Dario Fo, (1926-2016): TELÓN
(Coordinación
de afinidades anticapitalistas).
Fo, que en 1997 al recibir el Nóbel de Literatura fue saludado por la
Academia Sueca como un
dramaturgo “en la tradición de los juglares medievales,
que fustiga a los poderes establecidos y restaura la dignidad de los oprimidos”
nos deja huérfanos este año, con la herencia de sus espectáculos, libros, entrevistas
y la huella de su burlesco compromiso cultural inquebrantable. Todo un modelo
de “estética de la resistencia”.
El
rastro de este látigo bufo del despotismo, también se conoció pronto en España, donde la
publicación de obras suyas en revistas como Yorick (El dedo en el ojo) Pipirijaina (Muerte
accidental de un anarquista) y en Nueva Escena (¡Pum, Pum! ¿Quién es? ¡La policía!) contribuyeron, al concluir los
sesenta, a aliviarnos del árido desierto
franquista.
Darío fundó en 1968, junto a su compañera
Franca Rame, Nuova Scena proyecto teatral próximo al PCI y dos años más tarde
en 1970, el Collectivo Teatrale La Comune, una iniciativa de espíritu
libertario que buscó, de nuevo a su público en fábricas, parques públicos y
escuelas.
Con La Comune la pareja puso en pie más de 70
piezas, manteniendo en repertorio el excelente monólogo Misterio Buffo de 1969, animando grupos teatrales de trabajadores,
revitalizando piezas clásicas de Brecht (La
ópera de tres centavos con el Berliner Ensemble) y muchas creaciones a pié de noticia, como No se paga, ¡No se paga! o a pié de
Historia, como Isabel, tres carabelas y un charlatán, estrenada
en el XXV Festival de Avignon por
el Theatre Municipal Populaire Sarah Bernhardt.
En 1980 presentó con Rame en Barcelona Misterio Bufo y Todo por la casa, la cama y la iglesia. Años más tarde Tengamos el sexo en Paz -monólogo
interpretado por Charo López- siguió impactando como una bocanada de oxígeno y
recorrió varios teatros de la península.
Siguen de plena actualidad las lúcidas
palabras que remataron su entrevista en
el número 50 del Viejo Topo dirigido
entonces por Pep Subirós… ¡hace ya más
de treinta años!:
“El poder es
siempre pesado, basto e imbécil, cae mal, es arrogante y vanidoso, tropieza,
está convencido de que puede siempre hacer lo que le dé la gana y ahí está
nuestra gran suerte, hay que saber aprovechar cuando cae para echársele
inmediatamente encima”.
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