martes, 16 de mayo de 2017

LA SOLFÓNICA DEL 15 M





S.O/A.P

Muchas cosas nacieron el 15 M  de 2011 en Madrid. También el coro “La Solfónica” que fue  la contundente expresión de cultura popular afín al movimiento; como en tantas subversiones,  la movilización de la fuerza social consciente creció afín a la expresión cultural,  coral y colectiva, de sonoras voces disidentes, armoniosas, satíricas…voces que añadieron música y júbilo al inmenso acontecimiento nutrido de contestación social.

Encontramos a la Solfónica en Sol, en la Marcha de la Minería –junto al mal llamado “arco del triunfo”- y en muchos otros lugares que señalizan un prolongado itinerario que llega hoy hasta el pasado marzo de 2017, formando parte (la Solfónica junto a muchos colectivos) de la denuncia del Salón Internacional de Seguridad y Defensa que tuvo lugar en IFEMA desde el 14 al 16 de ese mes.
Pero queremos recordar junto a sus conciertos y operetas, que tuvimos ocasión de compartir en La Tabacalera y otros lugares, un momento para nosotrxs de excepcional dignidad porque nos trajo a la memoria  la imbatible orquesta que acompañó el naufragio del Titanic.

En la plaza de Colón, al finalizar las Primeras Marchas de la Dignidad (22 M) que el próximo 27 de mayo vuelven a tomar Madrid, la Solfónica aguantó el chaparrón represivo que desencadenó sañudamente el poder.
Habían concluido ya los  discursos y salutaciones. Cantaba La Solfónica, dirigida por una brava mujer pequeñita, encaramada en medio de la fuente circundante al Centro Fernán Gómez.
Inesperadamente las fuerzas de seguridad ¿del Estado?... (más bien del gobierno del PP) iniciaron brutales cargas usando todo su equipamiento (gases, matracas…). ¿Quiénes aguantamos el chaparrón del ataque?: los miles de participantes y La Solfónica.
La fiesta de los oprimidxs fue salvajemente interrumpida por la represión en un momento en que -muy lamentablemente- “los oradores” ya habían desaparecido (suponemos que se fueron satisfechos, “a hacer balance y a cenar”).
Fueron los músicxs de la Solfónica el alma de aquel espacio de resistencia. Desde los altos de la explanada que remata el monumento de Turcios, fue un músico el que repetidas veces interpeló –megáfono en mano- a las fuerzas del desorden, el que subrayó que la concentración estaba autorizada y quien en nombre de todxs intentó aplacar el desbarajuste generado por las indiscriminadas cargas policiales que provocaron los enfrentamientos posteriores.
Músicos y directora se mantuvieron en sus puestos de cultura y  de lucha…Una grandiosa imagen. Todo un símbolo del histórico L’ arme de la critique ne saurait remplacer la critique des armes.
Lastimosamente, los oradores –investidos como dirigentes del magno evento- ya no estaban: se ocupaban –seguramente- en poner en orden “su balance”.

¡Qué viva pues LA SOLFÓNICA!

2 comentarios:

  1. Viva ese Coro de la Solfónica como expresión colectiva y de base.
    Aquel 22 de Marzo era tal la riada de de manifestantes, que muchos nos quedamos sin poder llegar hasta la Plaza de Colón. Luego llegó la represión y el montaje parapolicial y cada uno aguantó el chaparrón como pudo. La Solfónica y tantos otros miles lo hizo haciendo honor al nombre de las marchas; Dignidad.

    Cabaña

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  2. Bien lo dices, porque viviste la columna norte a golpe de suela, compañero Cabaña.
    Quienes compartimos contigo el recorrido y los descansos no olvidamos tu serenidad ni tu sobria simpatía.
    Un gran abrazo amigo.

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