miércoles, 4 de enero de 2017

BUHONEROS DEL ESPIRITUALISMO. PROHIBIDA SU VENTA. LA ASCENSIÓN DEL HECHICERO DE PLÁSTICO


Ward CHURCHILL

“Sí, conozco al tal Sun Bear: es un hechicero de plástico”.
Matthew King, anciano Oglala Lakota

            Los últimos veinte años han visto en Estados Unidos el nacimiento de una nueva industria de rápido crecimiento. Conocida como espiritualismo del indio americano, esta lucrativa empresa comenzó aparentemente con unas cuantas mistificaciones literarias perpetradas por no-indígenas tales como Carlos Castaneda, Jay Marks (por otro nombre "Jamake Highwater", autor de The Primal Mind, etc.), Ruth Beebe Hill (quien alcanzó notoriedad con Hanta Yo) y Lynn Andrews (Medicine Woman, Jaguar Woman, Chrystal Woman, Spirit Woman, etc.). Unos pocos indios como Alonzo Blacksmith (alias "Chunksa Yuha", el 'legitimador indígena' de Hanta Yo), Jefe Zorro Rojo (Memoirs of Chief Red Fox) y Hyemeyosths Storm (Seven Arrows, etc.), también se han apuntado al negocio escribiendo sobre la espiritualidad indígena groseras distorsiones y mentiras a secas para el consumo del gran mercado. Semejantes escribidores se enriquecen menudeando sus bazofias mientras que los indios auténticos se mueren de hambre, olvidados por todo el mundo.

Esta situación ha sido larga y duramente combatida por académicos indígenas tan legitimados como Vine Deloria, Jr. y Bea Medicine y por activistas como Russell Means (líder del American Indian Movement, AIM), Hank Adams (director de Survival of American Indians, Inc., SAIL) y el finado Gerald Wilkenson (jefe del National Indian Youth Council, NIYC). A pesar de ello, la lista de libros postizos alardeando alternativamente de "desenmascarar" ó de "enseñar los significados profundos de la espiritualidad india", continúa creciendo pues las casas editoras ven en ellos una mina de oro inagotable. Últimamente, incluso editoras académicas como la University of Chicago Press se han apuntado a la farsa generando travestismos como Mother Earth: An American Story, de Sam Gill, profesor de la Universidad de Colorado.

            La perseverancia del americano medio en comprar tales disparates, ha hecho que Deloria afirme que "los blancos de este país están tan alienados en sus propias vidas y tan hambrientos por cualquier suerte de vida real que se agarran a un clavo ardiendo para salvarse. Pero la sociedad altamente tecnificada les ha vuelto adictos al chute instantáneo ['quick fix']. Prefieren una espiritualidad empaquetada de tal forma que les proporcione una iluminación inmediata, mejor cuanto más sensacional y absurda. Pagarán sus buenos dólares a todo aquél lo suficientemente deshonesto como para ofrecerles la salvación espiritual tras la lectura del libro correcto ó tras la devota feligresía a la correcta ceremonia de cuarto de hora. Por ello, están a merced de cualquier buscón. Patético".

            Oren Lyons, líder tradicional de la Nación Onondaga, concuerda con Deloria pero sostiene que el problema es mucho más profundo: "Los no-indígenas, están tan malacostumbrados a todo este bululú de mentirosos e impostores, que, cuando un indio de verdad les ofrece sus útiles consejos, le rechazan. A estos alienígenas expertos en religión india, no les parece lo bastante 'indio'. Por lo tanto, no es sólo degradante para el pueblo indio sino una mistificación absoluta de estos expertos instantáneos que creen haber encontrado todas las respuestas antes incluso de escuchar las preguntas".

            "La cuestión de fondo -continúa Lyons- es que hoy necesitamos más respeto intercultural que en cualquier otro momento de la historia humana. Y, contra la comunicación y el respeto, no hay obstáculo más rápido y efectivo que la frustración y la desilusión de una parte hacia la otra. Hoy tenemos problemas muy reales, problemas tremendos, problemas que amenazan la supervivencia del planeta. Indios y no-indios tienen que afrontar juntos estos problemas; esto significa que debemos tener un diálogo transparente. Pero un diálogo así es imposible mientras los no-indios sigan engañados en cosas tan elementales como la espiritualidad india".

            Ya sería bastante desastre si las realidades del indio norteamericano estuvieran distorsionadas sólo por libros y películas. Pero, desde 1970, ha habido también un rápido incremento en el número de individuos que intentan vender "sabiduría india" de la manera más utilitaria posible. Siguiendo el ejemplo de gentes como Yogi Ramacharaka y de Maharaji Ji -quienes han levantado lucrativos imperios comercializando sucedáneos del misticismo del Asia Oriental-, estos nuevos empresarios comenzaron vendiendo "ceremonias indígenas" por un plato de lentejas.

            Janet McCloud, veterana activista por los derechos de pesca y sabia de la Nación Nisqually, añade: "Al principio, llegaron para apoderarse de nuestras tierras y de nuestras aguas; después, de nuestros peces y de nuestra cacería. Luego quisieron nuestros recursos minerales y, para conseguirlos, intentaron hacerse con nuestros gobiernos. Ahora, también quieren nuestras religiones. De repente, nos encontramos con un montón de idiotas sin escrúpulos zascandileando y proclamando que son brujos y sacerdotes. Por 50 dólares mercachiflean a cualquiera una ceremonia de temascal [sweat lodge, sauna amerindia]. No es sólo erróneo: es obsceno. Los indios no venden su espiritualidad a cualquiera y a cualquier precio. Estamos ante la continuación de una muy larga serie de latrocinios a los pueblos indios y, en algunos aspectos, éste es el peor de los ya conocidos".

            McCloud se muestra desdeñosa para con los innumerables individuos no-indios que se dedican profesionalmente a estas prácticas: "Estas gentes corren a las Reservas como si estuvieran perdidas y desesperadas, algo realmente patético. Entonces, algún sabio se apiada de ellos y, ¿cómo gratifican su generosidad? Después de pasar un cuarto de hora con un líder espiritual, ya se consideran a sí mismos como sacerdotes 'certificados' y corren enloquecidos a 'sembrar la Palabra' -honorarios mediante-. Incluso algunos de ellos se autoproclaman 'representantes espirituales oficiales' de varios pueblos indios. Estoy hablando de gentes como Dyhani Ywahoo y Lynn Andrews. Resulta absolutamente repugnante".

            Pero su íntimo y último desprecio lo reserva para aquellos indios que se han acostumbrado a malbaratar su herencia al mejor postor: "También hay indios que hacen estas cosas; tenemos nuestros Sun Bears y nuestros Wallace Black Elks y otros que venderían a su propia madre por un dinero rápido. Lo que conchabean no es suyo y ellos lo saben. Son ladrones y manirrotos y también lo saben. Por ello, jamás les verás entre indios. Cuando nos reunimos en las asambleas tradicionales, jamás verás aparecer a los Sun Bears y tipos semejantes".

            Thomas Banyacya, líder espiritual de los Hopi, opina que "estas gentes no saben nada de aquello en lo que se dicen expertos. De cara a los Blancos, se proclaman 'mensajeros'. Pero, ¿de quiénes?. No son mensajeros del pueblo indio. Yo sí lo soy y no cobro por mis ceremonias".

            Algunos de los feriantes más sofisticados, tales como Sun Bear, han argumentado que las críticas de McCloud y Banyacya están equivocadas. Sun Bear sostiene que las ceremonias y la 'sabiduría' que él vende de puerta en puerta no son verdaderamente indias sino que están "basadas en" tradiciones indias. Sin embargo, su literatura promocional se refiere a la "Sabiduría Espiritual Indígeno-Americana" y ofrece ceremonias como la del temascal a 50 $ la sesión y "búsquedas de la Visión" por 150 $.

            "¿Desde cuándo no es ceremonia india la del temascal? -se pregunta Russell Means, un decidido crítico de Sun Bear y de sus colegas-. No es que esté basada en  una ceremonia india: es una ceremonia india. Al igual que su llamada búsqueda de la Visión, la Pipa, su uso de la Pipa, de la Salvia y todo lo demás. Sun Bear es un farsante, lo mismo que quienes hacen lo mismo que él. Todos ellos saben de sobra que les compran sus productos por la imagen de 'Indianidad' que proyectan. Y lo menos indio de sus ceremonias es que están personalmente prostituyéndolo todo al convertirlo en una chalanería para hacer dinero".

            Quéjase también Sun Bear de que las críticas a sus actividades están infundadas y vanaglóriase de haber cocinado un estofado espiritual a partir de variopintas tradiciones; en efecto, su rueda medicinal es Shosoni mientras que sus hierbas y otros remedios terapeúticos proceden de numerosos pueblos a la vez que muchas de sus otras ceremonias son Lakota -en su origen-. Y no menos presume de haber construido su propia tribu de la cual se ha autoexaltado como medicine chief. Huelga añadir que la membresía de esta curiosa nueva entidad (compuesta casi exclusivamente por Euroamericanos) va acompañada por una ostentosa etiqueta con el precio incorporado. La idea ha prendido entre los buhoneros de lo espiritual como puede comprobarse en Florida con la formación de similares grupos con tarifa incluida encabezados por un no-indio que se hace llamar Chief Piercing Eyes (Jefe Ojos Penetrantes).

            "Este es exactamente el problema -dice Nilak Butler, un activista Inuit que trabaja en San Francisco-; cuando hay indios cerca, Sun Bear dice que no está revelando ningún secreto indio. El resto del tiempo, si hemos de creerle, se convierte en 'el más indio de la banda'. En cualquier caso, siempre está echando su discurso. Pero, veamos, si tuviera alguna razón en su cantinela, no hubiera tenido que inventarse 'nuevas tribus' ni autonombrarse cacique de la indiada y recaudador de tributos: hubiera sido líder de su propio pueblo".

            Según Rick Williams, un Cheyenne/Lakota que trabaja en la Universidad de Colorado, "Sun Bear no es reconocido por su propio pueblo, los Chippewa, como Jefe -espiritual ó lo que sea-. No está cualificado. El aprendizaje para convertirse en la clase de líder espiritual que Sun Bear pretende ser lleva toda una vida y él nunca lo comenzó siquiera. Es simplemente un hombre que, durante 25 años, no ha estado en la Reserva White Earth; que pretende ser lo que no es, que vive para su ego y que se gana la vida enredando a un montón de gente sincera pero bastante estúpida. En muchas facetas, te recuerda a individuos tipo Jimmy Swaggart ó Pat Robertson -pero con menor aliento-".

            "Y otra cosa -añade Williams-, Sun Bear no ha formado una nueva tribu. Nadie puede formar una nueva tribu. Lo que ha hecho es comenzar un culto. Y ese culto que ha comenzado está jugando con cosas muy poderosas, como la Pipa. Eso es no sólo estúpido y maligno: es peligroso".

            El peligro al que se refiere Williams tiene que ver con el mismísimo poder que hace a la espiritualidad india tan atractiva para los no-indios. Según Matthew King, anciano líder espiritual entre los Oglala Lakota, "cada parte de nuestra religión tiene su poder y su cometido. Cada pueblo tiene su propio camino. No puedes mezclarlos porque cada camino tiene su propio equilibrio. Destruir este equilibrio es grosero y muy peligroso. Por ello, está prohibido".

            "Existen muchas prohibiciones en nuestra religión -continúa King-; están prohibidas las muestras de irrespeto, los actos que desequilibran el poder. Todo ello debe ser aprendido y aprender es muy difícil. Por eso hay muy pocos auténticos medicine men entre nosotros, porque sólo unos pocos son los escogidos. Para alguien que no haya aprendido como se mantiene nuestro equilibrio, pretender erigirse en sacerdote es muy, muy peligroso. Es un zafio irrespeto hacia los poderes y puede dañar gravemente a quien lo intente, a sus pretendidos alumnos, a la naturaleza, a todo. Es extremadamente pernicioso..."

            Por las razones antes citadas, el Circle of Elders of the Indigenous Nations of North America, órgano representativo del liderazgo indígena tradicional de este continente, solicitó al American Indian Movement (AIM) que se aplicara a detener las actividades de aquellos descritos como "brujos de plástico" (plastic medicine men). Este término -posiblemente sexista-, describe a aquellos individuos de ambos sexos empeñados en la comercialización de la espiritualidad indígena. En su National Leadership Conference de 1984, el AIM aprobó una resolución según la cual se comprometía a llevar a cabo la voluntad de los ancianos. En esta resolución se mencionaba expresamente a "Sun Bear y su llamada Bear Tribe Medicine Society" y también a "Wallace Black Elk y [la ya fallecida] Grace Spotted Eagle, de  Denver, Colorado" así como a Cyfus McDonald, Brooke Medicine Eagle (citado como "Ego" en la resolución), Osheana Fast Wolf y una corporación titulada Vision Quest. Después, se han añadido a la lista nombres como los de Dyani Ywahoo, Rolling Thunder y Beautiful Painted Arrow.

            Como Russell Means señaló en su ocasión: "Esta gente ha insistido en convertirse en parias dentro de sus propias comunidades y tienen que pechar con las consecuencias. Por lo que se refiere a los Blancos que piensan que es guay, chupi, chachi, chévere o diver engancharse a los brujos de plástico, subsidiarles y promocionarles, y encima regañarte y creer que tienen alguna especie de 'derecho' fundamental para profanar nuestras tradiciones espirituales, tengo que darles una noticia: ustedes no tienen ese derecho. Nuestras religiones son nuestras. Así de fácil. Nos asisten muy serias razones para guardar como íntimas ciertas cosas, tanto si las entienden como si no. Y nos asisten todos los derechos humanos para denegárselas, les guste ó no".

            "Usted puede respetar nuestros derechos elementales ó no respetarlos -prosigue Means-; si los respeta, usted es un aliado y estamos encantados de estrecharle la mano, en ésta y en cualquier otra ocasión. Si no los respeta, en el mejor de los casos usted es un ladrón. Más aún, usted es un ladrón de la clase de los que conscientemente y por su propio interés se arriesgan a minar nuestro sentido de la integridad de nuestras culturas. Ello significa que usted es cómplice del proceso de genocidio cultural -ó del intento de genocidio cultural- orquestado contra el pueblo indio americano. Ello hace de usted, por lo menos, un enemigo. Y, créame: estamos preparados para tratar con usted en esa calidad".

            Casi enseguida, el capítulo de Colorado del AIM se enfrentó a Sun Bear en medio de unos ejercicios espirituales -a 500 US$ per capita- que tuvieron lugar cerca del montañoso pueblo de Granby. Aquella acción provocó en el habitualmente pausado NIYC el siguiente comunicado:

            "El National Indian Youth Council respalda totalmente sus esfuerzos para denunciar, impedir y expulsar de Colorado al Medicine Wheel Gathering... Desde hace tiempo, nos hemos cansado de considerar a la Bear Tribe Medicine Society como repugnante pero inocua para el pueblo indio. Ahora estamos        seguros de que no sólo llenan sus bolsillos sino que nos causan un gravísimo perjuicio. Nada de lo que hagan en su contra será suficiente".

            La contestación del AIM de Colorado y el rotundo apoyo indígena que suscitó, consiguieron que Sun Bear perdiera buena parte de sus ingresos en aquél Estado.

            Desde entonces, el AIM ha tomado sólida y consistentemente partido por el tradicionalismo indígena, atacando en público a Sun Bear y otros de su calaña e incluso impidiendo por la fuerza sus actividades en lugares tan diversos como Denver y Atlanta. Todos aquellos que quieran ayudarles en su empeño deben hacerlo denunciando a los hechiceros de plástico allá dónde éstos aparezcan, organizando sabotajes activos de sus convocatorias y exigiendo a las librerías locales que cesen de exhibir las obras no sólo de Sun Bear y su compinche no-indio Wabun sino también las de charlatanes como Castaneda, Jamake Highwater, Lynn Andrews y Hyemeyohsts Storm. Use su imaginación para hacer un buen trabajo y hágalo firme y seguro. Recuerde que Sun Bear y compañía se apoyan cada vez más en grupos de apoyo no-indios tales como las policías locales buscando en ellas protección contra esas interferencias indias que atentan contra sus desautorizados saldos de la espiritualidad india.



[Traducción de "Spiritual Huksterism. Not For Sale. The Rise of the Plastic Medicine Men", en Z Magazine, diciembre 1990; reeditado en Indigenous Tought, s.n., junio 1991, páginas 37A-38A y en CHURCHILL, W., Fantasies of the Master Race: Literature, Cinema and Colonization of American Indians, Common Courage Press, Monroe, EEUU, 1992.

Traducción de Antonio Pérez.
Traducción y publicación permitida expresamente por el autor, Ward Churchill.

Nota del traductor:
Ward Churchill es indígena Keetoowah Cherokee; profesor de American Indian Studies en la universidad de Colorado/Boulder, EEUU. Desde 1980, ha sido miembro del American Indian Movement y fue portavoz nacional del Comité de Defensa de Leonard Peltier. Entre sus 17 libros publicados hasta la fecha (1999), destacan: Fantasies of the Master Race: Literature, Cinema and the Colonization of American Indians (2ª ed., 1998) y Struggle for the Land: Native North American Resistance to Genocide, Ecocide and Colonization (2ª ed., 1999)]

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