Martiniano López y Acacio Puig
La provincia de Soria, tradicionalmente
marginada desde hace siglos y aceleradamente despoblada desde los años 50,
constituye una región macerada por el abandono y en mejores condiciones para mal
venderse al mejor postor. Por eso se ensayó –sin éxito- instalar aquí el
cementerio de residuos nucleares (ATC) y actualmente la macrovaquería
(intensiva) en Noviercas- Sierra del Moncayo.
El proyecto de instalar 20.000 vacas lecheras
en la comarca empezó a trascender a la opinión en el otoño de 2016 y ha ido
avanzando envuelto en el consabido pretexto de “impulsar el desarrollo de la
comarca del Moncayo y combatir la despoblación” junto al aditamento de
“respetar el medio ambiente y crear empleo” a partir de una inversión de más de
90 millones de euros y una producción de 180 millones de litros de leche
anuales.
Ciertamente el proyecto avanza, inmerso en
presiones y opacidad en lo esencial. Presiones, porque la reciente reunión de
unas 20 organizaciones en la sede del FOES (Federación de Organizaciones
Empresariales de Soria) contó con el apoyo entusiasta del PSOE, PP y C´s, del
sindicato UGT y de organizaciones agrarias como ASAJA y UPA entre otras,
lanzando una vasta campaña come-cocos social a la que están incorporando a profesionales
representativos, recogida de apoyos firmados y fuerte presión mediática. De ese
modo se arrogan el apoyo de “prácticamente el 100% de la población”.
Opacidad, porque la campaña de conquista de
voluntades se desarrolla, sin embargo, en el mayor confusionismo sobre el impacto ambiental y
social inherente a la instalación en Soria de la mayor granja lechera existente
en Europa; explotaciones de semejante envergadura solo existen en EEUU, el
imperio de la agroindustria.
El origen del proyecto es nebuloso,
destacando en él la cooperativa Navarra Valle de Odieta, una gran empresa
constituida hace 25 años bajo el palio de SAL (Sociedad Anónima Laboral) que explota allí 4.800 vacas
y que, según el Directorio de Empresas, mantiene un “rango de empleados” de
entre 5 y 25. Suponemos que el buen sindicalismo agrario (COAG) está en
condiciones de evaluar la proporción correspondiente de empleo sostenible y
sostenido en el tiempo, que correspondería a la proyectada granja Soriana de
20.000 animales, porque ni siquiera es de recibo la propaganda que acompaña al
nuevo proyecto sobre “la creación de 250
empleos directos en Soria”.
Desde el pasado febrero COAG
hizo visible la oposición a la macrovaquería, lanzando un documento para
la expresión ciudadana del rechazo nutrido de datos muy significativos entre
otros:
-Que la macrovaquería en Noviercas
sustituiría 432 explotaciones familiares lecheras y supondría la destrucción de
726 empleos.
-Que la macrovaquería generaría el doble de residuos orgánicos que
toda la población actual de Castilla y León.
-Que el impacto en consumo de agua (consumo
por los animales, limpieza, consumo de los equipos de ordeño) supondría entre 4
y 6 millones de litros diarios de agua.
La oposición
crece.
Desde la supresión hace dos años de cuotas
lecheras en la UE, avanza la deslocalización hacia la producción por la
agroindustria y las grandes empresas transformadoras, que constituyen el
rodillo inherente a la globalización en el sector.
El Gobierno Vasco ya se ha manifestado en
contra de la macrovaquería, respondiendo a la contestación interna política y
sindical (la del sindicato EHNE -Solidaridad de Campesinos de Euskal Herria-
que forma parte de Coordination Paysanne y de Vía Campesina). En Navarra,
Isabel Elizalde, militante de Bildu y Consejera de Desarrollo Rural se
manifiesta también en contra y a favor de un modelo alternativo agroganadero,
un modelo familiar, profesional, innovador, capaz de fijar población y por
tanto integralmente competitivo. Esta posición cuenta con el apoyo de Ezquerra (la
coalición Navarra de Batzarre e Izquierda Unida).
Cooperativas lecheras de Zamora, Galicia,
Asturias… y Plataforma Rural, se suman
al rechazo, porque arruinará lo que ya existe -explotaciones familiares y cooperativas-
en tanto que en la provincia de Soria ya se tantea la constitución de una
Plataforma con apoyos de ganaderos, sindicatos y partidos como IU y Podemos, en
defensa de un modelo alternativo de producción y repoblamiento que contemple la
extensión de equipamientos públicos de utilidad social.
La iniciativa de COAG junto a las
organizaciones defensoras de un modelo alternativo de desarrollo rural (Amigos
de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Slow Food…) va consolidándose,
de modo que grupos, organizaciones, partidos y sindicatos en línea con
proyectos transformadores, tenemos tarea por delante. Sabemos lo que esconde la
socorrida demagogia de “crear empleo” que no es otra que destruirlo, destruir
el medio ambiente y… seguir con la acumulación de capital sin crear empleo.
Decía el portavoz de UPA que el proyecto no
es de su gusto PERO que “son lentejas…” Efectivamente, son lentejas y vienen con gorgojo.
Muy acertado artículo al tratar algo tan esencial como que la agro industria niega un acceso a los alimentos básicos y esenciales a toda la población y por otro lado machaca a la ya casi desparecida población campesina. Además como se dice en el artículo el lugar elegido coincide con un entorno geográfico al que prácticamente se le puede dar por extinguido al tener una demografía bajísima.
ResponderEliminarPrimero se hace desparecer a los pobladores del campo y de los pueblos, para después colocar la bomba de relojería en este caso en forma de macro granja.
Lo que está claro es que La España Vacía "me permito utilizar el título que da nombre al ensayo del ahora aclamado periodista Sergio del Molino" no se puede dejar en manos de los que con todas las vilezas del mundo la despoblaron.
Un abrazo.
Cabaña
Querido Cabaña.
ResponderEliminarAgradecemos tu lectura y tu comentario. Tú, que eres un ecologista de primera hora y trabajador discontinuo en el medio rural, conoces bien y compartes nuestra preocupación.
Ayúdanos a difundirla y desde luego cuenta con nuestra permanente amistad y solidaridad.
Comentario de A. Walden
ResponderEliminarEl asunto de la "repoblación" de las parameras sorianas con vacas lecheras - en este caso - resulta paradigmático del poderío de un capitalismo arrollador. Al margen del análisis socieconómico que tal proyecto pueda provocar entre sus partidarios y sus detractores por intereses opuestos, podemos intuir que esta megagranja intensiva (tengo leído en la prensa que es un proyecto para 20.000 vacas) ilustra muy bien las estrategias que mueven en la actualidad las inversiones del capital.
La falacia de la autorregulación del mercado encubre una perversión, pues como en este ejemplo vacuno se delata, una vez más la tal supuesta termostática tiende siempre hacia el oligopolio y en última instancia al monopolio puro y duro.
Vemos a diario como la disposición entre las grandes corporaciones es a concentrarse sean bancos, seguros, industrias o multinacionales de todo tipo copando mercado, eliminando competencia o absorbiéndola; en el ámbito agropecuario no iba a ser distinto.
La lectura que podemos sacar de este asunto es preocupante, no sólo por el caso concreto de Soria (el proyecto está pendiente de aprobación), sino que se puede sospechar que esto va a ser un modelo a imitar en el campo; es decir, que la aceleración de la agroindustria va a pasar por el megaconcentrado, a pesar de que es de sentido común no aglutinar riesgos en una sola opción masificada; no en balde, siguen apareciendo casos de vacas locas.
Pero, por otro lado, pienso que lo que preferentemente se valora son las cuentas inmediatas (por ejemplo, pensar un momento como el coste del actual sistema de recogida de leche con camiones por granjas dispersas se abarataría concentrándolo en un solo lugar; la competencia seguro que tomará nota de esas y otras innovaciones ventajosas).
Con otra ojeada sobre el asunto leemos que el proyecto ha sido rechazado en Navarra y en Euskadi y aceptado en Castilla, es decir, los ricos se quitan la mierda de encima y se la pasan a los que se conforman con las migajas. Castilla tierra de vertidos, ancha es Castilla; pero ¡ojo! invierten en esta tierra 90 millones de "pavos" y con eso todo está justificado.
¿Lo del medioambiente?...,pues una vez más otra vuelta de tuerca para ir llegando al futuro, a la psicótica sociedad del trampantojo virtualista, porque las delatoras cifras de la huella ecológica no puede parar el rogreso.
EFECTIVAMENTE SON 90 O ALGO MÁS MILLONES DE INVERSIÓN.
ResponderEliminarEN EL TEXTO PUBLICADO -QUE TAMBIÉN PUBLICARON OTROS MEDIOS DIGITALES- SE NOS ESCAPÓ "LA TRAJETA ROUGE" Y SOBRAN TRES CEROS TRES. NUESTRAS DISCULPAS SI GENERÓ CONFUSIÓN.
marti y acacio
Yo pensaba que la leche era cosa de los supermercados y de esos brik tan bonitos. Joder con los mamifer@s, a vuestra edad y bebiendo leche. Salud y a por ell@s.
ResponderEliminarEl granjero solitario