Ward CHURCHILL
“Sí, conozco al tal Sun Bear:
es un hechicero de plástico”.
Matthew King, anciano Oglala Lakota
Los
últimos veinte años han visto en Estados Unidos el nacimiento de una nueva
industria de rápido crecimiento. Conocida como espiritualismo del indio
americano, esta lucrativa empresa comenzó aparentemente con unas cuantas
mistificaciones literarias perpetradas por no-indígenas tales como Carlos
Castaneda, Jay Marks (por otro nombre "Jamake Highwater", autor de The Primal Mind, etc.), Ruth Beebe
Hill (quien alcanzó notoriedad con Hanta
Yo) y Lynn Andrews (Medicine
Woman, Jaguar Woman, Chrystal Woman, Spirit Woman, etc.). Unos pocos
indios como Alonzo Blacksmith (alias "Chunksa Yuha", el 'legitimador
indígena' de Hanta Yo),
Jefe Zorro Rojo (Memoirs of Chief
Red Fox) y Hyemeyosths Storm (Seven Arrows, etc.), también se han apuntado al negocio
escribiendo sobre la espiritualidad indígena groseras distorsiones y mentiras a
secas para el consumo del gran mercado. Semejantes escribidores se enriquecen
menudeando sus bazofias mientras que los indios auténticos se mueren de hambre,
olvidados por todo el mundo.
Esta situación ha sido larga y duramente combatida por
académicos indígenas tan legitimados como Vine Deloria, Jr. y Bea Medicine y
por activistas como Russell Means (líder del American Indian Movement, AIM),
Hank Adams (director de Survival of
American Indians, Inc., SAIL) y el finado Gerald Wilkenson (jefe
del National Indian Youth Council,
NIYC). A pesar de ello, la lista de
libros postizos alardeando alternativamente de "desenmascarar"
ó de "enseñar los significados profundos de la espiritualidad india",
continúa creciendo pues las casas editoras ven en ellos una mina de oro
inagotable. Últimamente, incluso editoras académicas como la University of
Chicago Press se han apuntado a la farsa generando travestismos como Mother
Earth: An American Story, de Sam Gill, profesor de la Universidad de
Colorado.
La
perseverancia del americano medio en comprar tales disparates, ha hecho que
Deloria afirme que "los blancos de este país están tan alienados en sus
propias vidas y tan hambrientos por cualquier suerte de vida real que se
agarran a un clavo ardiendo para salvarse. Pero la sociedad altamente
tecnificada les ha vuelto adictos al chute instantáneo ['quick fix']. Prefieren una
espiritualidad empaquetada de tal forma que les proporcione una iluminación
inmediata, mejor cuanto más sensacional y absurda. Pagarán sus buenos dólares a
todo aquél lo suficientemente deshonesto como para ofrecerles la salvación
espiritual tras la lectura del libro correcto ó tras la devota feligresía a la
correcta ceremonia de cuarto de hora. Por ello, están a merced de cualquier buscón.
Patético".
Oren
Lyons, líder tradicional de la Nación Onondaga, concuerda con Deloria pero
sostiene que el problema es mucho más profundo: "Los no-indígenas,
están tan malacostumbrados a todo este bululú de mentirosos e impostores, que,
cuando un indio de verdad les ofrece sus útiles consejos, le rechazan. A estos
alienígenas expertos en religión india, no les parece lo bastante 'indio'. Por
lo tanto, no es sólo degradante para el pueblo indio sino una mistificación
absoluta de estos expertos instantáneos que creen haber encontrado todas las
respuestas antes incluso de escuchar las preguntas".
"La
cuestión de fondo -continúa Lyons- es que hoy necesitamos más respeto
intercultural que en cualquier otro momento de la historia humana. Y, contra la
comunicación y el respeto, no hay obstáculo más rápido y efectivo que la
frustración y la desilusión de una parte hacia la otra. Hoy tenemos problemas
muy reales, problemas tremendos, problemas que amenazan la supervivencia del
planeta. Indios y no-indios tienen
que afrontar juntos estos problemas; esto significa que debemos tener un diálogo
transparente. Pero un diálogo así es imposible mientras los no-indios sigan
engañados en cosas tan elementales como la espiritualidad india".
Ya
sería bastante desastre si las realidades del indio norteamericano estuvieran
distorsionadas sólo por libros y películas. Pero, desde 1970, ha habido también
un rápido incremento en el número de individuos que intentan vender "sabiduría
india" de la manera más utilitaria posible. Siguiendo el ejemplo de
gentes como Yogi Ramacharaka y de Maharaji Ji -quienes han levantado lucrativos
imperios comercializando sucedáneos del misticismo del Asia Oriental-, estos
nuevos empresarios comenzaron vendiendo "ceremonias indígenas"
por un plato de lentejas.
Janet
McCloud, veterana activista por los derechos de pesca y sabia de la Nación
Nisqually, añade: "Al principio, llegaron para apoderarse de nuestras
tierras y de nuestras aguas; después, de nuestros peces y de nuestra cacería.
Luego quisieron nuestros recursos minerales y, para conseguirlos, intentaron
hacerse con nuestros gobiernos. Ahora, también quieren nuestras religiones. De
repente, nos encontramos con un montón de idiotas sin escrúpulos zascandileando
y proclamando que son brujos y sacerdotes. Por 50 dólares mercachiflean a
cualquiera una ceremonia de temascal [sweat lodge, sauna amerindia]. No es sólo erróneo: es obsceno.
Los indios no venden su espiritualidad a cualquiera y a cualquier precio.
Estamos ante la continuación de una muy larga serie de latrocinios a los
pueblos indios y, en algunos aspectos, éste es el peor de los ya conocidos".
McCloud
se muestra desdeñosa para con los innumerables individuos no-indios que se
dedican profesionalmente a estas prácticas: "Estas gentes corren a las
Reservas como si estuvieran perdidas y desesperadas, algo realmente patético.
Entonces, algún sabio se apiada de ellos y, ¿cómo gratifican su generosidad?
Después de pasar un cuarto de hora con un líder espiritual, ya se consideran a
sí mismos como sacerdotes 'certificados' y corren enloquecidos a 'sembrar la
Palabra' -honorarios mediante-. Incluso algunos de ellos se autoproclaman
'representantes espirituales oficiales' de varios pueblos indios. Estoy
hablando de gentes como Dyhani Ywahoo y Lynn Andrews. Resulta absolutamente
repugnante".
Pero su
íntimo y último desprecio lo reserva para aquellos indios que se han
acostumbrado a malbaratar su herencia al mejor postor: "También hay
indios que hacen estas cosas; tenemos nuestros Sun Bears y nuestros Wallace
Black Elks y otros que venderían a su propia madre por un dinero rápido. Lo que
conchabean no es suyo y ellos lo saben. Son ladrones y manirrotos y también lo
saben. Por ello, jamás les verás entre indios. Cuando nos reunimos en las
asambleas tradicionales, jamás verás aparecer a los Sun Bears y tipos
semejantes".
Thomas
Banyacya, líder espiritual de los Hopi, opina que "estas gentes no
saben nada de aquello en lo que se dicen expertos. De cara a los
Blancos, se proclaman 'mensajeros'. Pero, ¿de quiénes?. No son mensajeros del
pueblo indio. Yo sí lo soy y no cobro por mis ceremonias".
Algunos
de los feriantes más sofisticados, tales como Sun Bear, han argumentado que las
críticas de McCloud y Banyacya están equivocadas. Sun Bear sostiene que las
ceremonias y la 'sabiduría' que él vende de puerta en puerta no son
verdaderamente indias sino que están "basadas en" tradiciones
indias. Sin embargo, su literatura promocional se refiere a la "Sabiduría
Espiritual Indígeno-Americana" y ofrece ceremonias como la del
temascal a 50 $ la sesión y "búsquedas de la Visión" por 150 $.
"¿Desde
cuándo no es ceremonia india la del temascal? -se pregunta Russell Means,
un decidido crítico de Sun Bear y de sus colegas-. No es que esté basada
en una ceremonia india: es una ceremonia india. Al igual que su
llamada búsqueda de la Visión, la Pipa, su uso de la Pipa, de la Salvia
y todo lo demás. Sun Bear es un farsante, lo mismo que quienes hacen lo mismo
que él. Todos ellos saben de sobra que les compran sus productos por la imagen
de 'Indianidad' que proyectan. Y lo menos indio de sus ceremonias es que están
personalmente prostituyéndolo todo al convertirlo en una chalanería para hacer
dinero".
Quéjase
también Sun Bear de que las críticas a sus actividades están infundadas y
vanaglóriase de haber cocinado un estofado espiritual a partir de variopintas
tradiciones; en efecto, su rueda medicinal es Shosoni mientras que sus hierbas
y otros remedios terapeúticos proceden de numerosos pueblos a la vez que muchas
de sus otras ceremonias son Lakota -en su origen-. Y no menos presume de haber
construido su propia tribu de la cual se ha autoexaltado como medicine chief. Huelga añadir que
la membresía de esta curiosa nueva entidad (compuesta casi exclusivamente por
Euroamericanos) va acompañada por una ostentosa etiqueta con el precio
incorporado. La idea ha prendido entre los buhoneros de lo espiritual como
puede comprobarse en Florida con la formación de similares grupos con tarifa
incluida encabezados por un no-indio que se hace llamar Chief Piercing Eyes
(Jefe Ojos Penetrantes).
"Este
es exactamente el problema -dice Nilak Butler, un activista Inuit que
trabaja en San Francisco-; cuando hay indios cerca, Sun Bear dice que no
está revelando ningún secreto indio. El resto del tiempo, si hemos de creerle,
se convierte en 'el más indio de la banda'. En cualquier caso, siempre está
echando su discurso. Pero, veamos, si tuviera alguna razón en su cantinela, no
hubiera tenido que inventarse 'nuevas tribus' ni autonombrarse cacique de la
indiada y recaudador de tributos: hubiera sido líder de su propio pueblo".
Según
Rick Williams, un Cheyenne/Lakota que trabaja en la Universidad de Colorado, "Sun
Bear no es reconocido por su propio pueblo, los Chippewa, como Jefe -espiritual
ó lo que sea-. No está cualificado. El aprendizaje para convertirse en la clase
de líder espiritual que Sun Bear pretende ser lleva toda una vida y él nunca lo
comenzó siquiera. Es simplemente un hombre que, durante 25 años, no ha estado
en la Reserva White Earth; que pretende ser lo que no es, que vive para su ego
y que se gana la vida enredando a un montón de gente sincera pero bastante
estúpida. En muchas facetas, te recuerda a individuos tipo Jimmy Swaggart ó Pat
Robertson -pero con menor aliento-".
"Y
otra cosa -añade Williams-, Sun Bear no ha formado una nueva tribu. Nadie puede formar una nueva tribu.
Lo que ha hecho es comenzar un culto. Y ese culto que ha comenzado está jugando
con cosas muy poderosas, como la Pipa. Eso es no sólo estúpido y maligno: es peligroso".
El
peligro al que se refiere Williams tiene que ver con el mismísimo poder que
hace a la espiritualidad india tan atractiva para los no-indios. Según Matthew
King, anciano líder espiritual entre los Oglala Lakota, "cada parte de
nuestra religión tiene su poder y su cometido. Cada pueblo tiene su propio
camino. No puedes mezclarlos porque cada camino tiene su propio equilibrio.
Destruir este equilibrio es grosero y muy peligroso. Por ello, está prohibido".
"Existen
muchas prohibiciones en nuestra religión -continúa King-; están
prohibidas las muestras de irrespeto, los actos que desequilibran el poder.
Todo ello debe ser aprendido y aprender es muy difícil. Por eso hay muy pocos
auténticos medicine men
entre nosotros, porque sólo unos pocos son los escogidos. Para alguien que no
haya aprendido como se mantiene nuestro equilibrio, pretender erigirse en
sacerdote es muy, muy peligroso. Es un zafio irrespeto hacia los poderes y
puede dañar gravemente a quien lo intente, a sus pretendidos alumnos, a la
naturaleza, a todo. Es extremadamente pernicioso..."
Por las
razones antes citadas, el Circle of
Elders of the Indigenous Nations of North America, órgano representativo
del liderazgo indígena tradicional de este continente, solicitó al American
Indian Movement (AIM) que se aplicara a detener las actividades de aquellos
descritos como "brujos de plástico" (plastic medicine men). Este
término -posiblemente sexista-, describe a aquellos individuos de ambos sexos
empeñados en la comercialización de la espiritualidad indígena. En su National Leadership Conference de
1984, el AIM aprobó una resolución según la cual se comprometía a llevar a cabo
la voluntad de los ancianos. En esta resolución se mencionaba expresamente a
"Sun Bear y su llamada Bear Tribe Medicine Society" y también
a "Wallace Black Elk y [la ya fallecida] Grace Spotted Eagle,
de Denver, Colorado" así
como a Cyfus McDonald, Brooke Medicine Eagle (citado como "Ego"
en la resolución), Osheana Fast Wolf y una corporación titulada Vision Quest.
Después, se han añadido a la lista nombres como los de Dyani Ywahoo, Rolling
Thunder y Beautiful Painted Arrow.
Como
Russell Means señaló en su ocasión: "Esta gente ha insistido en
convertirse en parias dentro de sus propias comunidades y tienen que pechar con
las consecuencias. Por lo que se refiere a los Blancos que piensan que es guay,
chupi, chachi, chévere o diver engancharse a los brujos de plástico,
subsidiarles y promocionarles, y encima regañarte y creer que tienen alguna
especie de 'derecho' fundamental para profanar nuestras tradiciones
espirituales, tengo que darles una noticia: ustedes no tienen ese derecho. Nuestras religiones son nuestras. Así de fácil. Nos asisten
muy serias razones para guardar como íntimas ciertas cosas, tanto si las
entienden como si no. Y nos asisten todos los derechos humanos para
denegárselas, les guste ó no".
"Usted
puede respetar nuestros derechos elementales ó no respetarlos -prosigue
Means-; si los respeta, usted es un aliado y estamos encantados de estrecharle
la mano, en ésta y en cualquier otra ocasión. Si no los respeta, en el mejor de
los casos usted es un ladrón. Más aún, usted es un ladrón de la clase de los
que conscientemente y por su propio interés se arriesgan a minar nuestro
sentido de la integridad de nuestras culturas. Ello significa que usted es
cómplice del proceso de genocidio cultural -ó del intento de genocidio
cultural- orquestado contra el pueblo indio americano. Ello hace de usted, por
lo menos, un enemigo. Y, créame: estamos preparados para tratar con usted en
esa calidad".
Casi
enseguida, el capítulo de Colorado del AIM se enfrentó a Sun Bear en medio de
unos ejercicios espirituales -a 500 US$ per capita- que tuvieron lugar
cerca del montañoso pueblo de Granby. Aquella acción provocó en el
habitualmente pausado NIYC el siguiente comunicado:
"El
National Indian Youth Council respalda totalmente sus esfuerzos para denunciar,
impedir y expulsar de Colorado al Medicine Wheel Gathering... Desde hace
tiempo, nos hemos cansado de considerar a la Bear Tribe Medicine Society como
repugnante pero inocua para el pueblo indio. Ahora estamos seguros de que no sólo llenan sus
bolsillos sino que nos causan un gravísimo perjuicio. Nada de lo que hagan en
su contra será suficiente".
La
contestación del AIM de Colorado y el rotundo apoyo indígena que suscitó,
consiguieron que Sun Bear perdiera buena parte de sus ingresos en aquél Estado.
Desde
entonces, el AIM ha tomado sólida y consistentemente partido por el
tradicionalismo indígena, atacando en público a Sun Bear y otros de su calaña e
incluso impidiendo por la fuerza sus actividades en lugares tan diversos como
Denver y Atlanta. Todos aquellos que quieran ayudarles en su empeño deben
hacerlo denunciando a los hechiceros de plástico allá dónde éstos aparezcan,
organizando sabotajes activos de sus convocatorias y exigiendo a las librerías
locales que cesen de exhibir las obras no sólo de Sun Bear y su compinche
no-indio Wabun sino también las de charlatanes como Castaneda, Jamake
Highwater, Lynn Andrews y Hyemeyohsts Storm. Use su imaginación para hacer un
buen trabajo y hágalo firme y seguro. Recuerde que Sun Bear y compañía se
apoyan cada vez más en grupos de apoyo no-indios tales como las policías
locales buscando en ellas protección contra esas interferencias indias
que atentan contra sus desautorizados saldos de la espiritualidad india.
[Traducción
de
"Spiritual Huksterism. Not For Sale. The Rise of the Plastic Medicine Men",
en Z Magazine, diciembre 1990;
reeditado en Indigenous Tought,
s.n., junio 1991, páginas 37A-38A y en CHURCHILL, W., Fantasies of the Master Race: Literature,
Cinema and Colonization of American Indians, Common Courage
Press, Monroe, EEUU, 1992.
Traducción de Antonio Pérez.
Traducción y publicación
permitida expresamente por el autor, Ward Churchill.
Nota del traductor:
Ward Churchill es indígena
Keetoowah Cherokee; profesor de American Indian Studies en la universidad de
Colorado/Boulder, EEUU. Desde 1980, ha sido miembro del American Indian Movement
y fue portavoz nacional del Comité de Defensa de Leonard Peltier. Entre
sus 17 libros publicados hasta la fecha (1999), destacan: Fantasies of the Master Race: Literature,
Cinema and the Colonization of American Indians (2ª ed., 1998) y Struggle for the Land: Native North American
Resistance to Genocide, Ecocide and Colonization (2ª ed., 1999)]
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