JULIO
ÁLVAREZ DEL VAYO: SEÑAS DE IDENTIDAD
Por una Campaña Memorialista Unitaria
En septiembre de 2016, se salvó in
extremis la tumba de Julio Álvarez del Vayo en el cementerio de Saint
Georges (Ginebra-Suiza) gracias a la gestión, siempre encomiable de l'Amicale des Anciens Guérilleros Espagnols
en France - Forces Françaises de l'Intérieur (AAGEF-FFI). Sin su mediación, los restos de del Vayo y su esposa
habrían ido a la fosa común.
A nosotros nos produjo alegría, e
incluso tranquilidad. Es un tributo a la memoria, a la nuestra y a la
colectiva, a la historia de un país –el nuestro- que parece olvidar a cientos
de personajes que nos han precedido y han sido ejemplo en la lucha por un mundo
mejor.
Julio
Álvarez del Vayo es casi un desconocido en el estado español, uno de los “borrados”
de la historia. Militante del PSOE
-cuando aún era partido republicano-, ministro de exteriores de la
República durante la guerra civil, es recordado con orgullo y reconocimiento
por toda la militancia antifranquista y especialmente por la que pasó por el Frente Revolucionario
Antifascista y Patriota (FRAP) del que fue fundador en 1971 (comités pro-FRAP)
y que presidió hasta su muerte en 1975.
Toda una vida entregada a defender la
República que combatió al fascismo, fue una de las caras más visibles de la
diplomacia republicana en el escenario internacional y posteriormente un fiel
defensor de la legalidad republicana en el exilio.
Abrimos un
hilo de notas y colaboraciones, que se irán publicando a lo largo de este año 2019, para
glosar la figura de del Vayo a lo largo de su vida política, rescatar para
la verdad histórica su figura militante
y lograr para él y su esposa una sepultura a perpetuidad como el digno Lugar de Memoria que merecen.
Algunos
datos biográficos (1):
Julio Álvarez del Vayo y Olloqui
Villaviciosa de Odón (Madrid)
09/02/1891 - Ginebra (Suiza) 03/05/1975
“Vayo fue
una de las caras más visibles de la República en el escenario internacional,
con diferencia… Era un hombre capaz y
realizó una labor más que digna durante toda la guerra; además de ser
políglota, como Negrín, una rareza para la época y que le ayudó de cara a su
papel en el exterior. Fuera de España era muy respetado”. (2)
Periodista. Hijo del general Juan
Álvarez del Vayo y Navarro, realizó sus estudios secundarios en El Escorial,
rompe con la tradición militar familiar, y decide estudiar Derecho en las
Universidades de Madrid, Zaragoza y Valladolid donde se licenció.
En 1911 fue becado por la Junta de
Ampliación de Estudios (JAE). Marchó a Londres para estudiar ciencias políticas
y económicas en la London School of Economics, entró allí en contacto con
Beatrice y Sydney Webb, bajo cuya influencia se adhirió al socialismo, para
ingresar en el PSOE ese mismo año.
En 1913 se trasladó a Alemania,
prosiguiendo sus estudios en la Universidad de Leipzig y participando
activamente en el movimiento socialista alemán. Trabó relación con Rosa
Luxemburgo, dirigente y teórica del socialismo de izquierda, a favor de la cual
tomó posición. Fue protagonista de las campañas contra la I Guerra mundial y
las movilizaciones que tuvieron lugar en protesta por el asesinato en Francia
del líder socialista y antimilitarista Jean Jaurès.
A consecuencia de ello fue expulsado
de Alemania, y tuvo que marchar a Nueva York donde, entre 1914 y 1916, fue
corresponsal de El Liberal.
En 1916 regresó a Europa,
concretamente a Dinamarca, con intención de llegar a Rusia como corresponsal de
guerra. Al no lograrlo viajó a Alemania y posteriormente a Suiza, donde trabajó
como corresponsal de guerra para los periódicos El Sol de Madrid, La Nación de
Buenos Aires y Manchester Guardian, colaborando además con revistas españolas
como Vida Socialista y España. En Berna frecuentó los grupos de exiliados
antizaristas, donde conoció a Lenin pocos meses antes del regreso de éste a
Rusia a bordo del famoso vagón sellado que atravesó Alemania.
Después de la guerra mundial trabajó
como corresponsal de La Nación para Europa, residiendo sucesivamente en Viena
(1919), Praga y Berlín (1920) y viajando a Rusia por vez primera en 1922 como
miembro de la Comisión Nansen para la ayuda al pueblo ruso.
En 1918 se inició en la masonería con
el nombre simbólico de «Luxemburg» perteneciendo a la logia «Ibérica» de
Madrid.
Fue candidato del PSOE en las
elecciones generales de 1919 y 1920 por Villena (Alicante) sin resultar
elegido.
En 1920, junto con Luis Araquistáin y
Juan Negrín, constituyó la empresa editorial España. Partidario de la Tercera
Internacional, abandonó el PSOE en 1921, reingresando en la agrupación
socialista de Madrid en 1925.
En 1924 fue nombrado representante en
España para Europa del diario La Nación, viajó varias veces a la Unión
Soviética escribiendo los libros La nueva Rusia (1926) y Rusia a los doce años
(1929), como fruto de dichos viajes.
Durante la Dictadura de Primo de
Rivera compaginó su corresponsalía de La Nación con la del periódico británico
Manchester Guardian.
En mayo de 1926 estuvo en prisión por
unas palabras de apoyo a Miguel de Unamuno, pronunciada durante un banquete
celebrado en honor del Dr. Tapia.
Tras la proclamación de la Segunda
República, en junio de 1931, fue nombrado Embajador de España en México y con
el reconocimiento de la Unión Soviética por parte del gobierno republicano fue
designado Embajador de España en Moscú, aunque no llegó a tomar posesión de su
nuevo destino a consecuencia de la caída del gobierno presidido por Manuel
Azaña en 1933 y la constitución de uno nuevo, protagonista del llamado “bienio
negro” de orientación filofascista, que paralizó el reconocimiento diplomático
de la Unión Soviética.
En 1934 fue Presidente de la Comisión
creada por la Sociedad de Naciones para restablecer la paz en El Chaco, región
fronteriza entre Bolivia y Paraguay, cuya disputa había dado lugar a un
enfrentamiento bélico entre ambos países. Elegido diputado por Madrid-capital
en las elecciones generales de 1933 y 1936, formó parte en la legislatura
1933-1936 de la Comisión de Estado y en la legislatura 1936-1939 de las
Comisiones de Estado, de Defensa Nacional y de Presidencia (suplente). Fue
además miembro titular de la Diputación Permanente de las Cortes desde el 8 de
abril de 1936 al 1 de octubre de 1938.
En julio de 1936, pocos días antes de
la sublevación militar, acudió como miembro de la delegación de la UGT,
presidida por Francisco Largo Caballero, al VIII Congreso de la Federación
Sindical Internacional celebrado en Londres. Integrado en el sector de la
izquierda del PSOE fue Ministro de Estado en los dos gobiernos presididos por
Largo Caballero desde septiembre de 1936 a mayo de 1937, siendo además
Comisario General del Ejército de la República y formando parte del Consejo
Supremo de Guerra.
En mayo de 1937 rompió con Largo
Caballero apoyando la designación de Juan Negrín como Presidente del Consejo de
Ministros, en cuyo último gobierno, entre abril de 1938 y abril de 1939, ocupó
de nuevo la cartera de Estado. Como representante español en la Sociedad de
Naciones en Ginebra, denunció en la asamblea la ayuda prestada por Italia y
Alemania al bando sublevado. También organizó la salida de España de los fondos
del Museo del Prado que se encontraban en Figueras para trasladarlos a Ginebra,
donde serían custodiados por el secretario general de la Sociedad de Naciones.
Partidario de la resistencia hasta el
fin, con la idea de enlazar el conflicto español con el estallido de la
inminente guerra europea, propuso continuar la batalla mediante la «guerra de
guerrillas».
Tras la caída de la República, se
exilió en Francia, México, Estados Unidos y Suiza. Desarrolló una intensa
actividad como escritor, publicista y político al frente del sector del PSOE
encabezado por Ramón González Peña, Ramón Lamoneda y Juan Negrín.
En 1945 acudió junto a este último a
la Conferencia de San Francisco, donde se constituyó la Organización de
Naciones Unidas. Fue expulsado del PSOE en 1946, junto a otros treinta y cinco
militantes, entre ellos Max Aub y Amaro del Rosal, por la radicalidad de sus
posiciones. Eran los comienzos de la guerra fría, y todo lo que no fuera abiertamente
anticomunista fue penalizado y excluido.
Al inclinarse la Internacional
Socialista, en febrero de 1948, por el reconocimiento como miembro de la misma
del sector dirigido por Indalecio Prieto y Rodolfo Llopis, participó en la
creación de la Unión Socialista Española, de la que fue presidente de 1951 a
1964.
En 1957 viajó por primera vez a China,
invitado por las autoridades de la República Popular. Repitió visitas en 1961,
1967 y 1973 y fruto de ellas fueron sus obras Reportaje en China (1958) y China
Vence (1964).
En 1964 fue promotor del Frente
Español de Liberación Nacional.
Entre 1971 y 1973 se formó una amplia
red de comités pro-FRAP en prácticamente todas las regiones de España. El FRAP
se constituyó formalmente el 24 de noviembre de 1973, en una Conferencia
Nacional celebrada en París, en la que Julio Álvarez del Vayo fue elegido
presidente y se ratificaron sus puntos programáticos.
El 3 de mayo de 1975 falleció en
Ginebra y fue enterrado en el cementerio de Saint Georges, tras la celebración
de un acto laico al que asistieron el Presidente de la República Española en el
exilio, José Maldonado, y el Jefe del Gobierno republicano, Fernando Valera.
"Me gusta que se me tenga por lo
que siempre he sido: un socialista de izquierda, firme partidario de la unidad
de acción obrera y en España defensor, dentro de la medida de mis
posibilidades, de la unidad en la lucha contra Franco” (3)
Lo último que sabemos sobre la
situación de su tumba fue "el interés de las autoridades españolas en
asegurar su cuidado (el de la tumba) y mantenimiento".
Notas:
1.- Fuentes: Fundación Pablo Iglesias.
Wikipedia. Entrevista a Álvarez del Vayo, Universidad de Alicante, Biblioteca
Universitaria, Fonoteca.
2.- Entrevista a David Jorge, historiador
en CTXT, 21 de diciembre de 2016
3.- Julio Álvarez del Vayo:
Les Batailles de la liberté, F. Masperó, París, 1963, p. 302.
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