Andrés
Navarro
La figura del compositor
ruso Dimitri Shostakóvich no deja de estar de actualidad y su “presencia” por
un motivo o por otro ocupa un lugar destacado tanto en el ámbito musical como en el cultural, ya sea
por la continua programación de sus obras por orquestas, grupos de cámara o
solistas, como por la publicación de libros o ensayos donde se analiza su vida
y su obra y donde su contradictoria relación con el régimen soviético a lo
largo de muchos años , sirve para alimentar todo tipo de reflexiones y análisis
sobre la naturaleza de la creación artística en cualquiera de sus
manifestaciones , sobre los propios autores
y sobre la relación de estos y su libertad creativa con los condicionamientos
impuestos por el poder político. (“El
ruido que no cesa” es uno de los últimos libros de reciente publicación sobre
este compositor)
A modo
de presentación, las composiciones de Shostakóvich a las que se puede acceder
desde los enlaces que se incluyen en este texto son interpretadas por el Trio Ramales. Este trio compuesto por
violín, violonchelo y piano es un grupo de cámara formado por alumnos de la
Escuela Superior de Música Reina Sofía en el año 2015. Su trayectoria musical
en el presente año ha sido intensa: bajo el patrocinio de la A.I.E. (Asociación
de Intérpretes y Ejecutantes) han
ofrecido una serie de conciertos por diversas localidades (León, Mérida,
Albacete, Ciudad Real.………), han obtenido premios en los concursos en los que
han participado: primer premio en el
“XIV Concurso Internacional de Música de Cámara de Trasmiera” (Santander)
en el mes de marzo
donde interpretaron entre otras obras, los dos tríos de Shostakóvich que
aquí se comentan y premio a la mejor interpretación de una obra de un
compositor español en el “5º Concurso Internacional de Música de Cámara Antón
García-Abril” celebrado en mayo donde interpretaron música de Turina. Cierran
el año en Madrid, en el Auditorio Nacional en el ciclo “Primer Auditorio” organizado por la Fundación “Piú Mosso”.
Los
tríos de Shostakóvich:
Trio
nº 1 en Do menor, Op. 8 y
Trio nº 2 en Mi menor Op. 67
Para situar estas dos composiciones hay que señalar en
primer lugar que Shostakóvich fue un compositor con una producción musical muy
extensa. A lo largo de su vida (1906-1975) compuso nada menos quince sinfonías,
media docena de conciertos, un elevado número de obras para música de cámara,
varias óperas así como música para ballets y cine. Entre las composiciones para
cámara destaca el elevado número de obras para cuartetos para cuerda, sin
embargo los dos tríos son sus únicas composiciones para violín, violonchelo y
piano. Estas dos obras tiene además la particularidad de estar separadas en el
tiempo por más de veinte años.
Shostakóvich destacó por su
gran precocidad. El trio nº 1 es
claramente una obra de juventud compuesta a los 17 años, en 1923, siendo
todavía estudiante del Conservatorio de San Petersburgo donde se graduaría en
1925, a los 19 años, con su “Sinfonía nº
1” estrenada con éxito . Para Shostakóvich son años de intensa actividad
creadora (dos años después, en 1927,
escribe su primera ópera) favorecida por
el extraordinario impulso cultural que se desarrollará tras la Revolución de
Octubre de 1917 y que abarcará todo tipo de actividades artísticas:
pintura, música, teatro, poesía, cine... (en 1925 se estrena el
“Acorazado Potemkin” de Eisenstein ) dando lugar a un conjunto de movimientos
artísticos englobados en el término “vanguardia rusa” cuyo impulso se
prolongará a lo largo de la década de los años
veinte.
El trio nº 1 es una
partitura dedicada a lo podríamos llamar su “primer amor”, la atracción
sentimental que siente por una de sus amigas, Tatiana Glivenko, le lleva a componer y dedicarle esta
partitura (al parecer Tatiana no correspondió al deseo de Shostakóvich de
entablar relaciones con ella)
Esta obra que en un primer
momento fue titulada como
“Poema”, consta de un sólo movimiento con forma sonata con multitud de cambios
de tempo y de dinámica que separan unas secciones de otras.
El
primer tema del trío comienza con un cromatismo descendente que realiza el
cello en primer lugar después el violín y por último el piano y que sirve como
motivo generador de temas posteriores. El carácter del inicio es misterioso e
inestable desde el punto de vista armónico. Más adelante se sucede el segundo tema mucho más expresivo e
íntimo. Tras un desarrollo en el que los temas escuchados durante la exposición se combinan, llegamos a
la reexposición y a una coda que acaba en Do mayor con un carácter muy enérgico
y apoteósico.
La
actividad musical de Shostakóvich se desarrolló sin graves contratiempos en sus
relaciones con el poder hasta principios de los años treinta. A raíz del
estreno de su ópera “Lady Macbeth” todo
cambió. A pesar del éxito que acompañó su estreno, el artículo publicado en
1936 el periódico oficial “Pravda” titulado: “Caos en lugar de
música” provocó un cambio radical en la
consideración del compositor. La obra fue rechazada y criticada por su
“formalismo”, por ser “antipopular”, por caer en el “decadentismo burgués” … y
a continuación fue prohibida su representación y el propio autor sufrió un
sinfín de ataques acompañados por la exclusión de sus obras en representaciones y conciertos.
El
rechazo a la obra de Shostakóvich tenía una justificación de carácter más
general por su no adecuación a las pautas y criterios establecidos por la
doctrina oficial del llamado “realismo socialista” que todos los creadores
debían aceptar y asumir en su la producción intelectual y artística.
Para Shostakóvich se abre un período negro en
un contexto político caracterizado por las purgas stalinistas y los procesos de
Moscú que durará hasta final de la década de los treinta. En este período
intensifica su actividad compositiva para grupos de cámara
La
invasión de URSS por la Alemania nazi en 1941 da un giro completo a la
situación. Shostakóvich en pleno cerco de Leningrado por las tropas de Hitler
(en el que participaron las tropas españolas encuadradas en la llamada
“División Azul”) inicia la composición de su séptima sinfonía titulada
precisamente “Leningrado” como homenaje a la resistencia del pueblo ruso frente
a la invasión. Su relación con el poder cambia, llega de nuevo un amplio
reconocimiento por parte de las autoridades soviética que llevan a Shostakóvich al parecer, a comentar: “….volví a la vida
después de la Septima….”
Es
en el año 1944 cuando compone el segundo trio que comentamos, en este caso la
motivación para esta composición es radicalmente distinta. Este trio está dedicado a la memoria de su amigo Iván
Sollertinsky fallecido en dicho año. La importancia de Sollertinsky en la vida
de Shostahóvich queda patente en este párrafo de la carta que le envía a su
viuda:
"Querida
Olga Pantaleimonovna, no puedo expresar con palabras el dolor que he sentido al
recibirla noticia de la muerte de Iván Ivanovich. Iván Ivanovich era mi amigo
más íntimo y querido. A él debo toda mi educación. Para mí será increíblemente
duro vivir sin él. Los tiempos nos
apartaron, y en estos últimos años no tuve la oportunidad de verle o de hablar
con él a menudo. Pero siempre tuve el convencimiento de que Iván Ivanovich, con
su mente privilegiada, su claridad de ideas y su incombustible energía, estaba
cerca de mí. Su ausencia es desde ahora un golpe muy amargo…”
Sollertinsky,
musicólogo y hombre de vasta cultura al
parecer influyó de manera notable en la formación, no solo musical, de Shostakóvich
En
este trio el primer movimiento “Andante”,
trasmite en general una sensación de tristeza y desolación y lo refleja de una
forma muy peculiar. Al inicio esta sensación se transmite con armónicos para el cello, que se desarrolla a
lo largo del movimiento en un denso movimiento muy rico en el aspecto
polifónico y en el contrapunto, empleando la fuga en algunas ocasiones.
El
segundo movimiento “Allegro ma non
troppo”, marcatissimo, pesante, es el movimiento
técnicamente más difícil para los tres instrumentos, Las indicaciones
metronímicas de Shostakóvich son imposibles de seguir y todas las
interpretaciones se realizan de un modo más lento de lo que está indicado en la
partitura.
El
tercer movimiento “Largo”, es el más
profundo en cuanto a emoción se refiere. El piano repite una serie de acordes
sobre los que el violín y el cello van desarrollando la melodía y en algunos
casos dialogan entre sí. El carácter de este movimiento es muy dramático.
Para
finalizar Shostakóvich escribe un “Alegretto”
en estilo de la música folclórica judía y con temas que utiliza en el primer
movimiento de su famoso cuarteto nº 8 Op. 110. Tras la reaparición del tema
inicial del primer movimiento con un carácter muy distinto al que apareció al
principio. El trio acaba con un Adagio intenso que congela el ambiente
En sus relaciones con el
poder, la trayectoria musical y vital de Shostakóvich tras la segunda guerra
mundial, de nuevo estuvo jalonada por
distintos períodos de conflicto y de
distensión. En este último caso
la distensión se produjo tras la muerte de muerte de Stalin en 1953. (En
1960 ingresó en el Partido Comunista).
Esta trayectoria ha dado pie
a distintas interpretaciones y valoraciones sobre su actitud ante el poder,
sobre si se mantuvo siempre fiel a sus convicciones y combatió por la libertad
creadora a pesar de las difíciles condiciones en las que llevó a cabo su obra o
si cedió en ocasiones a las imposiciones y presiones del poder para sobrevivir
a la represión del aparato estalinista.
En cualquier caso al margen
de estas posibles y diferenciadas visiones, no cabe ninguna duda de que
Shostakóvich es uno de los grandes, uno de los más importantes compositores del
siglo XX y que su obra ofrece un océano de posibilidades para el disfrute
musical.
Enlaces:
Trio
nº 1 en Do menor, Op. 8
Trio
nº 2 en Mi menor Op. 67
Primer movimiento: https://youtu.be/CE2HFKZOnss
Segundo movimiento: https://youtu.be/GyqoNckgubo
Tercer movimiento: https://youtu.be/X3YxlAYkf1o
Cuarto movimiento: https://youtu.be/UTPii_ooyDA
Qué descubrimiento de Shostakóvich y de los intérpretes. Gracias por un artículo tan completo, nutrido de didáctica de alto nivel que anima a adentrarse en este gran compositor ruso. Soledad
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