El 8 de Marzo de 2.018 quedará grabado en todas las mentes, ya que ha conseguido visibilizar y sensibilizar la lucha de las mujeres en todos los aspectos de la vida. Desde aquí quiero saludar y felicitar esta jornada de lucha y para ello nada mejor que seguir extendiendo la lucha de las mujeres y del feminismo.
Dejo a continuación el Manifiesto que se leyó en todas
las manifestaciones del estado español, así como un ramillete de imágenes de
esta movilización internacional.
MANIFIESTO 8M
JUNTAS SOMOS MÁS. Cada 8 de Marzo celebramos la alianza entre mujeres paradefender
nuestros derechos conquistados. Fue la unión de muchas mujeres en el mundo,que consiguió grandes victorias para todas nosotras y nos trajo derechos que
poseemoshoy. Nos precede una larga genealogía de mujeres activistas,
sufragistas y sindicalistas.Las que trajeron la Segunda República, las
que lucharon en la Guerra Civil, las que combatieron al colonialismo y las que
fueron parte las luchas anti-imperialistas. Sin embargo, sabemos que aún no es
suficiente: queda mucho por hacer y nosotras seguimos luchando
La
sororidad es nuestra arma; es la acción multitudinaria la que nos permite
seguir avanzando. La fecha del 8 de marzo es nuestra, internacional y
reivindicativa.
Hoy, 8 de Marzo, las mujeres de todo el mundo estamos convocadas a la HUELGA
FEMINISTA.
Nuestra identidad es múltiple, somos diversas.
Vivimos en el entorno rural y en el entorno urbano, trabajamos en el ámbito
laboral y en el de los cuidados. Somos payas, gitanas, migradas y racializadas.
Nuestras edades son todas y nos sabemos lesbianas, trans, bisexuales, inter,
queer, hetero… Somos las que no están: somos las asesinadas, somos las
presas. Somos TODAS. Juntas hoy paramos el mundo y gritamos: ¡BASTA! ante
todas las violencias que nos atraviesan.
¡BASTA! de agresiones, humillaciones, marginaciones o exclusiones. Exigimos que el Pacto de Estado contra las violencias machistas –por lo demás insuficiente– se dote de recursos y medios para el desarrollo de políticas reales y efectivas que ayuden a conseguir una sociedad libre de violencias contra las mujeres y niñas. Denunciamos la represión a quienes encabezan la lucha por los derechos sociales y reproductivos.
¡BASTA! De violencias machistas, cotidianas e
invisibilizadas, que vivimos las mujeres sea cual sea
nuestra edad y condición. QUEREMOS poder movernos en libertad por todos los
espacios y a todas horas. Señalamos y denunciamos la violencia sexual como
expresión paradigmática de la apropiación patriarcal de nuestro cuerpo, que
afecta de modo aún más marcado a mujeres en situación de vulnerabilidad como
mujeres migradas y trabajadoras domésticas. Es urgente que nuestra
reivindicación Ni una menos sea una realidad.
¡BASTA De opresión por nuestras orientaciones e
identidades sexuales! Denunciamos la
LGTBIfobia social, institucional y laboral que sufrimos muchas de nosotras,
como otra forma de violencia machista. Somos mujeres y somos diversas.
¡MUJERES LIBRES, EN TERRITORIOS LIBRES!
Somos las que reproducen la vida. El trabajo doméstico
y de cuidados que hacemos las mujeres es imprescindible para el sostenimiento
de la vida. Que mayoritariamente sea gratuito o esté devaluado es una trampa en
el desarrollo del capitalismo. Hoy, con la huelga de cuidados en
la familia y la sociedad, damos visibilidad a un trabajo que nadie quiere
reconocer, ya sea en la casa, mal pagado o como economía sumergida.
Reivindicamos que el trabajo de cuidados sea reconocido como un bien social de
primer orden, y exigimos la redistribución de este tipo de tareas.
Hoy
reivindicamos una sociedad libre de opresiones, de explotación y violencias
machistas. Llamamos a la rebeldía y a la lucha ante la alianza entre el
patriarcado y el capitalismo que nos quiere dóciles, sumisas y calladas.
No aceptamos estar sometidas a peores condiciones
laborales, ni cobrar menos que los hombres por el mismo trabajo. Por eso, hoy
también hacemos huelga laboral.
Huelga
contra los techos de cristal y la precariedad laboral, porque los trabajos a
los que logramos acceder están marcados por la temporalidad, la incertidumbre,
los bajos salarios y las jornadas parciales no deseadas. Nosotras engrosamos
las listas del paro. Muchos de los trabajos que realizamos no poseen garantías
o no están regulados. Y cuando algunas de nosotras tenemos mejores trabajos,
nos encontramos con que los puestos de mayor salario y responsabilidad están
copados por hombres. La empresa privada, la pública, las instituciones y la
política son reproductoras de la brecha de género.
¡BASTA!
de discriminación salarial por el hecho de ser mujeres, de menosprecio y de
acoso sexual en el ámbito laboral.
Denunciamos que ser mujer sea la principal
causa de pobreza y que se nos castigue por nuestra diversidad. La precariedad
se agrava para muchas de nosotras por tener mayor edad, ser migrada y estar
racializadas, por tener diversidad funcional o una imagen alejada de la
normatividad. Reivindicamos que nuestra situación laboral nos permita
desarrollar un proyecto vital con dignidad y autonomía; y que el empleo se
adapte a las necesidades de la vida: el embarazo o los cuidados no pueden
ser objeto de despido ni de marginación laboral, ni deben menoscabar nuestras
expectativas personales ni profesionales.
Exigimos también las pensiones que nos hemos
ganado. No más pensiones de miseria, que nos obligan a sufrir pobreza en la
vejez. Pedimos la cotitularidad de las pensiones y que el tiempo dedicado a
tareas de cuidado, o que hemos desarrollado en el campo, sea reconocido en el
cálculo de las pensiones al igual que el trabajo laboral y luchamos
por la ratificación del convenio 189 de la OIT que regula el trabajo
doméstico.
Gritamos bien fuerte contra el neoliberalismo salvaje
que se impone como pensamiento único a nivel mundial y que destroza nuestro
planeta y nuestras vidas. Las mujeres tenemos un papel primordial en la lucha
contra del cambio climático y en la preservación de la biodiversidad. Por eso,
apostamos decididamente por la soberanía alimentaria de los pueblos. Apoyamos
el trabajo de muchas compañeras que ponen en riesgo su vida por defender el
territorio y sus cultivos. Exigimos que la defensa de la vida se sitúe
en el centro de la economía y de la política.
Exigimos ser protagonistas de nuestras vidas, de nuestra
salud y de nuestros cuerpos, sin ningún tipo de presión estética. Nuestros
cuerpos no son mercadería ni objeto, y por eso, también hacemos huelga
de consumo. ¡Basta ya de ser utilizadas como reclamo!
Exigimos también la despatologización de
nuestras vidas, nuestras emociones, nuestras circunstancias: la medicalización
responde a intereses de grandes empresas, no a nuestra salud. ¡Basta de
considerar nuestros procesos de vida como enfermedades!
La educación es la etapa principal en la que
construimos nuestras identidades sexuales y de género y por ello las
estudiantes, las maestras, la comunidad educativa y todo el movimiento
feminista exigimos nuestro derecho a una educación pública, laica y
feminista. Libre de valores heteropatriarcales desde los primeros tramos
educativos, en los que las profesoras somos mayoría, hasta la universidad.
Reivindicamos también nuestro derecho a una formación afectivo-sexual que nos
enseñe en la diversidad, sin miedos, sin complejos, sin reducirnos a meros
objetos y que no permita una sola agresión machista ni LGTBIfóbica en las
aulas.
Exigimos
un avance en la coeducación en todos los ámbitos y espacios de formación y una
educación que no relegue nuestra historia a los márgenes de los libros de
texto; y en la que la perspectiva de género se transversal a todas las
disciplinas. ¡No somos una excepción, somos una constante que ha sido callada!
¡VIVAN
LA HUELGA DE CUIDADOS, DE CONSUMO, LABORAL Y EDUCATIVA!
¡VIVA LA HUELGA FEMINISTA!
¡VIVA LA HUELGA FEMINISTA!
Ninguna
mujer es ilegal. Decimos ¡BASTA! al racismo y la exclusión. Gritamos
bien alto: ¡No a las guerras y a la fabricación de material bélico! Las guerras
son producto y extensión del patriarcado y del capitalismo para el control de
los territorios y de las personas. La consecuencia directa de las guerras son
millares de mujeres refugiadas por todo el mundo, mujeres que estamos siendo
victimizadas, olvidadas y violentadas. Exigimos la acogida de todas las
personas migradas, sea por el motivo que sea. ¡Somos mujeres libres en
territorios libres!
Denunciamos los
recortes presupuestarios en los sectores que más afectan a las mujeres: el
sistema de salud, los servicios sociales y la educación.
Denunciamos la
corrupción como un factor agravante de la crisis.
Denunciamos la
justicia patriarcal que no nos considera sujetas de pleno derecho.
Denunciamos la
grave represión y recortes de derechos que estamos sufriendo.
Exigimos plena
igualdad de derechos y condiciones de vida, y la total aceptación de nuestra
diversidad.
¡NOS
QUEREMOS LIBRES, NOS QUEREMOS VIVAS, FEMINISTAS,
COMBATIVAS Y REBELDES!
Hoy,
la huelga feminista no se acaba: ¡SEGUIREMOS HASTA CONSEGUIR EL MUNDO QUE
QUEREMOS!
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