VENEZUELA, POR
UNA SOLUCIÓN DEMOCRÁTICA, DESDE Y PARA EL PUEBLO
Detener la escalada del conflicto
político en Venezuela. Contra la intervención imperial.
Enviar adhesiones a: declarvenezuela@gmail.com
Venezuela
vive una crisis sin precedentes, que se ha venido agravando paulatinamente en
los últimos años, al punto de afectar dramáticamente todos los aspectos de la
vida de una nación. El colapso de los servicios públicos, el derrumbe de la industria
petrolera y la caída extraordinaria del PIB, la hiperinflación, el aumento
vertiginoso de la pobreza, la migración de millones de personas definen esta
crisis, entre otros factores. La conflictividad política ha escalado a niveles
muy peligrosos, socavando el estado de derecho, el marco de convivencia social
y la salud de las instituciones. La población del país se encuentra en un
estado de absoluta vulnerabilidad.
El
Gobierno de Nicolás Maduro ha avanzado hacia el autoritarismo, suprimiendo de
facto numerosas formas de participación popular que habían logrado establecerse
desde los inicios del proceso bolivariano. Ha aumentado la represión ante las
numerosas protestas y muestras de descontento social; ha secuestrado la vía
electoral como mecanismo de toma de decisiones colectivas; y ha gobernado al
margen de la Constitución, aplicando un estado de excepción permanente.
Mientras tanto, se avanza en la profundización del extractivismo y en la
aplicación de políticas económicas de ajuste que favorecen a corporaciones
transnacionales, e impactan negativamente en la sociedad y la naturaleza.
En
paralelo, los sectores extremistas del bloque de oposición que lograron
encabezar distintas movilizaciones han impulsado varios llamados a una salida
forzada y radical del Gobierno de Maduro (en 2014 y 2017), lo cual ha generado
serias confrontaciones violentas y ataques a infraestructuras. Esto ha
contribuido al estrangulamiento de la vida cotidiana de millones de personas, y
a una severa afectación a los marcos de convivencia pacífica. Adicionalmente,
en el marco de un auge y alineamiento de las derechas en América Latina, se
intensificó la intervención foránea, principalmente del Gobierno de los Estados
Unidos, el cual desde 2015 ha asumido una posición mucho más agresiva con
Venezuela, a través de Órdenes Ejecutivas, declaraciones amenazantes, creación
de lobbies regionales e internacionales contra el Gobierno de Maduro y
sanciones económicas que impactaron en la economía nacional. Otros actores
internacionales como China y Rusia también inciden en el curso de los
acontecimientos según sus propios intereses, configurando una situación
geopolítica sumamente tensa.
La
autoproclamación del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente
interino de Venezuela para encabezar un gobierno de transición, el 23 de
enero de 2019, ha desatado una nueva escalada de la crisis. Este intento de
crear un Estado paralelo en el país encontró un rápido reconocimiento del
gobierno de los Estados Unidos, así como de otros países aliados como Canadá,
Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Perú, Ecuador, Paraguay, entre otros.
La
creación de un Estado paralelo centrado en la Asamblea Nacional y el Tribunal
Supremo de Justicia en el exilio, apoyado por EE UU y el llamado Grupo de
Lima, abre el escenario para la profundización de la crisis y el
desencadenamiento de un conflicto interno armado, una guerra civil con
participación internacional. Un escenario devastador para la población y para
la República venezolana, la cual podría desmembrarse y ser objeto de rapiña por
diferentes intereses internacionales, como ha sucedido en otras regiones del
mundo como consecuencia de intervenciones imperialistas recientes.
La
agresiva presión del Gobierno de los Estados Unidos, así como las confrontaciones
diplomáticas entre este y el Gobierno venezolano, crean situaciones muy
peligrosas.
La
situación generada ya no sólo representa una amenaza a la posibilidad de
democracia, sino a la vida de millones de venezolanos y a la estabilidad en la
región. En una confrontación armada, son los pueblos los principales afectados,
y más en la situación actual de Venezuela donde la población ya vive una enorme
precariedad y violencia en el marco de disputas territoriales.
En
este sentido, quienes firmamos,
- Rechazamos el autoritarismo del
Gobierno de Maduro.
- Rechazamos también la represión
gubernamental, ante el crecimiento de las protestas en todo el país, por
alimentación, transporte, salud, participación política, servicios
públicos, salarios dignos, entre otros. El pueblo venezolano, que sufre la
enorme precariedad y la represión actual, tiene derecho a protestar sin
ser criminalizado por ello.
- Rechazamos la autoproclamación de
Juan Guaidó y la creación de un Estado paralelo en el país, que no traerá
sino mayor conflicto y no soluciona los principales problemas que afronta
el país.
- Repudiamos cualquier atajo
político anti-democrático que no tribute a una solución pacífica y
decidida por el pueblo.
- Rechazamos el intervencionismo
estadounidense, así como cualquier otra forma de injerencia extranjera.
Venezuela no debe convertirse en campo de batalla internacional. Es el
pueblo venezolano quien debe decidir su destino. Invitamos a los pueblos a
apoyar y acompañarlo en este sentido.
- Hacemos un urgente llamado a la
convergencia de actores políticos y organizaciones sociales para unir
fuerzas con el fin de detener la escalada del conflicto político en
Venezuela.
- Instamos a promover escenarios de
diálogo y buscar soluciones en las cuales el pueblo venezolano pueda decidir,
democráticamente y desde abajo, su destino próximo; a reanudar con los
procesos de democratización que había construido la revolución bolivariana
en sus inicios.
- Pedimos que la solución parta y
se apoye en los principios de la Constitución de la República. Es
fundamental reconstruir los marcos sociales, políticos e institucionales
para el entendimiento.
- Apoyamos las propuestas,
formuladas desde Venezuela, de salidas negociadas ya sea por la vía de la
mediación ofrecida por los gobiernos de Uruguay y México, o por la
realización de un referéndum consultivo vinculante para que sea la
población venezolana la que decida sobre la convocatoria a elecciones
generales.
- Invitamos a los actores políticos
nacionales a promover canales para una salida de la crisis económica que
está asfixiando al pueblo venezolano. Dichos canales deben contribuir a
paliar las carencias básicas de la población y potenciar el resurgimiento
de una economía que posibilite el desenvolvimiento de la vida y el
bienestar social.
La
salida a la profunda crisis que vive la sociedad venezolana debe ser pacífica,
constitucional y restituir la soberanía al pueblo venezolano.
Primeras Firmas
1.
Edgardo
Lander, Universidad Central de Venezuela (Venezuela)
2.
Emiliano
Terán Mantovani, Observatorio de Ecología Política (Venezuela)
3.
Miriam
Lang, Universidad Andina Simón Bolívar (Ecuador/Alemania)
4.
Alberto
Acosta (Ecuador)
5.
Tatiana
Roa Avendaño, Censat Agua Viva (Colombia) - Cedla UvA (Amsterdam)
6.
Maristella
Svampa, Universidad Nacional de La Plata (Argentina)
7.
Arturo
Escobar, University of North Carolina (Colombia)
8.
Rita
Laura Segato, Profesora emérita, Universidad de Brasilia (Brasil)
9.
Vladimir
Aguilar Castro, Universidad de Los Andes (Venezuela)
10. Joan Martínez Alier,
Universidad Autónoma de Barcelona (España)
11. Raquel Gutiérrez
Aguilar, Posgrado en Sociología ICSYH-BUAP (Mexico)
12. Carlos Walter
Porto-Gonçalves, Universidade Federal Fluminense (Brasil)
13. Antonio Negri (Italia)
14. Susan George, Presidenta del Instituto Trasnacional
Amsterdam (Holanda)
15. Ashish Kothari,
Kalpavriksh (India)
16. Oly Millán Campos,
economista (Venezuela)
17. Enrique Leff,
Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México
(México)
18. Boaventura de Sousa Santos, Universidad de Coimbra
(Portugal)
19. Mina Lorena Navarro,
profesora-investigadora BUAP (México)
20. Klaus Meschkat, Leibniz Universität Hannover (Alemania)
21. Nnimmo Bassey, Health of Mother Earth Foundation (Nigeria )
22. Catalina Toro Pérez.
Universidad Nacional de Colombia (Colombia)
23. Marco Arana Zegarra,
Congresista de la República, Frente Amplio (Perú)
24. Gustavo Márquez
Marín, Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución (Venezuela)
25. Massimo Modonesi,
Universidad Nacional Autónoma de México (México)
26. Eduardo Gudynas,
CLAES (Uruguay)
27. Sven Giegold,
economista, miembro del Parlamento Europeo (Alemania)
28. Virginia Vargas
Valente, Articulacion Feminista Marcosur (Perú)
29. Leonardo Bracamonte.
Universidad Central de Venezuela (Venezuela)
30. Pablo Stefanoni,
periodista (Argentina)
31. Nina Pacari, ex
Canciller del Ecuador (Ecuador)
32. Walden Bello, State University
of New York at Binghamton
(USA )
33. Phyllis Bennis, Institute for Policy Studies - New Internationalism
Project (USA )
34. Felipe Milanez,
Universidade Federal da Bahia – UFBA (Brasil)
35. Fernando
"Pino" Solanas, Senador Nacional (Argentina)
36. Jose Luis Coraggio,
economista (Argentina)
37. Andrea Pacheco,
Directora del Centro de Estudios de la Realidad Latinoamericana (Venezuela)
38. Cândido Grzybowski,
Presidente do Instituto Brasileiro de Análises Sociais e Econômicas (IBASE)
(Brasil)
39. Vilma Rocío Almendra
Quiguanás, Indígena Nasa-Misak, Pueblos en Camino (Colombia)
40. Emmanuel
Rozental-Klinger, Pueblos en Camino (Colombia)
41. Pablo Solón, Director
Ejecutivo Fundación Solón (Bolivia)
42. Ailynn Torres
Santana, investigadora feminista (Cuba)
43. Mario Alejandro Pérez
Rincón, Universidad del Valle (Colombia)
44. Vinod Koshti, IPTA, New Delhi (India )
45. Patricia Chávez León - Territorio Feminista/ Docente e
Investigadora UPEA (Bolivia)
46. Marxa Chávez León - Territorio Feminista (Bolivia)
47. Dunia Mokrani Chávez - Territorio Feminista (Bolivia)
48. Luis Tapia Mealla –
Docente e investigador CIDES – UMSA (Bolivia)
49. Fiona Dove, Executive Director of
Transnational Institute, Amsterdam
(Holanda)
50. Raúl Zibechi (Uruguay )
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