Por
: mi nombre es LIBERTAD
En pasado día 13 de junio
con mucho boato y gran despliegue de medios se celebró el debate entre cuatro de
los candidatos que se presentan a las elecciones generales del próximo día 26 J,
el cual tuve el honor de NO VER, lo que una vez escuchados los
comentarios de aquí, de allá y de maracuyá, fue un pleno al quince.
La verdad es que no recuerdo
haberme tragado un debate en la vida, siempre he tenido la impresión que son un
rollo patatero y personalmente los temas institucionales en las democracias
burguesas como las que recorren de norte a sur y de este a oeste el estado
español, no me seducen nada.
Durante la campaña se estan
haciendo debates a dos, a tres, a cuatro y más, pero ninguno de ellos me ha motivado lo
suficiente para cambiar la rutina y estirarme en el sofá y tragarme con
generosa armonía sus soluciones para eliminar el paro o los desahucios, tener
una sanidad y una enseñanza de calidad y gratuita, crear políticas para que
eliminen las desigualdades entre sexos y personas, o el tan poco original “y tú
más”..
El gran orgasmo de las
democracias occidentales es el derecho al voto, pues dicen que es el pueblo
“soberano” el que con su voto, quita y pone al partido que le va a representar
sus durante cuatro años, en una palabra, que es como firmar un cheque en blanco
a quienes se les vota, y si además son los que gobiernan, durante toda la
vigencia de su mandato utilizarán el voto para hacer la política que el gran
capital les imponga o la que les salga de sus…. caprichos y su programa electoral quedará encuadernado en las
hemerotecas. En estos casos, el recurso es mandarles a la mierda
En mi caso, este tipo de
participación democrática, me produce una anorgásmia electoral e institucional,
lo que significa que las pocas veces que he acudido al “tan solemne acto de
votar” ni se me ha aumentado el libido, ni he tenido sensaciónes de placer, más
bien, indiferencia y hastío, algo que seguramente en sociedades como la que
padecemos en el Estado Español, será digno estudio de sociolog@s, que la
definirán muy bien, pero al final, ell@s también acabaran siendo anorgásmiscos electorales.
Apelando al sentido común y
a la historía, vemos como todos los procesos electorales burgueses sirven para
muy poco, pues en general los cambios que se consiguen por esta vía, tienen más
de fotogenía que de cambio radical de las administraciones, ya que tener el
poder politíco, no significa tener el poder económico y este en general, está
en otras manos.
Oigo que esta campaña
electoral esta siendo muy sosa, monotona y aburrida, pero a mí hay una cosa que
me pone un poco cachondo y es que Rajoy y sus comparsas digan “QUE VIENEN LOS ROJOS”,
joder eso es lo que estoy esperando. Si el ánimo se mantiene hasta el 26 J,
igual voto, eso sí, pondré todos los medios de seguridad y protección, para no
contaminarme.
Amiga LIBERTAD. (1)
ResponderEliminarTe leo con cariño y…no sé bien por donde entrarte.
Entiendo que no te pongan los debates institucionales. A mi tampoco. Entre otras cosas porque a estas alturas pocos asuntos socio-político-culturales aciertan a ponerme cachondo.
Sin embargo, creo sinceramente que no es ese el problema. Nuestra conciencia (la de unxs pocxs ilustradxs) no es la medida de la lucha de clases. Sabemos que el capitalismo es el robo, la destrucción del planeta y la guerra…pero eso no entra en la mayoría de las cabezas por mucho que lo repitamos (en eso solo creo a medias en las bondades de la “educación”. Las cabezas se impregnan por el hacer global y cotidiano que es el que crea conciencia desde la acción-reflexión…porque la “práctica teórica” es un vicio solitario.
El problema es cómo se forma la conciencia político-emocional de la gente, de los más amplios sectores “espabilados” de la gente, porque son ellxs los protagonistas de las modificaciones sociales y quienes viven, como éxitos o derrotas, qué opciones políticas avanzan y tienen apoyo social, cuales retroceden y qué otras se quedan solo en discurso y en operatividad de “servicios mínimos”.
A la gente que no espera un futuro mundo feliz, que conoce su limitada esperanza de vida, esa inmensa mayoría que no tiene “visión militante” tipo (ya sabes) “a cada cual según sus necesidades y capacidades” le anima o desalienta el “¿cómo va la liga política?”. Si no fuera así ya estaríamos en otro estadio de desarrollo…con mucho stock de “conciencia para sí”.
Cuando hay ánimo, hay politización…aunque además haya espejismos del calibre “¡los míos me lo van a resolver todo-todo!”).
Cuando hay desaliento, hay apagón y el ánimo de la izquierda social (que son unos millones de personas) el ánimo, digo, se impregna de “¿Qué luchas ni que leches? Si mandan los de siempre y me esperan más contrarreformas laborales, más precariedad ¡Apaga y vámonos! ¡Yo a lo mío! ¡Virgencita, que me quede como estoy!”
(2) sigo.
ResponderEliminarSi hay algo que no comparto de la tradicional posición de la izquierda revolucionaria respecto a los procesos electorales (incluida mi querida y extinta LCR) es la visión de concebirlos como la “gran oportunidad” para hacer discurso, “esclarecer a los sectores atrasados” y ganar un puñadín de militancia nueva.
Siempre me pareció un error, una visión antigua y estrecha de la lucha de clases, propia del deslumbre discursivo ante los “días de voto”. La credibilidad de un proyecto de transformación social se gana día a día, organizando, combatiendo y afiliando día a día. Precisamente porque es fundamental apuntar cotidianamente la dimensión política de cada victoria o derrota. En tanto que el esclarecimiento de masas se produce mediante el conjunto de la actividad propia de la organización de que se trate, mediante intervención en todos los frentes de lucha abiertos y mediante propuestas continuas de debate y análisis.
De modo que siempre me pareció un error competir antes de tiempo en “las jornadas de espectáculo electoral” con el objetivo de que “la ciudadanía se entere ¡de lo que vale un peine!... ¡de que somos los mejores!”
En el presente se difumina bastante aquello leninista de que “especialmente en los momentos electorales se amplifica la audiencia de masas ante la confrontación de ideas políticas…y hay que aprovechar la situación”. Para “difundir” quizá…para “medir” audiencia, no porque a siglo de hoy en los momentos electorales lxs votantes -ya muy incrédulos- esperan lo menos malo… y no publicidad del paraíso.
De modo, amiga LIBERTAD, que precisamente en mi caso y por lo mismo que tú dices “que tener el poder político no es lo mismo que tener el poder económico” entiendo más saludable en procesos electorales el contribuir críticamente, a cambiar las coordenadas institucionales del modo menos desfavorable para la mayoría trabajadora.
Porque para ganar espacio en la autoorganización y organización obrera y popular hay que acompañar sus combates cotidianos y contribuir a que suba el listón de conciencia… (y ahí se gana a la mejor militancia). Y para avanzar los combates pendientes, mejor que el personal esté animado que desalentado…porque “a las masas” no les vale aquello del “optimismo de la voluntad, etc.”.
Mejor facilitar el paso a gobiernos lo menos nocivos posibles…La crítica de masas será después más fina, con más proyección de futuro… que si solo podemos avanzar rudas críticas de bulto.
Y ya sabes LIBERTAD (porque en eso estamos):
El futuro: ¡¡¡ Socialismo fetén, autogestionario e internacionalista!!!
(El abuelo cascarrabias y cebolleta)
Pues a mí los debates sí que me parecen importantes. Por mucho que no nos guste el sistema, en él vivimos y de él formamos parte.
ResponderEliminarSon ocasiones para ver cómo se comportan los candidatos cuando están bajo presión, y dan pistas para ver por dónde saldrán cuando sean elegidos. Y por supuesto, es como tener un resumen de los programas políticos y las líneas rojas de cada uno.
Si bien es cierto que no suelen cambiar la intención de voto y que no deben ser la única fuente de información, yo siempre los veo, pues pienso que a votar hay que ir bien formado ;)