30-09-2017/ María
Estevinha y Acacio Puig
No, no es
excesivamente fastidioso que el desorodante haya abandonado a los partidos
constitucionalistas (y algunos tránsfugas en busca de redondear curriculum) al
clamar por la Unidad de España y lanzar vivas al rey. Ahora que empiezan a oler
mal, la realidad política más casposa
emerge sin camuflajes en esta España de charanga y pandereta.
Tras la
pantalla de Societat Civil Catalana (una pantalla de dudosísima limpieza
democrática por sus orígenes neofascistas) el 29-O volvieron a la calle no más
de 300.000 manifestantes (¿quizá algunos más? Vale, aceptaríamos “pulpo como
animal de compañía”)…Gentes que ciertamente, bien podrían haber manifestado su
ardor guerrero durante los últimos años en pro de causas sociales mucho más
justas que su unionismo montaraz; todas aquellas causas desde la corrupción a
los recortes democraticos, sociales y laborales, que han laminado ya el “estado
social de derecho”. Recortes que les preocuparon bien poco durante los últimos
años, en cada una de las provincias desde las que acudieron a la llamada
“patriótica”…porque como en los viejos tiempos van a Barcelona como antaño se
iba a la madrileña Plaza de Oriente.
Tras el
tripartito unionista configurado por el PP, el PSOE y Cs´, hay algo de más calado
que se viene gestando al amparo del estado de excepción no declarado, del
artículo 155 y la ocupación de Catalunya por las fuerzas de seguridad del
estado: un gobierno dependiente de Madrid, un Parlament de “gentes de orden”.
Para el
Nacionalismo Gran Español (burgués, monárquico, defensor de la impunidad del
franquismo y liquidador de derechos, libertades y condiciones de trabajo
mediante el prolongado Ajuste Estructural que sufrimos lxs de abajo) está en
juego la recuperación de Catalunya para la alternancia, mediante la “santa
alianza” que ponga firmes los anhelos de más democracia por medio de un
gobierno de concentración, el gobierno que garantice en el territorio díscolo
el orden constitucional, la paz social y el
acorazado régimen del 78.
Todo vale
para eso: obsequiar la talla que no
tiene al presidente Rajoy, rescatar a cadáveres políticos como Borrell, poner
tacones a Rivera y Albiol… y dar cancha a Frutos. En fin Catalunya (Cataluña
para ellos) ¡bien vale una misa!
Barrer la
respetabilidad de Colau, y recuperar aquello de “Puigdemont, no en mi nombre”, parece que se
le da bien a un Borrell descabalgado hace años de la politica nacional pero que
pivota como líder prefabricado ante la bancarrota de Iceta en Catalunya.
Si además
cuenta con el apoyo de un exsecretario del PCE, adalid antaño de la alianza con
el PSOE (y que formando parte de los que se apuntaron a la politica
constitucionalista de don Santiago, puede lucir como antiguo sindicalista de
CCOO) la operación blanqueo del careto de izquierda respetuosa… podría tener
chance, de modo que ¿porqué no probar? Sobre todo cuando no hay ya mucho que
perder a la vista de las continuas caídas electorales de PSOE y PP en “tierra de
polacos”.
En fin, todo
es francamente penoso porque efectivamente, la nueva timba de jugadores
españolistas sin escrúpulos… ¡lo quieren todo! …Sí, como la patronal
Sin embargo
y aunque buena parte de la izquierda siga “de perfil” sin saber ni contestar
esperamos que los unionistas sigan rompiéndose los dientes en Catalunya porque
la realidad es tozuda y es más difícil
generar votos que generar calumnias y falsas noticias y quizá como
antaño, sea el anarquismo catalán el que ante este esperpento colonialista se
vuelva a animar a votar.
Sí…como
antaño, compañerxs.
21 diciembre.
ResponderEliminarCon la CUP- ¡PRINCIPADO REPUBLICANO!
Con ERC - ¡Moler a VOTOS a quienes nos molieron a PALOS!
¡hay que sacar del PARLAMENT a los "constitucionalistas!