Alemania, Prensa vendida y degradación de la
opinión pública.
Simone
Vögele (militante del MLPD)
Matthias
Bothe, antiguo redactor jefe de Berliner
Kurier, respondía recientemente a una entrevista en RT Deutsch:
“Los
periódicos actuales son solo una sombra de lo que fueron en el pasado y eso no
es producto del éxito de Internet sino resultado de la incompetencia de sus
redactores jefe.
Las
historietas que cuentan (“los relatos”)
solo perduran hasta que estallan como mentiras. Sin embargo, los fieles lectores
les perdonan. Se escribe sobre asuntos intrascendentes y se aceptan acríticamente
las noticias, se justifican los comunicados de prensa gubernamentales “por
aclamación”…sin ningún análisis crítico.
Tal
situación asquea y sectores del público lector intuyen que se les toma por
imbéciles.
De todo eso
no es responsable Internet sino el haber instituido a charlatanes y estafadores
en el rol de “redactores jefe”. Desapareció el periodismo de investigación para
sustituirlo por asuntos insignificantes que buscan el mero entretenimiento
mediante bandazos entre la payasada y la
obscenidad.
Viejos
periodistas como Alfred Neven discernían perfectamente entre periodistas
capaces y periodistas inútiles.
Hoy, esa
diferencia está de más.
Los
redactores de editoriales ya no son periodistas profesionales sino meros
contables…preocupados por los negocios del medio en que se ganan el sueldo.
Hace ya
tiempo que los buenos periodistas se retiraron y los grandes temas como la
política y la economía se han subcontratado por multinacionales que difunden
los mismos clichés en todos los medios de comunicación.
De modo que
cuando el periodismo se dedica esencialmente
la difusión de fake news ha
perdido el derecho a llamarse periodismo”.
(Aproximadamente
habló así, porque retengo sus palabras de memoria).
Y es que
efectivamente la crisis del periodismo en Alemania (en prensa, radio,
televisión…) tiene mucho paralelismo con la acontecida bajo el régimen nazi.
Pero en esta
ocasión no la determina la obediencia a
una despótica política de “ordeno y mando”. No, en este período es la enorme
concentración de poder industrial entre las garras de los lobbies mediáticos,
la que ejerce su dominio sobre la clase política y la opinión ciudadana.
Empresas
editoriales históricas, a veces familiares,
anteriormente guiadas por su vocación periodística, se han vendido a
poderosos consorcios de los que forman parte potentes agencias internacionales
de noticias, con catastrófico resultado para el público lector y la formación
de su opinión.
Poderosas
agencias como Madsack venden
información que “los medios compradores” no se molestan en contrastar y la
publican tal y como la reciben.
En lo
esencial, se convierten así en la RFA, en portavoces del gobierno y difunden
acríticamente su viraje a la derecha. Cómplices del más feroz neoliberalismo,
seleccionan noticias que refuerzan la manipulación de la opinión pública. De
modo que así, la opinión pública deviene hostil frente a los refugiados, frente
a Rusia, a la socialdemocracia…y desde
luego, frente al comunismo.
Toda visión
política crítica, se criminaliza y la
opinión social se manipula, se polariza artificialmente, se “calienta”…como si
estuviese frente a un partido de fútbol y no frente al presente y el futuro de
la gente.
La hostilidad respecto a la emigración crece y también
aunque a ritmo más lento, crece la rusofobia; más lento porque son muchos los
alemanes que aún no han olvidado que la Glasnost
de Gorbachov hizo posible la reunificación alemana, dicho sea de paso aunque
contraríe las recientes declaraciones del al llamado “ministro de exteriores”
alemán (Heiko Maas). Según Maas fueron los
EEUU los artífices de la reunificación alemana…una falsedad con la que paga
su tributo al imperio.
En cada
hogar alemán se cobra un impuesto para financiar las televisiones ARD y ZDF y
también para costear varios programas públicos de radio. Eso reporta a esos
medios de comunicación una enorme cantidad de recursos económicos difíciles de
imaginar.
Y el
Tribunal Supremo acaba de validar “legalmente” esas prácticas que varias
organizaciones habían denunciado.
La
homologación de los medios, su dependencia servil de los portavoces del
gobierno (y la suspensión de empleo de periodistas críticos) está en la base de
la crisis del periodismo… Mejor no hablamos de la bazofia que distribuyen como
“noticias” nuestros telediarios.
Por
desgracia es sencillo embobar al público alemán. Porque está en sus tradiciones
y costumbres la fe en las autoridades. Cuando quitan importancia a la actual
manipulación de masas, su ingenua confianza en que “todo mejorará con el
tiempo” me hace pensar en 1933, con la gente (y sobre todo con la izquierda) creyendo que Hitler, el
venenoso enano, no tenía importancia…y pasaría sin pena ni gloria.
Sobre
nuestra izquierda moderada y posibilista escribiré en otra ocasión…a día de hoy
sueña con modelos tipo Podemos o Syriza, pero sin análisis concreto y preciso
de sus trayectorias.
Pero en lo
que se refiere a medios de comunicación de izquierda y la comunicación entre
personas digamos críticas con el sistema, la situación resulta preocupante.
La
autosatisfacción del “me gusta” sustituye la reflexión, y el enredarse en el mundo virtual (¡tan cómodo!) les exime
de compromisos de organización y acción en el mundo analógico.
El colmo -y
lo cito solo como un ejemplo- ha sido
una reciente acción conjunta del MLPD, en una ciudad próxima a la mía, junto a
jóvenes feministas que forman parte de la organización Courage…para esas jóvenes compañeras lo de menos pareció ser el
contenido y las formas de la acción (¿Qué hacemos? ¿Mesa de propaganda y
manifestación después? ¿Micrófono abierto? ¿Quién pide los permisos? ¿Qué pasa
con los gastos...) Lo importante parecía ser “¿Qué fotos haremos? ¿Como las
difundimos en redes sociales?”
Sí, muy lamentable.
Compañera y amiga Simone.
ResponderEliminarTu artículo me proyecta a mejores tiempos del movimiento estudiantil alemán, con procesos asamblearios de debate, iniciativas de autoorganización, solidaridad internacionalista contra la ingerencia bélica USA en Vietnam y el ascenso de la organización del SDS (de la que acertamos a entender algo en España gracias a extensos artículos publicados entonces en la revista TRIUNFO), mejores tiempos que viví en persona durante el invierno de 1969 en Berlín.
De aquellos años 67-68-69 del pasado siglo, y al hilo de tu “Prensa Vendida”, retengo la lucha frente al coloso mediático Springer, (un coloso cuestionado también por medios “liberales” alemanes como Der Spiegel, Die Zeit y Der Stern…claro que aquello respondía al período que aludes citando a Matthias Bothe y el hoy extinto “periodismo-periodismo” para dejar paso a “los contables”).
Las calumnias vociferantes –contra todo lo que se movía- articuladas por la prensa amarilla capitaneada entonces por el grupo Springer, motivaron la saludable exigencia social de las campañas Anti-Springer, concentradas en la exitosa consigna de ¡Expropiad a Springer!... (Cierto que exitosa por su asunción por la gente y su funcionalidad pedagógica, aunque no por sus resultados que exigían “más lucha de clases”).
Es cierto, ¡ha llovido mucho desde estonces! tanto como para que un exministro de exteriores “verde” Joska Fischer (en aquella coalición “roji-verde” con la socialdemocracia), acabara de altísimo consejero en la pardusca multinacional Siemens …que así le pagó los servicios prestados por su alineamiento belicista y destructivo de Iraq junto a Bush y cía…¡Un desastre!
O como para que Cohn Bendit, tilde de “golpista” (como el diario ultra-conservador Le Figaro) la movilización en Francia de “los chalecos amarillos”- te remitiré, aparte, nuevo artículo sobre ello publicado en Viento Sur).
En fin como dice una amiga aragonesa: ¡el futuro aún está en manos de los cangrejos-políticos!