lunes, 13 de marzo de 2017

CONTRA TODOS LOS RACISMOS



Desde Junts, Associació Catalana de Jueus i Palestins, e IJAN, Red judía antisionista internacional, vemos con preocupación el crecimiento de la extrema derecha europea y mundial, y la consecuente multiplicación de actos violentos y vandálicos dirigidos contra minorías étnicas y religiosas, así como manifestaciones de homofobia, y las tentativas de traducción en políticas discriminatorias en particular contra migrantes, refugiados y personas de confesión musulmana por parte de gobiernos e instituciones.
Nos preocupa en particular el discurso simplista y populista consistente en achacar todos los males que sufren la sociedad catalana y española provocados por la crisis económica y social, desatada por el capitalismo financiero especulativo, a las poblaciones migrantes y refugiadas. Aquellas han servido de mano de obra durante el auge de la construcción, y estas son victimas de una serie de guerras e invasiones en Oriente medio, en las cuales el Estado español, Europa y los EEUU llevan una responsabilidad importante, directamente o a través de sus aliados.
Por supuesto que Junts e Ijan, asociaciones integradas por personas judías y palestinas, se preocupan y se conmueven por todas las victimas de atentados y guerras por igual, así como por el trato cruel y vejatorio reservado a los refugiados provenientes de dichas guerras que llegan a Europa.
De la misma manera que nos indignamos por la violencia ejercida contra personas de cualquier origen o confesión, nuestro deber es analizar e ir a la raíz de dichos conflictos, y en el contexto actual, esto nos lleva a situar la ocupación de Palestina por parte del Estado de Israel en el corazón de la inestabilidad actual en Oriente próximo, ocupación de la cual se cumplirán 70 años el año que viene, tanto a nivel político, como simbólico, por el valor que tiene Jerusalén-Al Quds para las tres religiones monoteístas, sino por el ejemplo de la resistencia del pueblo palestino a una opresión cada vez más exacerbada y desnuda.  

En efecto, la política hipócrita de doble rasero de la Unión europea, negándose a condenar a Israel por su política de Apartheid hacia la población autóctona de Palestina y a tomar medidas eficaces contra la continua expansión de la colonización de Cisjordania, así como para acabar con el bloqueo ilegal e inhumano de la Franja de Gaza, no pueden sino alimentar el sentimiento de injusticia de la juventud y llevar a una radicalización violenta de una parte de ésta.
Condenamos firmemente los atentados cometidos contra personas judías en Europa y los actos vandálicos  contra sepulturas de judíos en EEUU,  sea por parte de militantes de extrema derecha como por parte de militantes “jihadistas”. Pero no podemos sino denunciar que el empeño del gobierno israelí en hablar en nombre de todos los judíos del mundo y en querer representarlos, lleva a que las comunidades y personas judías en Occidente se vean identificadas, (a veces a pesar suyo), con las políticas sionistas colonizadoras y racistas de Israel, haciendo de ellas potenciales víctimas de atentados terroristas y llevando a consecuencias graves para los defensores de los Derechos Humanos que somos. Además, la simpatía que muestran algunos movimientos de extrema derecha, y en particular el gobierno de EEUU, hacia Israel no engaña y muestra que comparten no sólo la islamofobia, sino una agenda política de discriminación y violencia hacia las minorías, que pone en peligro fundamentos democráticos y derechos obtenidos después de largas luchas.
 Por supuesto, condenamos con fuerza los actos vandálicos contra los lugares de culto musulmanes y las violencias verbales y físicas contra personas y en particular contra mujeres musulmanes, pues representan la parte más vulnerable y explotada de nuestras sociedades europeas. La crisis, sin lugar a dudas, golpea duramente y requiere de un chivo expiatorio.  Así como en los años 1930, los judíos fueron designados culpables de todos los males, lo que desembocó en el genocidio nazi, actualmente, la población migrante, refugiada y musulmana deviene el chivo expiatorio de la crisis en Europa.
Por todo ello, manifestamos nuestro apoyo a la población migrante y a los refugiados. Por ello también denunciamos que nuestros gobiernos tienen una responsabilidad grave en la situación explosiva y de fragmentación que viven los países del próximo oriente, alimentando la guerra, la radicalización y el sentimiento de impotencia y de injusticia, y en particular la situación desesperada que vive la población palestina  y por ello defendemos que tomen las medidas que se imponen y se comprometan seriamente a defender los derechos humanos.
En este sentido, Junts e IJAN apoyan la campaña BDS -Boicot, Desinversión y Sanciones a Israel- respondiendo así a la llamada de la sociedad civil palestina contra la política de segregación, discriminación y colonización del Estado de Israel. La campaña es un instrumento legítimo de lucha no violenta para el reconocimiento de los derechos del pueblo palestino, que en ningún caso ataca a las personas por su identidad judía, sino que denuncia complicidades con un Estado que viola impunemente los derechos humanos y sigue sin acatar ninguna de las resoluciones de la ONU sobre Palestina.
IJAN y Junts denunciamos que las acusaciones de racismo vertidas contra el BDS son completamente infundadas, así como el intento de criminalizar a quienes participan en ella, y que son una estrategia de desprestigio por parte del Estado sionista contra una campaña que está dando resultados a nivel mundial, a la cual invitamos a la sociedades civiles catalanas y del Estado español a sumarse activamente.


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