miércoles, 14 de noviembre de 2018

Alemania, Prensa vendida, Simone Vögele


 Alemania, Prensa vendida y degradación de la opinión pública.

Simone Vögele (militante del MLPD)

Matthias Bothe, antiguo redactor jefe de Berliner Kurier, respondía recientemente a una entrevista en RT Deutsch:
“Los periódicos actuales son solo una sombra de lo que fueron en el pasado y eso no es producto del éxito de Internet sino resultado de la incompetencia de sus redactores jefe.
Las historietas que cuentan (“los relatos”) solo perduran hasta que estallan como mentiras. Sin embargo, los fieles lectores les perdonan. Se escribe sobre asuntos intrascendentes y se aceptan acríticamente las noticias, se justifican los comunicados de prensa gubernamentales “por aclamación”…sin ningún análisis crítico.

Tal situación asquea y sectores del público lector intuyen que se les toma por imbéciles.
De todo eso no es responsable Internet sino el haber instituido a charlatanes y estafadores en el rol de “redactores jefe”. Desapareció el periodismo de investigación para sustituirlo por asuntos insignificantes que buscan el mero entretenimiento mediante  bandazos entre la payasada y la obscenidad.
Viejos periodistas como Alfred Neven discernían perfectamente entre periodistas capaces y periodistas inútiles.
Hoy, esa diferencia está de más.
Los redactores de editoriales ya no son periodistas profesionales sino meros contables…preocupados por los negocios del medio en que se ganan el sueldo.
Hace ya tiempo que los buenos periodistas se retiraron y los grandes temas como la política y la economía se han subcontratado por multinacionales que difunden los mismos clichés en todos los medios de comunicación.
De modo que cuando el periodismo se dedica esencialmente  la difusión de fake news ha perdido el derecho a llamarse periodismo”.

(Aproximadamente habló así, porque retengo sus palabras de memoria).

Y es que efectivamente la crisis del periodismo en Alemania (en prensa, radio, televisión…) tiene mucho paralelismo con la acontecida bajo el régimen nazi.
Pero en esta ocasión no la determina la  obediencia a una despótica política de “ordeno y mando”. No, en este período es la enorme concentración de poder industrial entre las garras de los lobbies mediáticos, la que ejerce su dominio sobre la clase política y la opinión ciudadana.
Empresas editoriales históricas, a veces familiares,  anteriormente guiadas por su vocación periodística, se han vendido a poderosos consorcios de los que forman parte potentes agencias internacionales de noticias, con catastrófico resultado para el público lector y la formación de su opinión.

Poderosas agencias como Madsack venden información que “los medios compradores” no se molestan en contrastar y la publican tal y como la reciben.
En lo esencial, se convierten así en la RFA, en portavoces del gobierno y difunden acríticamente su viraje a la derecha. Cómplices del más feroz neoliberalismo, seleccionan noticias que refuerzan la manipulación de la opinión pública. De modo que así, la opinión pública deviene hostil frente a los refugiados, frente a Rusia,  a la socialdemocracia…y desde luego, frente  al comunismo.
Toda visión política crítica, se criminaliza  y la opinión social se manipula, se polariza artificialmente, se “calienta”…como si estuviese frente a un partido de fútbol y no frente al presente y el futuro de la gente.

La hostilidad respecto a la emigración crece y también aunque a ritmo más lento, crece la rusofobia; más lento porque son muchos los alemanes que aún no han olvidado que la Glasnost de Gorbachov hizo posible la reunificación alemana, dicho sea de paso aunque contraríe las recientes declaraciones del al llamado “ministro de exteriores” alemán (Heiko Maas). Según Maas fueron los EEUU los artífices de la reunificación alemana…una falsedad con la que paga su tributo al imperio. 

En cada hogar alemán se cobra un impuesto para financiar las televisiones ARD y ZDF y también para costear varios programas públicos de radio. Eso reporta a esos medios de comunicación una enorme cantidad de recursos económicos difíciles de imaginar.
Y el Tribunal Supremo acaba de validar “legalmente” esas prácticas que varias organizaciones habían denunciado.
La homologación de los medios, su dependencia servil de los portavoces del gobierno (y la suspensión de empleo de periodistas críticos) está en la base de la crisis del periodismo… Mejor no hablamos de la bazofia que distribuyen como “noticias” nuestros telediarios.

Por desgracia es sencillo embobar al público alemán. Porque está en sus tradiciones y costumbres la fe en las autoridades. Cuando quitan importancia a la actual manipulación de masas, su ingenua confianza en que “todo mejorará con el tiempo” me hace pensar en 1933, con la gente (y sobre todo  con la izquierda) creyendo que Hitler, el venenoso enano, no tenía importancia…y pasaría sin pena ni gloria.

Sobre nuestra izquierda moderada y posibilista escribiré en otra ocasión…a día de hoy sueña con modelos tipo Podemos o Syriza, pero sin análisis concreto y preciso de sus trayectorias.
Pero en lo que se refiere a medios de comunicación de izquierda y la comunicación entre personas digamos críticas con el sistema, la situación resulta preocupante.

La autosatisfacción del “me gusta” sustituye la reflexión, y el enredarse en el mundo virtual (¡tan cómodo!) les exime de compromisos de organización y acción en el mundo analógico.
El colmo -y lo cito  solo como un ejemplo- ha sido una reciente acción conjunta del MLPD, en una ciudad próxima a la mía, junto a jóvenes feministas que forman parte de la organización Courage…para esas jóvenes compañeras lo de menos pareció ser el contenido y las formas de la acción  (¿Qué hacemos? ¿Mesa de propaganda y manifestación después? ¿Micrófono abierto? ¿Quién pide los permisos? ¿Qué pasa con los gastos...) Lo importante parecía ser “¿Qué fotos haremos? ¿Como las difundimos en redes sociales?”
Sí, muy lamentable.

1 comentario:

  1. Compañera y amiga Simone.

    Tu artículo me proyecta a mejores tiempos del movimiento estudiantil alemán, con procesos asamblearios de debate, iniciativas de autoorganización, solidaridad internacionalista contra la ingerencia bélica USA en Vietnam y el ascenso de la organización del SDS (de la que acertamos a entender algo en España gracias a extensos artículos publicados entonces en la revista TRIUNFO), mejores tiempos que viví en persona durante el invierno de 1969 en Berlín.

    De aquellos años 67-68-69 del pasado siglo, y al hilo de tu “Prensa Vendida”, retengo la lucha frente al coloso mediático Springer, (un coloso cuestionado también por medios “liberales” alemanes como Der Spiegel, Die Zeit y Der Stern…claro que aquello respondía al período que aludes citando a Matthias Bothe y el hoy extinto “periodismo-periodismo” para dejar paso a “los contables”).

    Las calumnias vociferantes –contra todo lo que se movía- articuladas por la prensa amarilla capitaneada entonces por el grupo Springer, motivaron la saludable exigencia social de las campañas Anti-Springer, concentradas en la exitosa consigna de ¡Expropiad a Springer!... (Cierto que exitosa por su asunción por la gente y su funcionalidad pedagógica, aunque no por sus resultados que exigían “más lucha de clases”).
    Es cierto, ¡ha llovido mucho desde estonces! tanto como para que un exministro de exteriores “verde” Joska Fischer (en aquella coalición “roji-verde” con la socialdemocracia), acabara de altísimo consejero en la pardusca multinacional Siemens …que así le pagó los servicios prestados por su alineamiento belicista y destructivo de Iraq junto a Bush y cía…¡Un desastre!
    O como para que Cohn Bendit, tilde de “golpista” (como el diario ultra-conservador Le Figaro) la movilización en Francia de “los chalecos amarillos”- te remitiré, aparte, nuevo artículo sobre ello publicado en Viento Sur).

    En fin como dice una amiga aragonesa: ¡el futuro aún está en manos de los cangrejos-políticos!

    ResponderEliminar