ESPERANZA
Siempre, desde que era
muy niña me he sentido ofendida por las
injusticias y una de las que más recuerdo es ver como seres semejantes éramos
tratados de distinta manera unos de otros, unos por encima de otros o a costa
de otros, siendo todos humanos.
Como
mujer ( niña) no entendía esas frases de las personas mayores, que decían :
“tu hija cuídate “ “Una mujer tiene que llegar pura y limpia al
matrimonio, los hombres en eso son distinto, en ellos no importa”.
Soy
de una época no muy lejana en la que a las mujeres nos obligaban hacer el”
Servicio Social” dirigido por la Sección Femenina , en el cual mujeres de
alguna generación anterior a la mía,
recibían en este Servicio un manual titulado “GUIA DE LA BUENA ESPOSA ”
“Para mantener a tu marido feliz”, constaba de once reglas; a título de
ejemplo, la foto que sigue ahora a este texto ilustra esto, con respecto a la
atención al hombre:
Toda esta filosofía está
orientada y defendida por la Iglesia Católica. En el informe de la Santa Sede para la IV Conferencia
Mundial sobre la Mujer
(Pekín 4-15 de Septiembre de 1995) que recoge con claridad una denuncia de las
injusticias laborales, sin embargo muestra como en la mente del Papa prevalece
un modelo social y de familia que confina a la mujer en las tareas domésticas:
“
Hay oficios menos aptos para la mujer nacida para las labores domésticas,
labores éstas que no solo protegen sobremanera el decoro femenino, sino que
responden por naturaleza a la educación de los hijos y a la prosperidad de la
familia.”
En
fechas recientes el Arzobispo de Granada Fco. Javier Martínez hace una
defensa del libro “ Cásate y se Sumisa”de la
periodista Italiana Constanza Miriano.
Actualmente
sigue habiendo un especial empeño en eliminar física y psicológicamente a la
mitad de la población, las mujeres, Por ello se sigue votando y seguimos
permitiendo y manteniendo en las instituciones de representación ciudadana a
individuos como el diputado Polaco,que
recientemente declara públicamente, con total ignorancia científica que la
mujer es más débil y menos inteligente que el hombre, por lo que debe recibir
una remuneración inferior a éste.
Todo
esto , lamentablemente no me sorprende, ya que esta forma de pensar y actuar,
que podíamos considerar patrimonio de ideologías retrógradas, con modelos
autoritarios, represivos, por lo tanto faltos de inteligencia y sensibilidad
social, resulta que esta forma de pensar y actuar está
extendida por todos los sectores de nuestra sociedad, y nos encontramos
con mucha gente que lucha por la
justicia en el trabajo, en el barrio,… a su vez tiene unas actitudes y un
lenguaje discriminatorio hacia la mujer, incluso hacia su propia pareja. Las mismas mujeres justificamos de un modo
machista la falta de atención del hombre para el cuidado de los demás, cuestión
que se ve muy clara con la atención a
las hijas y los hijos ,las abuelas y los abuelos, enfermos,….donde
mayoritariamente son las mujeres las cuidadoras.
Creo
que no hay que ser muy inteligente para saber que si no avanzamos en la igualdad en todos los
ámbitos de la vida , en todo, incluido el lenguaje, el Género Humano está
condenado a su retroceso irreparable , porque si todo lo que mueve las
sociedades es la posesión y la acumulación de bienes y poder a consta y por
encima de nuestros semejantes sean quien sean, mal vamos a conservar nuestra
especie y nuestro habita, ya que se nos ha evaporado lo principal de nuestra razón de ser, que es procurar el
bienestar de todo ser vivo por encima de todo lo demás.
Por desgracia en países como Polonia estas actitudes son todavía muy frecuentes y socialmente aceptadas.
ResponderEliminarEn España, mientras tanto, a veces parece que vamos para atrás y que las nuevas generaciones se autoimponen ciertos roles de nuevo. Espero que sólo sea una percepción y que el tiempo me quite la razón.
Magda