Burgos Dijital
Cuando
aún resuenan las mentiras a las que nos tiene acostumbrad@s Fátima Báñez y su Ministerio de la
Precariedad, espetadas a un combativo e inteligente Alberto Garzón en el Congreso sobre los salarios en España, el viento norteño sigue
abofeteándonos sin piedad.
Hay
momentos clave que se producen entre bambalinas y que sirven parar comenzar a
cambiar la naturaleza de las cosas. De eso sabemos mucho en nuestro país.
Unas
veces, los grandes cambios que nos afectan negativamente a una gran mayoría se
introducen en pequeños y herméticos párrafos que naufragan en un mar de letras
llamadas leyes. Otras veces se hacen de manera tan rápida y contundente que la
posible reacción se torna en resistencia. En otras, las más de las veces, se
legitiman a partir de minúsculas subversiones acordadas en insignificantes y
desconocidas “instituciones”.
Quizás
sea este el caso, que nunca aparecerá en los libros de historia institucional o
de derecho público, pero que sí abre la
puerta a la ya de por sí extendida y mal hallada precariedad laboral,
esa que convierte a millones de
trabajadores en personas reducidas a poco más que la esclavitud.
Los
liberales, no conformes con desahuciar a parte de las clases trabajadoras en el
sector privado, parecen haber encontrado la fórmula en la administración pública en Castilla y León,
que a buen seguro será una réplica de algo ya iniciado en otros lares del
estado, porque nuestros políticos populares ni para la maldad son originales.
Bien
es verdad que Cristóbal Montoro
ya había tenido la maravillosa idea de contratar en el servicio de Correos a multitud de personas a tiempo parcial y de forma discontinua en las fechas con mayor
carga de trabajo pero nuestra
administración autonómica quiere dar un paso más allá.
Así,
la Gerencia de Servicios Sociales de
Castilla y León, organismo autónomo que depende de la Consejería de Familia e Igualdad de
Oportunidades, ha presentado a los representantes de los trabajadores un
proyecto de modificación de la actual plantilla
para el personal laboral fijo.
Pues
bien, con este proyecto se pretenden crear, en la Residencia de la Tercera Edad de Fuentes Blancas de Burgos, 6
nuevas plazas de Auxiliar de Enfermería, con una jornada laboral de solamente
11,66 horas a la semana, lo que equivale a 2 horas y 20 minutos diarios.
Por
ello y a pesar de la disconformidad de la mayor parte de los sindicatos, el sindicato CGT ha querido hacerlo público ante
la pasividad y silencio del resto de representantes sindicales, que
saben que esto se elevará al Consejo de la Función Pública dónde se aprobará en
última instancia.
Al
parecer, “estos nuevos empleados públicos trabajarían de lunes a domingo en el turno de mañana
(levantar, duchas y desayunos de los residentes) y en turno de tarde (cenas, aseos y acostar a los mismo), momentos
en los que la carga de trabajo es muy alta y es necesario tener una empatía con
el residente. Todas estas tareas y otras se hacen con personas mayores y con múltiples problemas físicos, psíquicos…,
lo que hace que este colectivo tenga que actuar con una sensibilidad muy
especial”. Con este modelo, lo que parece introducirse es el sistema empresarial del “work in time”,
que no es más que el uso abusivo del factor trabajo en función única y
exclusivamente de la necesidad urgente de producción.
Los
representantes de CGT además explican de manera irónica que “estos empleados
públicos contarán con múltiples ventajas: cobrar menos de un tercio del salario, ya de por sí menguado por las
reducciones y congelaciones de los últimos años; gastarse un dineral en transporte, puesto que la
residencia está a unos 8 km de Burgos; y vivir prácticamente de este salario,
puesto que la compatibilidad para
completar un ingreso de supervivencia se hace imposible al estar sujeto
a diferentes turnos y fines de semana”.
Parece,
sin duda, que este va ser el principio
para establecer trabajos públicos basura en la Administración de
Castilla y León. Pero no sólo hay que pensar en los trabajadores en el sector
público, sino también en las personas que necesitan de estos servicios, ya que
se está hablando de un sector especialmente sensible: el del cuidado de las
personas cuya autonomía es reducida o inexistente, bien por el paso del tiempo
o por graves enfermedades y lesiones. Por eso, la central sindical también pone
énfasis preguntándole a la Gerencia, a modo de reflexión, “quién dejaría a sus mayores en un centro
dónde se pueden producir graves confusiones en los cuidados y con parte
del personal pensando más en “cómo
llegar a fin de mes” que en un trabajo tan sensible como necesario”.
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