jueves, 30 de noviembre de 2017

HONDURAS: FRAUDE

 Paco Gómez Nadal 

El Salto . 29.11.2017


El repentino vuelco en el escrutinio a favor del candidato oficialista, que en las últimas horas adelantó a la Alianza de Oposición, confirma un anunciado fraude electoral, según diversas organizaciones sociales y observadores internacionales, que dudan de la independencia del Tribunal Supremo Electoral. El candidato opositor, Salvador Nasralla, llama a defender en las calles la victoria en las urnas. 

Tres días después y con un escrutinio agónico, el Tribunal Electoral ahora da la victoria al candidato oficialista. Ni las protestas ni las denuncias de fraude están frenando el vuelco en las tendencias.

Cada punto porcentual del recuento electoral acerca más a Honduras a una situación explosiva. Hasta el momento en que iban contados el 75% de los votos, el candidato opositor, Salvador Nasralla era el ganador de las elecciones que se celebraron el pasado domingo. Ahora, con el 86,87% escrutado, ya gana el actual presidente y candidato del Partido Nacional, Juan Orlando Hernández, por 0,7 puntos (42,47% frente al 41,7%).

La crisis política a la que se enfrenta el país es dura y prolongará la situación abierta en junio de 2009, cuando se produjo el golpe de Estado que desalojó de la Presidencia a Manuel Zelaya.
FRAUDE ANUNCIADO
La Alianza de Oposición a la Dictadura lleva semanas avisando del alto riego de fraude electoral en Honduras. Un censo “inflado”, la vieja costumbre de la élite de comprar votos —en 2013, según el Centro de Documentación de Honduras, se compró entre el 20% y el 50% de los votos—, y el extraño giro en el recuento que se produjo en la madrugada de este miércoles hacen temer lo peor.
Hasta el martes en la noche, con casi el 60% de los votos escrutados, el candidato de la Alianza de la Oposición, Salvador Nasralla, mantenía cinco puntos de distancia con Juan Orlando Hernández, el actual presidente de la República que opta a la reelección en contra de la prohibición expresa de la Constitución pero con un débil aval de la Corte Suprema que controla su partido. Unas horas después, el Tribunal Supremo Electoral (TSE), hacía ‘magia’ y con el 74,71% de las mesas contabilizadas, Nasralla ya solo tenía algo más de un punto de ventaja (42,77% frente a 41,61%) respecto a Hernández.
El Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC) de Honduras recordaba anoche que en la última encuesta nacional sobre confianza en las instituciones, el 77% de la población ya dudaba del TSE, con un fuerte control por parte del Gobierno. Los cambios de última hora en el conteo de votos “nos exige estar atentos y atentas para no permitir que los resultados electorales sean maliciosamente modificados para evitar que en esta ocasión el voto popular sea una manifestación concreta de la soberanía sobre nuestro futuro”, alertaba el ERIC, un colectivo cercano a los jesuitas.

9 comentarios:

  1. COMUNICADO
    29-11-2017

    La Comunidad Hondureña en Madrid (CHM) manifiesta ante la opinión pública y medios de comunicación internacionales nuestra intensa preocupación por las irregularidades que han presidido la campaña electoral que en nuestro país culminó con las elecciones del pasado 26 de Noviembre, preocupación que se extiende ante la demora en hacer públicos los resultados.

    Ese anómalo comportamiento del Tribunal Supremo Electoral (TSE) presidido por el señor Matamoros es contrario al modo de operar durante todos los anteriores procesos electorales hondureños. El TSE no avanza datos y pospone así la proclamación de Salvador Nasralla como nuevo presidente de Honduras.

    Nuestra Comunidad (CHM) comparte plenamente la opinión de Marisa Matías –jefa de observadores internacionales de la UE- que ayer 28 de noviembre exigía al Tribunal Supremo Electoral la inmediata publicación de resultados, criticando el que con prácticamente el 60% de actas escrutadas, no se hubiesen presentado ya los pertinentes avances.
    También el grupo de Observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) requería al Tribunal la agilización de un proceso que ya el Candidato de la Alianza Salvador Nasralla había denunciado como “caro y lento” y hacía pública a la vez su contrastada ventaja electoral en 5 puntos, respecto al candidato oficialista Hernández.

    La situación vivida durante estos días resulta pues altamente preocupante en un contexto de amenazadora militarización de la vida pública.

    Hoy con un 75% de resultados escrutados, la Comunidad Hondureña en Madrid (CHM) denuncia la demora en la publicación de resultados que genera tensiones sociales, y temor ante las amenazas de represión que bloquean las aspiraciones democráticas del pueblo hondureño.
    Las últimas noticias informan de la voluntad de extorsión de un poder derrotado pero que no se resigna a ceder ante los resultados de las urnas.

    Durante los próximos días

    -Nuestra Comunidad (CHM) convocará diversos actos públicos en los que apelamos también a la participación solidaria del pueblo madrileño y sus asociaciones.

    -Invitamos al reconocimiento de la victoria de la Alianza Opositora y a la defensa de un nuevo futuro democrático, libre e igualitario para Honduras.

    Contacto:
    honduraschm@gmail.com

    www.facebook.com/honduraschm

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  2. Y efectivamente hubo FRAUDE.
    Matamoros presidente del Tribunal Electoral, declaró hace unas horas la victoria del candidato Hernández por poco más de 40.000 votos.
    Atran quedan
    *las demoras injustificables que mantuvieron en oscuridad el desarrollo del proceso sin hacer público resultados.
    parciales .
    *la caida del sistema informatico: dice el Tribunal que se les jodió el disco duro durante horas decisivas (noche del 26 a madrugada del 27) en que sondeado el grueso de mesas la Alianza superaba en cientos de miles de votos al golpista.Un ejercicio de CIBERFASCISMO modelo el empleado por el PP el 1-O (ver en este número 15 artículo)
    *Militarización de las calles y dispersión violenta y con armamento químico antimanifestaciones de la gente opositora que QUERIA SABER.
    En fin:
    -Ese fraude no puede reconocerse y cualquier "DEMOCRACIA" que presuma de serlo, debe obrar en consecuencia.
    -Esperamos la condena deL FRAUDE por la comisión de observadores de la UE dirigida por Maria Matías, europidupatada electa por la lista del BLOCO.
    -La solidaridad activa e internacionalista con la Alianza es una prioridad de la izquierda europea: SEAMOS CONSECUENTES.

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  3. Gobierno del PP y su TV 1: COMPLICES DEL FRAUDE.

    No cabía esperar otra posición que la reflejada hoy por la TV gubernamental española. Imágenes de distubios callejeros, actuación de operativos policiaco-represivos y siembra de desconfianza en la credibilidad de la única alternativa democrática hondureña: la Alianza que encabeza Salvador Nasralla.
    ¿Porqué ocurre eso en un país como España en que la casta político-económica se revuelve ante cualquier pestañeo en Venezuela? Sencillamente por fidelidad al "amigo americano" y porque con Hernández (candidato oficialista y presidente de una más de las narco-dictaduras que miserabilizan a los pueblos latinoamericanos) los negocios del capital español están seguros..."¡van bien, coño!".
    Repugnate, pero cierto.

    Todo el apoyo necesario al pueblo hondureño desde esta lastrada Europa, va ser imprescindible.

    La liquidación de alternativas de libertad allí siempre nos pasa factura a quienes defendemos la libertad e igualdad aquí.

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  4. Efectivamente, todas las alarmas sonaron ante la tardanza en dar el resultado del las elecciones!!!

    Claro que se necesita la solidaridad más que nunca con Honduras.

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  5. http://www.loquesomos.org/honduras-pie-fraude-electoral/

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  6. https://elsaltodiario.com/honduras/el-fraude-electoral-en-honduras-como-continuacion-del-golpe-de-estado

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  7. El fraude electoral en Honduras como continuación del golpe de Estado
    Paco Gómez Nadal
    2017-12-01 15:38:00
    (1)
    La autodenominada comunidad internacional no reaccionó con especial dureza cuando el teniente coronel René Antonio Herpburn Bueso al frente de 200 militares encapuchados asaltaran la residencia presidencial de Honduras el 28 de junio de 2009, secuestraran al presidente, Manuel Zelaya, y lo sacaran del país en la madrugada.
    Unos meses después, en noviembre, las elecciones organizadas por el Gobierno de facto parecieron una prueba de ‘democratización’ suficiente para que todo volviera al orden.
    Esos comicios los ganó Porfirio Lobo, del Partido Nacional, y durante su mandato se demostró que todo podía ir a peor: la seguridad pública se convirtió en quimera, Honduras se convirtió en el país más peligroso del planeta para las y los defensores ambientales, las élites nacionales terminaron de hincar el diente en los territorios garífunas o lencas con la financiación de bancos de ‘desarrollo’ europeos y estadounidenses, la corrupción endémica se hizo norma (véase el desfalco del Instituto Hondureño de Seguridad Social), y el Congreso logró pasar, después de dos intentos y una sentencia de inconstitucionalidad, la ahora conocida como Ley de Zonas de Desarrollo y Empleo Económico (ZEDE). Las ZEDE son la renuncia de la soberanía nacional a favor de inversores estadounidenses con concesiones por décadas sobre territorio y personas (las conocidas como ciudad charters).
    Porfirio Lobo y su sucesor, también del Partido Nacional, Juan Orlando Hernández, han recreado lo ocurrido en el tránsito del siglo XIX al XX, cuando Terencio Sierra y Manuel Bonilla entregaron buena parte del país a la Standard Fruit Co y a decenas de inversores alemanes que podrían ‘blanquear’ la raza y traer el desarrollo al pequeño país centroamericano.
    El proyecto económico está detrás, delante y alrededor de un proyecto político que necesita tiempo. Por eso, Hernández tomó el relevo de Lobo, y para allanar el camino antes se tomaron algunas decisiones. La más significativa fue la destitución el 12 de diciembre de 2012 de los cuatro magistrados de la Sala Constitucional de la Corte Suprema.
    Es decir, después del golpe de Estado contra Zelaya, hacía falta un golpe institucional que dejara la Sala del Constitucional en manos confiables. Y así fue como los nuevos magistrados consideraron el 22 de abril de 2015 que no es aplicable el artículo 239 de la Constitución de 1982, el que impide la reelección presidencial. Gracias a esa sentencia que alteraba de manera inusual uno de los conocidos como “artículos pétreos” de la

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  8. (2)
    Carta Magna, Juan Orlando Hernández se pudo presentar a las elecciones de este domingo 26 de noviembre.
    Otro paso importante era asegurarse de que el Tribunal Supremo Electoral estuviera controlado. No parece casualidad entonces que la presidencia rotatoria de esa instancia haya estado en manos de David Matamoros Batson durante los polémicos comicios presidenciales de 2013 y ahora, en 2017.
    Matamoros ha sido dos veces diputado del Partido Nacional, la formación de Lobo y de Hernández, y ha llegado a ser secretario general del tradicional partido de la élite entre 2002 y 2004. En medio, fue Director General de Aduanas y se vio involucrado en un turbio asunto de corrupción en 1993. Un ‘hombre del presidente’ en momentos especialmente delicados.
    Todo esto puede explicar cómo los hondureños se despertaron el miércoles, tres días después de las elecciones, con el candidato de la Alianza de Oposición, Salvador Nasralla, aún como presidente electo con el 75% de los votos escrutados, y como, tras un apagón del sistema informático y la inhabilitación de varias actas electorales, se acostaron con Juan Orlando Hernández (JOH) liderando el conteo por apenas 20.000 votos.
    Ya este viernes, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) consolidó el vuelco y dejaba a JOH como ganador virtual con el 94,3% de los votos escrutados y 1,5 puntos de ventaja (46.586 votos) sobre Nasralla. El TSE no ha proclamado aún al presidente siguiendo el consejo de los observadores de la Unión Europea y de la Organización de Estados Americanos (OEA) de no hacerlo hasta haber contado hasta el último voto. En teoría, este viernes en la tarde, con presencia de representantes del Partido Nacional y de la Alianza de Oposición, se contará las 1.031 actas electorales que restan por registrar y que cerrarán el polémico proceso.
    Fraude avisado
    La Alianza de Oposición ya había anunciado su temor a un fraude electoral. Incluso lo había hecho el candidato del tradicional Partido Liberal, Luis Zelaya, que dudaba del TSE y del censo. Un censo que, por cierto, creció de manera desproporcionada (en casi un millón de nuevos electores) y no fue depurado. Un censo dudoso en un país con prácticas clientelares ya seculares.
    La compra de votos “ha sido una práctica central como modalidad de relacionamiento entre las élites políticas y el electorado”, explicaba Carlos Meléndez, investigador de la Universidad de Notre Dame (Indiana, Estados Unidos) y responsable de un exhaustivo informe sobre la compra de votos en las elecciones de 2013.
    Tras aquellos comicios que JOH le ganó a Ximara Castro, esposa del tumbado Manuel Zelaya y lideresa del partido LIBRE, parte de la Alianza de Oposición, “un promedio nacional de 10.2 % de los entrevistados confesaron haber vendido su voto y un 49 % aseguró haber visto o sido testigos de semejantes prácticas en sus comunidades y entorno social”. De hecho, el 16% de las personas que votaron por JOH confesaron haber recibido algo a cambio de su voto. Un porcentaje lejano del 5,88% de los votantes de Castro que también dijeron haber sido compensados.

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  9. (3)La diferencia también se puede notar en la maquinaria económica del Partido Nacional , cuya multimillonaria inversión publicitaria en 2013 supuso el 57% del total de lo gastado por todos los partidos políticos.
    Impunidad y ZEDE
    Juan Orlando Hernández debe ganar. Primero, porque la salida del poder del Partido Nacional y la entrada, dentro de la coalición opositora, del partido de ‘Mel’ Zelaya puede suponer el fin de la impunidad judicial para muchos políticos y para miembros de las grandes familias económicas del país.
    Los procesos por el asesinato de la activista lenca Berta Cáceres y de varios decenas de líderes y lideresas asesinados están parados y sólo la salida del poder de JOH los puede reactivar. Además, Nasralla y la Alianza Opositora han prometido la conformación de un organismo similar a la Comisión Internacional contra la Impunidad de Guatemala (CICIG) para tratar de atajar, con vigilancia externa, la podredumbre que arruina al Estado hondureño y mina la credibilidad de la ciudadanía en las instituciones.
    Juan Orlando Hernández debe ganar porque el Partido Nacional ha puesto mucho empeño en que salga adelante las Zonas de Desarrollo y Empleo Económico (ZEDE), antes conocidas como Regiones Especiales de Desarrollo (RED) pero levemente modificadas ante un fallo de inconstitucionalidad que frenó su puesta en marcha durante el mandato de Lobo.
    Las ZEDE –ya hay dos anunciadas, son ciudades autónomas donde los empresarios inversores “deben establecer sus propios órganos de seguridad interna (....) incluyendo su propia policía, órganos de investigación del delito, inteligencia, persecución penal y sistema penitenciario”.
    Estados empresariales dentro del Estado Nación; o maquilas sin presencia ni control del Estado. El sueño erótico de cualquier neoliberal que fue diseñado para Honduras por el que ahora es economista jefe y vicepresidente senior del Banco Mundial, Paul Romer, que ayudó a Porfirio Lobo a poner en papel este plan y que tomó distancia tras la sentencia de inconstitucionalidad de 2012 que provocó la expulsión de los cuatro magistrados que no apoyaron las RED.
    Economía, votos y control político van de la mano en Honduras, que dependiendo del pronunciamiento final del Tribunal Supremo Electoral puede estar a las puertas de una nueva y grave crisis política y social. Nasralla, Castro y Zelaya ya han llamado a defender su victoria electoral en las calles y este jueves ya se dieron choques callejeros entre partidarios de la Alianza de Oposición y la policía.
    El ciclo autoritario de las élites hondureñas no parece cerrarse y la comunidad internacional, una vez más, no parece tener intención de pronunciarse, excepto para legitimar la situación de facto y la ficción de la institucionalidad democrática.

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