del hospital con
el propósito de tener una convalecencia tranquila y de reposo, pero la
confluencia de los astros no estaban por la labor y en plena recuperación una ola gran de indignación empezó
a llenar las plazas y yo en cosa comiendo sin sal, sin grasas, sin chorizo
(pues todo estaba en la casa del PP), sin pan, sin……
Los primeros
días de esta Spanish Revolution, los
pasé dando paseos por el campo, siguiendo los acontecimientos por la tele,
hasta que dije ¡basta! y decidí apagar
la tele y encender la mente, así que me baje a la plaza mayor, para añadir
mi indignación que era mucha, a la que estaban expresando miles de vecin@s en
una tarde primaveral. La temperatura en la plaza fue subiendo por los debates
de enjundia que se tenían ya que parecia que la revolución estaba a la vuelta
de la esquina y que podíamos cambiar el mundo desde abajo.
A pesar de no tener las
“pilas bien cargadas” pues estaba en plena fase de recuperación, el entusiasmo
y la alegria de las gentes que estabamos okupando la plaza hizo que para mí,
empezaban a ser todos días azules y
disfrutaba al máximo cada minuto, pues parecía que el tiempo se iba a terminar,
ya que de la asamblea a la mani, de ahí a una comisión, para acto seguido
finalizar el día de nuevo en asamblea. En algunos casos, era casi permanente,
al menos, para quienes estaban acampad@s en la plaza, ya que tocaba preparar,
intendencia, carteleria, saneamiento y lo que la imaginación que era infinita,
tuviera para esa noche. Había un cartel curioso que decía “Si no nos dejaís soñar, no os deajaremos dormir”.
El tiempo y los días fueron
avanzando, llegó el verano, las acampadas levantaron el telon y se amplió
la okupación a las plazas de los barrios
y se convivia con asambleas en barrios y generales. La llegada del frío, al
menos donde yo resido, fue dando paso a la realajación y de ahí al cierre por
falta de activos y discrepancias de cómo y donde afrontar el próximo período.
El tiempo y la desilusión fué consumiendo la indignación, hasta convertirla en
una oprtunidad pérdida, regresado un@s a nuestros cuarteles de invierno y otr@s simple
retomaron la rutina anterior al 15M.
De aquellos meses tan
activos y de su actividad tan desenfenada, las asambleas ocupan en “mi disco
duro” una parte importante, ya que aparte de las largas horas de estar sentado
en el suelo por los interminables debates sobre lo humano y lo divino, en las
duras baldosas de las plazas y los dolores de espalda que me producian. También
era curioso observar las extrategias que algunos grupos utilizaban para
intentar “controlar” las asambleas, algo que no deseo comentar, pues lo
calificativos que encuentro pueden herir algua sensibilidad. La verdad que el
seguimiento de estos trapicheos me sirvió para relajerme y desconectar de
algunos debates que me superaban.
Han transcurrido seis años
de aquella experiencia y parece ser que se está cumpliendo aquello de “vamos despacio porque vamos lejos”, por ello, es vital seguir echando leña al
fuego para mantener viva la llama del 15M, tratando que no se apague o que
lleguen unos listill@s la privaticen y se queden con el copyright.
Finalmente, la espontaneidad
y frescura del movimiento 15M trapasó fronteras y se extendió por muchos
lugares del planeta. Aquí en el Estado Esañol parte del movimiento sufrió una mutación al terreno electoral,
primero con colectivos populares que desarrollaron candidaturas populares en
mogollon de municipios y la vez se gestaba PODEMOS, que se utoproclamaba ser
heredero del “espir”tu" del movimiento 15M. No ha transcurrido mucho
tiempo para ver que no tienen memoría
l@s gestores de PODEMOS, pues se han convertdo en una máquina electoral de
corte progre y que aquello de “mis
sueños no caben en tus urnas”, o esta otra que ahora viene de maravilla y
así aprovecho para finalizar este relato, “podrán
cortar algunas flores, pero no detendran la primavera”.