MACRON-LE PEN: el
Yan y el Yin de las Presidenciales en Francia.
Acacio Puig
Hace siete años, en 2010, Diario
Público editó en su “biblioteca del pensamiento crítico” dos obritas
imprescindibles: El arte de la mentira
política (Swift) y ¿Es conveniente
engañar al pueblo? (Condorcet) ambas
fueron genial avanzadilla de la posterior avalancha de ensayos similares
aparecidos durante la implementación del credo neoliberal (Collom, Chomsky,
Ramonet…).
El despiporre se produce hoy al
calor del resultado de la primera vuelta presidencial mediante la “maceración”
del electorado francés y la exportación de una disyuntiva que ofende la
inteligencia y pretende laminar -mediante la ignominia y el descrédito- la
candidatura de la Francia Insumisa que personalizó Mélenchon (por extensión,
las descalificaciones serían aplicables al NPA y LO si sus resultados hubieran
sido más “peligrosos”).
Así, la artillería mediática dispara fuego graneado contra lxs enemigxs rojos,
ecosocialistas, etc. siempre que tiene ocasión (desde todos los medios, todas
las voces y plumas) al tiempo que construyen su mentira política mediante el match: Frente Republicano contra el FN-Fascismo
Rampante.
Ninguno de los dos engendros
calificativos tiene rigor pero sí, bastarda funcionalidad electoralista.
El Frente Republicano es la
entelequia superestructural que abriga a quienes destruyen las conquistas
laborales y sociales del mundo del trabajo (y en su apoyo se está moviendo
también un ramillete de premios Nóbel del país, que hicieron público su
manifiesto en Le Monde). Macron constituye la apuesta del belicista y opaco presidente
Hollande y de Valls (su tutor en el campo de derribos sociales). Macron contará
-no puede ser de otro modo- con el fallido Hamon y lo que resta del
social-liberalismo francés, que gusta aún llamarse socialdemocracia y contará
también con las derechas clásicas de matrices gaullistas y asimiladas. Todos
comparten el proyecto de la Europa del capital porque es en el que medran y
miman corruptelas al servicio de “los mercados”.
El Yan, es decir Marie Le Pen, no es más que la serpiente incubada en el huevo que llevan calentando
esxs “republicanos” desde hace décadas. Su programa se basa en el aspaviento
xenófobo y proteccionista y en la promesa de una Francia para los franceses (de
ambos géneros, claro) pero se atribuye a su formación un filo-fascismo, modelo
años 30, que simplemente NO EXISTE (no confundir con algunas bandas juveniles
sobre-excitadas). No existe pero por eso, es institucionalmente útil.
Veamos:
El antisemitismo (en confusa
identificación interesada con el antisionismo) ya lo liquidó Le Pen padre
mediante sus fraternales visitas a Israel. La islamofobia del FN es electoralmente
rentable (ante un proletariado acosado por el paro y la precariedad y con la
escasa ilustración política propia de la Francia-profunda… pero es
responsabilidad de las izquierdas y no del Frente Nacional, el no ofrecerle
“alternativas de clase”. La tentación del Frexit
es un amago capitalizable por ser
fácilmente “entendible”… dado el pillaje de la UE sobre Grecia y la nula
solidaridad internacionalista del sindicalismo de clase europeo (casi cuarenta
huelgas generales que allí se produjeron en la más dramática soledad). Dado
también que se convirtió en excusa terminal “las exigencias de los mercados”.
Pero falta evidentemente lo
esencial para asimilarle rigurosamente con el fascismo-nazismo clásico, es
decir: la voluntad expansionista por necesidades de “espacio vital”, las
organizaciones paramilitares, la voluntad de liquidación del movimiento obrero
organizado y sus partidos, los pogromos por razones étnicas y las promesas de “nacionalizarlo
tó”… para mejor venderse al gran capital
como se hizo en los años 30
Seamos serios, en esos terrenos
M. Le Pen ni siquiera es un boceto del fascismo histórico… en tanto que el
fortalecimiento de cuerpos especiales de represión (que dejan cortitos a los
temibles CRS de antaño), la militarización de las ciudades a manos del ejército
armado, las agresiones a lxs trabajadorxs (mediante las reformas laborales y la
regresión de inversiones públicas en sanidad, enseñanza y vivienda) la
demonización de Mélenchon y las izquierdas sociales “comunistas” (presentados
como apoyos y aliados fácticos de Le Pen) la desasistencia a refugiados, el
abandono de las banlieues, y los pasados pogromos contra asentamientos de gitanos
del este…constituyen la estrategia en marcha de la nueva extrema derecha “republicana”
que secunda a Macron sin necesitar esvásticas ni uniformes negros. En cuanto a
la venta al gran capital (Hitler & Mussolini)… ¿Quién lo está haciendo
mejor que los poderes ya instituidos?
En este caso, no es necesario
elegir entre el cólera y la peste (porque son primos carnales). En 2002 la mentira política otorgó a Chirac el 82% de apoyos, usando ese mismo chantaje al electorado (¡que viene el
lobo!)
La Vª República se disloca pero
por causas endógenas, en tanto que la agitación del espantajo fascista solo
busca consolidar la más amplia victoria de un Macron al que aplauden “los
mercados” hasta con las orejas, como comprobamos al día siguiente de conocer
los resultados electorales de la primera vuelta (felicitaciones, subidas bursátiles,
alivio). Y sobre todo, alivio porque el “izquierdista” no pasaba a la segunda
vuelta. A pesar de sus más de siete millones de votos habría necesitado 600.000
más para igualar a M. Le Pen.
De modo que creo que lo mejor
para lxs trabajadorxs durante la elección del próximo domingo 7 de mayo será que
la victoria de Macron sea tan limitada que
se vea obligado a tentarse la ropa antes de proseguir con las políticas
antisociales, belicistas y nucleares que emborronan hace demasiado tiempo el
único “frente republicano” que merecería respeto: el de la igualdad, la
libertad y la fraternidad en los hechos.
En conclusión. Las urnas del 7
de mayo no interpelan a la izquierda transformadora. El reto institucional
alternativo se desplaza a las próximas legislativas y el reto social sigue
estando en la reivindicación organizada del día a día ¿Quién dijo que nuestro
proyecto emancipatorio iba a ser fácil?
Nous avons peur, bien sûr. J'étais au meeting Melenchón à Toulouse (70 000 personnes !), photos jointes prises par un adhérent. S. a bien voté, tout comme l'Ariège dont on parle. Mais bien à contre-coeur, après avoir tout pesé, je voterai Macron pour pouvoir ensuite manifester. L'extrême-droite est très forte, et je crains énormément : si elle passait, adieu la liberté en tout genre, il serait trop tard pour manifester puisque le droit nous serait retiré. Dans un premier temps, je voulais voter BLANC et la peur l'a emporté. Ce soir, grand débat à laTV.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte (J. G)
Haré como S. claro, votaré en blanco y esperaré las legislativas que siguen, esperando que Francia insumisa tendrá bastantes escaños para poner piedras en la mayoría... que Macron tendrá mayoría con todos los que le están rindiendo homenaje; las izquierdas están destrozadas las derechas también y Macron ha hecho campaña con " ni de derechas ni de Izquierdas" igual que Mussolini en los años 20...
ResponderEliminarLas veletas no dan vueltas, es el viento.
Abrazo fuerte a vosotros (J.C)
ELECCIONES PRESIDENCIALES FRANCESAS
ResponderEliminar"FRANCIA respira tranquila".
La derecha satisfecha y la extrema derecha más.
La estrategia del miedo vuelve a funcionar.
"me dicen el Rhones"