Manuel Blanco Chivite (LoQueSomos)
Una niña española, convenientemente adoctrinada por sus padres y abuelos,
según todos los indicios, habló el 31 de octubre en público por primera vez en
su vida (cumplía 13 años). O, mejor dicho, leyó por primera vez en público unos
párrafos de la Constitución de 1978 que personas mayores le habían preparado.
Leonor leyó por su propia pero dudosa voluntad. No fue ella quien tomó tal
decisión, sino quienes establecen el protocolo político de la familia real,
aparte el adoctrinamiento citado. Y lo leído fueron dos curiosos pasajes de la
citada Constitución.
El primero, pasaje de ficción, dice y así se oyó en la lectura que “la
soberanía nacional reside en el pueblo español”. Aunque, y esto no lo leyó
porque no se lo habían escrito, el pueblo español carezca del derecho a
decidir.
El segundo pasaje leído, de no-ficción, afirma una verdad seguida de una
mentira (ambas constitucionales, desde luego). Leyó que la forma política del
Estado “es la Monarquía parlamentaria”.
Verdad: la forma política del Estada es la Monarquía, cierto, aunque
establecida por Franco y no aprobada por el “pueblo español”, que no ha tenido
derecho a decidir sobre el asunto.
Mentira: que la tal monarquía sea parlamentaria, ya que, en más de 40 años,
los reyes jamás se han sometido a control parlamentario alguno, ni siquiera
para rendir cuentas de sus comportamientos políticos, ni de sus más que
posibles delitos, trapos sucios e irregularidades más que evidentes. Es decir,
que de cara a la Jefatura coronada del Estado (máxima autoridad militar por
otro lado) el parlamento nada puede. La impunidad borbónica es total.
Es lamentable que, desde tan altas como incontroladas instancias estatales
se muestre públicamente tal ejemplo de manipulación de la infancia.
Lo sentimos por la niña. Desde aquí, nuestra solidaridad con Leonor. La
queremos empoderada y libre.
* Luchador antifranquista, condenado a muerte en los procesos del
27 de septiembre de 1975. Integrante de la Asamblea de redacción de LoQueSomos.
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