miércoles, 9 de enero de 2019

COCA COLA EN LUCHA, M.G. Hernández


Imágenes: Coca Cola en Lucha
Mariano G. Hernández

El pasado 29 de diciembre de 2018, “el colectivo coca-cola en lucha” que agrupa a la plantilla del centro de trabajo de Fuenlabrada (Madrid), llegó a un preacuerdo con la multinacional, conocida por sus actividades antiobreras en varias partes del mundo, así como por el poco interés medio ambiental en el uso y abuso del agua.
Tras casi cinco años de luchas, “el colectivo coca cola en lucha”, en un comunicado que han difundido por las redes sociales, manifiestan que el acuerdo es una victoria y un triunfo de toda la clase trabajadora y social y que debe servir de esperanza e ilusión para no someterse y luchar por las injusticias y las adversidades como las reformas laborales, así como de escarmiento para la empresas/multinacionales que no respetan los derechos de sus trabajadores”.

El conflicto se inició en enero de 2014, cuando coca-cola, presenta un ERE, por el cual pretendía despedir a unos 1250 trabajador@s de las centros de trabajo de Fuenlabrada (Madrid), Colloto (Asturias), Alicante y Palma de Mallorca, todo ello, en el marco de la reforma laboral decretada por el PP.
El principal foco de lucha se situó en Fuenlabrada, donde la unidad de trabajadoras y trabajadores fue fundamental para ir obteniendo victorias, como que la audiencia nacional declarase nulo el ERE con la consiguiente reincorporación a sus puestos de trabajo, pero esta situación no hizo que finalizasen las movilizaciones ya que la empresa, de forma unilateral, modificó la sentencia creando un centro – gueto- donde las condiciones laborales y psicológicas han hecho que estos tres años, fueran insoportables, por tanto, el cierre de “este centro de esclavitud”, es un gran avance.
La clave de esta victoria se centra en tres aspectos: el social (movilizaciones, instalación del campamento de la dignidad, solidaridad y apoyo a otras luchas obreras, etc.) el judicial (denuncias y reclamaciones ante el juzgado) y el uso de las redes sociales, con el fin de contrarrestar el poderío  publicitario y económico  de la empresa. 
Finalmente, desde esta columna, enviamos un saludo fraternal y revolucionario a las trabajadoras, por su lucha y tenacidad; su lucha ha servido para que se las conozca de forma cariñosa, como las espartanas. 












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