(Comentario
al editorial de Julio en el mensual Nordeste
de Segovia publicado en Agosto en el mismo)
Acacio Puig
Nací 10 años después de acabar la Guerra de
España y sigo esperando y exigiendo Verdad, Justicia y Reparación para las
víctimas de aquel combate desigual.
Pertenezco a una generación a la que la
dictadura franquista amamantó desde el destete materno con el odio a los rojos
y algunos fantasmas (como el crimen de Paracuellos); una generación para la que
las noticias radiofónicas seguían llamándose “el Parte”…porque en lugar de
información seguíamos siendo intoxicados con auténticos partes de guerra,
condenas a muerte de disidentes -presentados como agentes y bandoleros- y a la que se
suministraba a diario la venenosa propaganda contra supuestas conspiraciones
“judeo masónicas”.
En gran medida, las patrañas educativas y el
miedo a la represión feroz ejercida por la derecha,
bloqueaban las mentes y expandían un franquismo transversal que calaba en
vencedores y vencidos. No creo que estemos aún libres de aquella costra
ideológica y son significativos los oídos sordos ante las reiteradas exigencias
de las Comisiones de Derechos humanos y Relatores de Comisiones de
Desaparecidos de la ONU pidiendo, a los sucesivos gobiernos de España, la
exhumación de cadáveres víctimas del genocidio que iniciaron en 1936 los
alzados contra la legalidad republicana (las más de 150.000 víctimas aún
insepultas en cunetas y montes como Estépar, Torozos y tantísimos más). Por
todo eso, cada vez que escucho “Paracuellos” el estómago se me revuelve y
amenaza vómito. Porque aquella matanza fue elevada por la dictadura al estatus
de símbolo para ocultar el terror fascista. El general Yagüe, carnicero de
Badajoz, Mola el apologista de aterrorizar a la población civil para consolidar
el poder a sangre y fuego, Queipo sembrando el pánico en la Andalucía y
animando a las tropas africanas a la violación de mujeres para que “supieran lo
que es un hombre”… ¡Todos con calles y avenidas ciudades y pueblos, erigiéndolos como ejemplos
de españolidad “viril” hasta ayer y hoy!
Me asquea el que haya costado tanto eliminar
las estatuas de “su caudillo” y que la fundación con su nombre (Fundación
Francisco Franco) siga siendo subvencionada con nuestros impuestos y se
mantenga tan legal…como las candidaturas electorales de organizaciones fascistas preñadas de un
pasado criminal, como es el caso de Falange.
La Guerra de España fue un combate desigual.
Constituyó el prólogo de la Segunda Guerra Mundial, el banco de pruebas bélico de la Alemania nazi y la Italia
fascista. Es decir que fue solo en cierto modo “civil” en lo que respecta al
bando llamado nacional. La intervención de aviación de combate (cazas y
bombarderos alemanes e italianos, que destrozaron la vida cívica de Madrid,
Barcelona…o el éxodo de civiles en la carretera Málaga-Almería) fue enormemente
superior a la ayuda soviética a los frentes republicanos (ayuda además
permanentemente bloqueada en la frontera francesa y el mediterráneo). La
presencia de combatientes alemanes e italianos, enormemente superior y
mantenida hasta que fue “cautivo y desarmado el ejército rojo”, en tanto que
nuestros heroicos brigadistas fueron, no solo menos en número y sin formación
militar inicial, sino invitados a abandonar mucho antes las trincheras y España
como gesto ante las democracias occidentales buscando su mediación a una
solución de compromiso.
En cuanto a los gobiernos de esas “democracias
occidentales”, seamos sinceros de nuevo, ya ochenta años después, porque abandonaron
a nuestra república democrática en casi todos los ámbitos intentando así evitar
la internacionalización de la guerra mundial, inminente e inevitable ya: Política
de No Intervención, nulo suministro de armamento…en definitiva fueron expresión
de que el capital ni tiene patria, ni valores. El capital fascista y el capital
democrático, tiraron de los cabos de la soga – cada cual a su manera- para
estrangular a la República de Trabajadores de todas clases.
En cualquier caso, amigxs del Nordeste yo, que
llegué a la comarca hace ya diez años, aplaudo la andadura de vuestro periódico
y su progresivo paso de lo que su
entonces director llamaba “periodismo
blanco” al actual “periodismo de verdad
y compromiso”.
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