Noche del 11 al 12 de abril de 1918: la policía política de los bolcheviques entra a sangre y fuego en los centros anarquistas que resisten y prosperan en Rusia y países aledaños. Se calcula que la razzia causa 40 muertos y 500 heridos -¿sólo en Moscú?-. Stalin, entonces Comisario de Asuntos Nacionales (ministro del Interior), cosecha los frutos de la matanza para resumir la línea política que ha de seguir la futura URSS con una frase propia de la antología del absurdo: “al centralismo vía el federalismo”.
En la Rusia de 1918, ¿cuánta fuerza tenían los anarquistas? Pregunta difícil que cada cual responderá según sus criterios sobre élites/masa, ciudades/campo, militantes/simpatizantes, activistas/seguidores, etc. Los datos de filiación partidista sirven de poco y, en el caso anarquista, de menos aún. Pero disponemos de alguna estimación objetiva: en un país analfabeto y rural como eran aquellas Rusias, las publicaciones abiertamente anarquistas no eran desdeñables.
Por ejemplo, en Petrogrado, se publicaban Golos Truda (La Voz del Pueblo, anarcosindicalista) y el diario Burevestnik y en Moscú el semi-diario Anarkía [1],
tirando las tres alrededor de 25.000 ejemplares c/u [2] .
En cuanto al panorama
bélico, en 1918 Rusia peleaba en una I Guerra Mundial que estaba en las
últimas. Sin embargo, el régimen ‘revolucionario’ firmó con Alemania el
asimétrico Tratado de Brest-Litovsk (03.III.1918) Muchos lo entendieron como
una innecesaria claudicación ante el Kaiser; otros, aún más desesperados, como
el fin de la mortandad y de la hambruna. Es posible que los bolcheviques lo
vieran como la vía para centrar al ejército en tareas de ‘orden interno’. Por
su parte, los anarquistas se opusieron a entregar al imperialismo alemán la
mitad productiva de Rusia argumentando que era posible resistir y vencer al
prusiano empleando la guerra de guerrillas. De hecho, el ejército invasor
estaba muy debilitado interiormente por la resistencia de la izquierda germana
y exteriormente por las victoria de los ‘otros aliados’. Tan debilitado que se
rindió diez meses después de Brest-Litovsk, a finales de 1918.
¿Se precipitaron los
bolcheviques al rendirse?, ¿pudo en su ánimo el pacifismo humanitario, el
cálculo para eliminar a la oposición de izquierdas o ambas visiones? Doctores
hay que han perorado sobre estas disyuntivas durante un siglo. No los vamos a
contradecir, ni a los tirios ni a los troyanos, pero sí convendría que añadiéramos
un hecho a sus sesudeces: está claro que la guerra de guerrillas exige y denota
una autonomía multipolar del pueblo armado que no ha gustado nunca a los
regímenes centralistas y/o autoritarios.
¿Y si los
bolcheviques hubieran firmado ese Tratado con el escondido propósito de
utilizar al ejército para eliminar al ‘enemigo interno’?. Sea como fuere, lo
único evidente por sí mismo es que, seis semanas después de Brest-Litovsk,
Lenin ordenó el exterminio de los círculos anarquistas. Desde la caverna policíaca,
encargó la tarea al aristócrata y presidiario polaco F. E. Dzerzhinski, jefe de la infame Che-ká [3]
. En las razzias del 12 de abril se llegó a emplear la artillería. Trotsky,
organizador del lado militar de la represión, pudo lanzar su famosa frase: ¡Al fin el poder soviético barre de Rusia,
con escoba de hierro, al anarquismo! Quince años después, Stalin empleará
la misma fórmula contra el trotskismo. Por ello, podríamos decir que, según los
anarquistas, la Revolución Soviética duró siete meses y, según los trotskistas,
quince años.
La Casa Anarkía
Hace años, flanelando por
Edimburgo, R. Zarza descubrió por casualidad (o por serendipity que está de moda) un libro de un académico canadiense
sobre arte y anarquía [4]
; en su capítulo IV, Antliff desgrana las vicisitudes del grupo de artistas
que, en los primeras semanas de la revolución llamada soviética, okupó en Moscú
el palacio del magnate Morozov y lo transformó en la Casa Anarkía, un centro de agitación anarquista, una de cuyas obras
más singulares fue la publicación de la revista o periódico semidiario Anarkía (1917-1918) Los hermanos Artieda
tradujeron al castellano este capítulo y, hacia el año 2011, la pareja KARZ,
publicó un resumen que, hasta la fecha y en el ámbito castellano-hablante,
constituye la única referencia que conocemos de la estupenda peripecia de la
flor y nata del arte ruso en plena acción revolucionaria -es decir, en abierta
discrepancia con el rumbo que la revolución rusa iba adquiriendo en manos de
los leninistas-estalinistas [5]
.
Para hacernos una primera idea de la importancia de Anarkía (Casa y revista), baste mencionar a unos pocos de los
artistas involucrados: Malévich, Rodchenko, Tatlin y Maiacovski, nombres que no
necesitan presentación alguna (ver tabla abajo)
Lista (incompleta) de los artistas que formaron parte
activa –no paseante- de la Casa Anarkía y/o de la revista homónima:
Artista
|
Rama
artística más conocida
|
Etiqueta
adjudicada
|
Edad
en 1918
|
Observaciones
|
Burliuk, David
|
Pintura, grafismo, publicidad, poesía
|
futurista
|
36
|
Fundador de la Casa
del Arte Libre. Nacionalizado estadounidense, murió en Nueva York a los
84 años. Trabajó con su hermano Vladimir
|
Gan, Alexei
|
Teatro, pintura
|
constructivista
|
25 o quizá 31
|
Nació en 1893 o en 1887. Fundador del grupo de Teatro Proletario. Asesinado en 1942
en un campo de concentración
|
Kamenski, Vasili
|
Poesía, teatro
|
futurista
|
34
|
También fue aviador. Animador del café (ex)
Filipov, modelo de reconversión artística y social
|
Khlebnikov, Velimir
|
Literatura
|
suprematista
|
33
|
Firmante principal del manifiesto Bofetada al
gusto público. Fue hecho prisionero por las tropas blancas de Denikin. Pocos años después, murió de gangrena.
|
Kliun, Ivan
|
Pintura, escultura, grafismo
|
suprematista, constructivista
|
45
|
Tras romper con Malévich, dio clases en las
escuelas oficiales de arte
|
Kruchenykh, Alexei
|
literatura
|
futurista, suprematista
|
32
|
Muy radical, su influencia se extiende hasta los
actuales punkies rusos
|
Lukashin, A.
|
Pintura
|
60
|
Panadero de profesión
|
|
Maiakovski, Vladimir
|
Poesía, teatro, gráfica
|
individualista
|
25
|
|
Malévich, Kasimir
|
Pintura
|
suprematista
|
40
|
|
Morgunov, Aleksei
|
Pintura
|
Proto-dadaísta, futurista
|
34
|
Convirtió a una cuchara en la insignia del fevralismo
|
Rodchenko, Alexander
|
Pintura, escultura, fotografía
|
constructivista
|
27
|
En 1918, esposo de Stepánova
|
Rozanova, Olga
|
pintura
|
suprematista, neoprimitivista, cubofuturista
|
32
|
Formó
parte de Supremus y trabajó en la
aldea Vérbovka (Kiev) Murió de difteria en 1918.
|
Stepánova, Varvara
|
Pintura
|
constructivista, cubofuturista
|
24
|
En 1918, esposa de Rodchenko
|
Tatlin, Vladimir
|
Escultura, pintura
|
constructivista
|
33
|
|
Udaltsova, Nadezda
|
Pintura
|
no objetiva/objetual, cubofuturista, suprematista
|
33
|
Contribuidora habitual de Anarkía. Su segundo marido, A. Drevin, fue fusilado en 1938 y
ella condenada al ostracismo
|
Yakulov, Georgii
|
Pintura, teatro, ballet, escenografía
|
simultaneísta, futurista
|
34
|
Dirigió la restauración del café exFilippov (Café
de los Artistas) Trabajó en Europa con los Ballets Rusos de Diaghilev
|
Frente a la grosera propaganda que retrata a los anarquistas como
dinamiteros y vandálicos destructores, la verdad histórica es justo la
contraria: los anarquistas, sea en la Revolución de 1917-1918, sea en la Revolución
española de 1936, se caracterizaron por esforzarse heroicamente en la
conservación del patrimonio artístico –a fin de cuentas, obra de trabajadores-.
Por ello, cuando la Che-ká arrasó el museo en el que habían convertido el
antiguo palacio Morozov, los expulsados de la Casa Anarkía alzaron su voz:
“Valiosa porcelana, grabados raros y otras piezas de museo fueron destruidas
durante la redada del 12 de abril –acto contra el que Rodchenko protestó
enérgicamente en su artículo O Muzei
Morozova” (Antliff: 74 y KARZ: 70)
Huelga añadir que si los tesoros conservados y expuestos por los asiduos
de la Casa Anarkía tuvieron mala suerte, peor aún la padecieron los artistas.
Todos se vieron obligados a abandonar sus estilos para entrar en el redil del
arte estatal. Todos tuvieron que abjurar de su anarquismo latente o patente.
Aun así, muchos sufrieron tortura, deportación, ostracismo y, en bastantes
casos, destinos peores –por ejemplo, véanse en la tabla de arriba los casos de
Gan y de Udaltsova. Y no fue menor humillación el que su arte, realmente
rompedor, fuera sustituido por el arte estatal encarnado paradigmáticamente en
un pintor como Iliá Repin, un fabricante de cromos al estilo de su famosa serie
“Cosacos zaporogos escribiendo una carta al Sultán Mehmed IV” que pasteleó con
la agitación anti-zarista y, escudándose en su ancianianidad, no produjo nada
durante la Revolución lo cual no fue obstáculo para que Stalin le encumbrara
como modelo del ‘realismo socialista’.
Dentro de la revista Anarkía,
nos parece especialmente interesante que, desde comienzos del año 1918, comenzara a incluir la sección Creatividad
(Tvorchestvo) cuyos mayores contribuyentes fueron Malevich (más de 20
artículos, a veces firmados como Anti)
y Rodchenko (20 artículos, a veces firmados como Aleksandr, aunque quizá también como Anti) En ellos, se discutían no sólo problemas artísticos sino
también el papel que el arte debía jugar en la revolución. Estos documentos,
claves para la interpretación del papel del anarquismo en la Revolución del
1917 y, en general, para conocer el arte de vanguardia del siglo XX, as far as
we know, permanecen inéditos.
Después de
Antliif 2007, muy pocos estudiosos han prestado atención a los artistas
anarquistas en la revolución de 1917. Entre ellos, destaca la obra de Gurianova
[6]
; copiosa obra cuya parte de ponencias y artículos puede consultarse en varios sites electrónicos.
La censura
¿Por qué no es conocida esta parte de la Revolución de 1917 y/o del
anarquismo ruso? Probablemente, por la feroz censura que ha padecido y sigue
padeciendo. Los culpables de esta ocultación son de distintos pelajes y en
distintos grados de olvido y/o negligencia pero se pueden clasificar en tres
colectivos:
a) los historiadores anarquistas clásicos.
b) hasta nuestros días, los historiadores del arte y del cambio social.
c) y, por supuesto, los intelectuales leninistas-estalinistas de toda época
y sus aliados o compañeros de viaje, los historiadores rutinarios de cualquier
filiación política.
Podríamos añadir a los mismos artistas anarquistas pero sería injusto
porque, si no dejaron mayor teoría política, sus razones de vida o muerte
tuvieron. Es evidente que, si se hubieran mantenido firmes en sus presupuestos
anti-autoritarios del 17-18, habrían terminado en Siberia o en el paredón
–como, en efecto, les ocurrió a más de uno. Sin embargo, para los arriba
firmantes, lo
más lamentable es que los intelectuales del primer grupo (Volin, Maximoff,
Avrich, ver nota 1), se centran en los acontecimientos y en los aspectos
políticos y policíacos de la relación anarquistas-revolución del 1917 por lo
que sólo hacen brevísimas alusiones a la Casa Anarkía –cuando no la olvidan por
completo [7] .
Ejemplos de la censura: actualmente, las/os artistas enumerados en la
anterior Tabla son objeto de infinidad de exposiciones en centros prestigiosos.
¿Huelga añadir que en ellas no se alude nunca al anarquismo que muchos
abrazaron en 1917-1918 ni, menos aún, a la Casa Anarkía? Veamos un ramillete ni
remotamente exhaustivo de ejemplos ordenados por orden cronológico y reducidos
a los celebrados en Madrid:
*Popova y Rodchenko. Definiendo
el constructivismo, 350 piezas antes expuestas en la Tate Modern de
Londres que se exhibieron en 2009 en el Centro de Arte Reina Sofía. A subrayar
que destaca el papel de una artista: Liubov Popova (1889-1924)
*Construir la Revolución, exposición de índole arquitectónica centrada en los años 1915-1935:
Centro Caixa Forum (Madrid, 2011)
*La caballería roja. Creación y
poder en la Rusia soviética de 1917 a 1945.
Propagandeada como “arqueología de la contemporaneidad”, incluyó obras de los
activistas de Anarkía y de otros no listados en la citada Tabla como Kandinsky,
Chagall y Filónov: Casa Encendida, 2011-2012.
Asimismo, la censura se manifiesta en la exclusión de los anárkicos incluso en libros
abundantemente ilustrados con obras suyas. Por ejemplo: El libro ruso de vanguardia, 1910-1934, no menciona la
revista Anarkía pese a que reproduce
obras realizadas por Kamenski entre los
años 1917-1918-1919, haciendo especial referencia al libro que editó en cemento
[8]
.
Y, finalmente, pongamos un ejemplo actualmente vivo: la exposición Revolution:
Russian Art 1917–1932 (Royal Academy of Arts, Londres, 11.feb-17 abril 2017; ver en https://www.royalacademy.org.uk/exhibition/revolution-russian-art ) parece mantener la tesis de que el arte revolucionario se mantuvo
hasta 1932. A nuestro juicio, el miserable propósito –voluntario o
involuntario-, de esta exposición es hacernos creer que la revolución artística
dentro de la revolución de 1917 duró hasta que Stalin la exterminó físicamente
en el año 1932. Lamentablemente, esta exposición puede llegar a marcar la línea
ideológica que dominará este Centenario de 1917.
Pero se puede
demostrar que la represión llegó mucho antes, concretamente el 12 de abril de
1918 y, obviamente, no la encabezó Stalin sino Lenin y Dzerzhinski.
Después de esa nefasta fecha, se mantendría la makhnovina –incluso las guerrillas de Nestor Makhno salvarían a
Moscú del Ejército Blanco-, y los marineros de Kronstadt resistieron hasta que
Trotsky los aplastó manu militari en 1921. Por ello, algunos podrían pensar que
la Revolución rusa terminó en esa última fecha. Se equivocan: la Revolución
murió en abril de 1918 aunque su cadáver siguiera descomponiéndose tres años
más.
“Amazonas de la vanguardia” y final
En la tabla de
arriba, leemos 13 nombres masculinos y sólo tres, femeninos; una clara
asimetría que, sin embargo, oculta un hecho fundamental: que ningún relato
sobre ninguna revolución estaría completo sin incluir el papel de las mujeres.
En el caso de la Revolución rusa de 1917, son pocos los autores que lo han
estudiado pero, como era de esperar, Gurianova (ver nota 6) tiene varios
ensayos sobre las artistas rusas –anarquistas o no. Por ejemplo, en uno dellos,
reseña que Malévich apreciaba las pinturas que Rozanova efectuó en este
período; incluso en una ocasión la definió como “la única verdadera
suprematista”. Rozanova discutía abiertamente con el Gran Jefe Malévich; éste
defendía en la revista Anarkía que "paint is the main thing” mientras que
ella sostenía que todo el arte abstracto nacía del "love of color” [9] .
A los efectos que hoy
nos ocupan, no nos interesa la teoría anarquista ni tampoco la elucubración
estética. Podríamos añadir que los artistas de Anarkía eran anarquistas
básicamente stirnerianos o enredarnos en las diferencias, génesis y parentescos
entre las distintas ramas (suprematismo, futurismo, constructivismo, etc.) que
defendían pero las hemos dejado en meras etiquetas -dobles, triples y confusas,
por cierto-, generalmente adjudicadas por terceros.
Entendemos que, para
una epopeya como la de Anarkía, un
puñado de artículos y sólo dos libros [uno dedicado a los acontecimientos
político-artísticos (Antliff) y otro, especializado en la teoría del arte
(Gurianova)], son escandalosamente insuficientes. Por ello, el propósito de
este Memorándum para uso de
internautas es animar al estudio de esta parte hipercensurada de la Historia y,
si pudiera lograrse, re-editar la revista
Anarkía o, al menos, su sección Creatividad.
[1] Los arriba firmantes vivimos
bajo la férula del santo Google por lo que padecemos un grave problema: no
existe un sistema homologado de transcripción del alfabeto cirílico al latino.
Por ejemplo, los que hemos simplificado como Anarkía o como Maximoff,
pueden encontrarse como Anarkhiia,
Anarjiia, Anarkhia, Anarchija, Maximov, etc. Otro inconveniente a tener
en cuenta es que el calendario juliano fue adoptado por Rusia a principios de
1918 por lo que, para las fechas anteriores, siempre nos cabrá la duda de si
hemos de hacer la corrección cronológica ‘gregoriana’.
[2] Las fuentes básicas para estudiar el anarquismo en
la revolución rusa son: los testigos presenciales Volin (Vsévolod
Mijailovich Eichenbaum) y G.P. Maximoff. Un autor más reciente pero de
mayor difusión es Paul Avrich. Sus obras principales pueden conseguirse en
castellano –menos la de Maximoff de la que desconocemos si hay traducción- en pdf
en las siguientes signaturas-url:
Avrich, Paul. Kronstadt 1921.
Sf. Utopía libertaria, Anarres, Buenos Aires; 246 pp.; ISBN: 987-20875-3-9. Disponible en http://www.fondation-besnard.org/IMG/pdf/Avrich_Kronstadt_PDF.pdf
Avrich, Paul. 1974 (1ª edición en inglés, 1967) Los anarquistas rusos. Disponible en https://drive.google.com/file/d/0B3FNcQ5gfi3sWURjX3lSZWZ1Uk0/view
(digitalización de lo editado por Alianza Editorial, Madrid 1974;
traducción de la 1ª ed., Princeton 1967)
Maximoff,
Gregory Petrovich. 1940. The Guillotine at work. Twenty
Years of Terror in Russia
(Data and Documents) Globus,
Chicago. Disponible
en https://libcom.org/files/Maximoff%20%E2%80%93%20The%20Guillotine%20at%20Work%20%E2%80%93%20Part%201.pdf (1ª parte, 340 pp)
https://libcom.org/files/Maximoff%20%E2%80%93%20The%20Guillotine%20at%20Work%20%E2%80%93%20Part%202.pdf (Data and Documents; 2ª Parte, 292 pp.)
Volin. 1947.
La revolución desconocida. Varias
traducciones al castellano, entre ellas: Campo abierto, Madrid, 1977; ISBN: 84-400-2551-3 (I vol., 239 pp., y II Vol., 301
pp., ) Edición reducida
disponible en http://uni-lliure.ourproject.org/wp-content/uploads/2011/10/La-Revolucion-Desconocida-Volin.pdf
[3]
También llamada Vecheka (Всероссийская чрезвычайная комиссия по борьбе с
контрреволюцией и саботажем; en caracteres latinos, Vserossíiskaya
chrezvicháinaya komíssiya po borbié s kontrrevoliútsiyey i sabotázhem; en castellano, Comisión
Extraordinaria de Todas las Rusias del Consejo de Comisarios del Pueblo para la
Lucha contra la Contrarrevolución, el Sabotaje y la Especulación; en abreviatura o grafitti, ЧК (Cheká)
o ВЧК (Vecheká) Cuatro años
después del nefasto año de 1918, pasaría a llamarse GPU, y luego KGB y luego,
etc. Entre
otros detalles, la Cheka debe su imperecedera (mala) fama a que se especializó
en perpetrar ejecuciones públicas en las que desplegaban “una gran creatividad”.
En las provincias del norte solían desnudar a los presos y verter sobre ellos
agua que, a 30 grados bajo cero, se congelaba rápidamente formando estatuas de
hielo vivientes.
[4] Antliff,
Allan. 2007. Anarchy and Art. From the Paris Commune to the Fall of the Berlin Wall; Arsenal Pulp Press,
Vancouver, Canadá. 218 pp.; ISBN 978-1-55152-218-0 (rústica, pbk) Pdf
disponible en http://carbonfarm.us/amap/antliff_anarchyart.pdf
[5]
KARZ, ca. 2011, “El periódico Anarjiia y los artistas en la Revolución rusa”, pp. 69-74, en Vacaciones en Polonia, nº 5.
[6] Gurianova [Gourianova], Nina. 2012. The
Aesthetics of Anarchy: Art and Ideology in the Early Avant-Garde; University
of California Press, ISBN 9780520268760. Lamentablemente, no hemos
encontrado en internet su digitalización en pdf.
[7] Por citar sólo a Avrich (1974, op.
cit. en nota 2) por ser el más ‘actualizado’ y, quizá, el más leído en
castellano, sus alusiones a la Casa y la revista Anárjiia (es su grafía) se reducen a menciones dispersas entre las
págs. 183 y 189 en las que nunca encontramos nombres de artistas. También la
incluye en dos notas (cf. pág. 291) pero son citas secundarias con Iákolev como
fuente.
[8] Este período se describe entre las pp. 106-128; Kamenski et al aparecen en las pp. 107-114. Cf. Rowell,
Margit y Deborah Wye (eds) 2003-2006. El libro ruso de
vanguardia, 1910-1934: a partir de la colección en The Museum of Modern Art,
New York, donación de la Judith Rothschild Foundation. Nueva York-Madrid. Documenta-Centro de Arte Reina Sofía.
313 pp. ISBN 84-96130-00-2 documenta; 84-8026-190-0 MNCARS. Disponible
en https://www.moma.org/d/c/exhibition_catalogues/W1siZiIsIjMwMDMwMTg2NiJdLFsicCIsImVuY292ZXIiLCJ3d3cubW9tYS5vcmcvY2FsZW5kYXIvZXhoaWJpdGlvbnMvMTU1IiwiaHR0cHM6Ly93d3cubW9tYS5vcmcvY2FsZW5kYXIvZXhoaWJpdGlvbnMvMTU1P2xvY2FsZT1lcyIsImkiXV0.pdf?sha=0f5e4926dac80f90
[9] Véase, Gurianova, Nina, “Olga
Rozanova”, pp. 213-239 en: John Bowlt y Matthew Drutt (eds.) 2000. Amazons of the Avant-Garde. Alexandra Exter,
Natalia Goncharova, Liubov Popova, Olga Rozanova, Varvara Stepanova, and
Nadezhda Udaltsova. Gugengheim
Museum, catálogo de la exposición del mismo nombre itinerante entre 1999 y 2001.
372 pp. ISBN 0-89207-225-3. Disponible en https://monoskop.org/images/b/b7/Exter_Goncharova_Popova_Rozanova_Stepanova_Udaltsova_Amazons_of_the_Avant-Garde_low_res.pdf
Amigo y compañero Antonio Pérez.
ResponderEliminarReleo con gran interés tu artículo ensayo que resulta especialmente oportuno en contexto de la magna exposición madrileña DADA RUSO 1914-1924,que está a punto de concluir.
Comparto tu denuncia de la represión bolchevique a los anarquistas rusos. Ya en un trabajo desde la cárcel de Carabanchel, que envié a Raúl Morodo a muy inicios de los 70 (La burocracia en la URSS)criticaba yo esa injustificable y criminal represión, apoyándome en los escritos de la Goldman y Rosa de Luxemburgo, aunque centrándome en Majno y la caballería negra ucraniana y desde luego en Kronstandt(rechazando la simplificación de Bronstein L.T al respecto).
Encontré pues mucha sintonía al leer -hace pocos años- el libro Afinidades Revolucionarias ("por una solidaridad entre marxistas y libertarios") de Lowy y Besançenot -ed. mil y una noches- en que se repasaban muy críticamente aquellos pasajes históricos y se glosaba en otro capítulo a Louise Michel mediante una imaginaria carta post morten a aquella gran revolucionaria (además, tan longeva).
De modo que gracias Pérez por habernos cedido la posibilidad de difundir tu trabajo.
Salud y Amistad.