José Soto Pérez
Hablar de Etiopía en
Europa trae a la cabeza pobreza, sí, como muchos otros países Etiopía es un
país africano muy pobre, pero no más que otros del mundo
Viajar a Etiopía para
descubrirla puede traer a Europa, la típica y tópica frase ¿dónde vas? si
no me gusta Cancún, me voy a Etiopía.
Es un país enigmático y
lleno de secretos, misterios, sorpresas tras sorpresas, humildad y corazón de
las gentes que allí habitan.
Es como retroceder en el
tiempo unos 1000 años, calculo, subir al avión , y cuando bajas te presentas en
el siglo XII, pero con móviles y parabólicas.
Etiopía llena la vista y
la imaginación, todo lo imaginado y pocas veces visto, es un país que duerme
temprano porque a muchas calles no llega la corriente eléctrica ni el agua
corriente potable, pero al amanecer y con la creencia de sus dioses y aún con
el estómago vacío llenan otra día las calles, en silencio más que hablando, sus
gentes son calladas, silenciosas, solo roto por el griterío de los niños y el
ruido de los moto-taxis y de los coches.
Addis Abeba, es la
capital de un país estigmatizado por aquella hambruna que atrajo a los
cantantes más famosos del mundo y dar un concierto benéfico, recaudar
fondos y sacar a Etiopía de su caos natural, de la muerte el hambre y sed,
todos los turistas huyen de esta capital, como si fuera maldita, ruidosa,
poseída por la lujuria y el atraco, por sus contrastes de altos edificios con
chabolas, de negros con tostados, de plástico con aluminio, pero a mí me
encantó, se cruzan culturas y costumbres, por 2 euros comes y bebes en sus
mejores restaurantes, ahí sentado en la calle con todos los demás acogido como
uno más.
Por unos 5 céntimos de
euro lees el periódico en la calle, el kioskero te lo deja, te sientas donde
puedes, o en una silla pequeña, hay calles llenas de lectores de
diferentes periódicos, no muchos, pero todos llevan sección de Empleo, la
página más leída sin duda alguna. Etiopía tiene un porcentaje muy alto de paro.
Destacar alguna
ciudad más como Lalibela, pequeña que sabe a poco, recorres sus
calles en una hora y ya sales a los campos arenosos y estériles, con tierras y
rocas de color ocre, visitada por miles de turistas al año, sus iglesias excavadas
en la roca solo puede ser obra de gigantes o extraterrestres, ahí no fue
posible picar tanto con las manos.
El sur, lleno de pueblos
con verde a su alrededor, un país dentro de otro país, descubrimos las tribus
diferentes que solo evolucionan hacia "Europa" con lo que ven en los
turistas que dan dinero, regalan camisetas, peines, horquillas, relojes,
cremas, bolígrafos, cuadernos......y sorprendidos estoy seguro que dicen :
¡para qué querrán tanto !
Concisa crónica y excelentes fotos, amigo José.
ResponderEliminarMuy agradecidos por tu envío...Ya me gustaría ver la colección completa recopilada en libro.
Un gran abrazo, ¡viajero!