Miquel P.
...pero como
yo no soy independentista..., pero como yo no soy catalán...
Éstas y otras
excusas están en el fondo de la inactividad de buena parte de la izquierda
española a la hora de no mojarse en el tema catalán, cuando no asumen
directamente las ideas unionistas del PP-PsoE-Cs y defienden la unidad de
España, como está haciendo ya Podemos abiertamente.
Pero si soy
menos generoso diré que lo que hay detrás en realidad es, en muchos casos, un
mezquino cálculo electoral: “Si toco éste tema que no es muy popular pierdo
votos”, o “Hay gente en el partido que
se iría si hablamos de Catalunya”, que traducido significa entre otras cosas:
“Hemos despolitizado tanto las organizaciones que hay temas que hace 100 años
era natural defender desde la izquierda y hoy día solo provocan tensión y fuga
en nuestra filas”.
Y así nos va;
los/as jóvenes de Altsasu llevan mas de 500 días encarcelados por una pelea de
bar, y nos da igual: trincan o multan por docenas a titiriteros, tuiteros o
cargos públicos independentistas y miramos para otro lado; invaden Catalunya
miles de señores armados y apalean a mas de
900 personas a la vez que impiden a la gente votar y tampoco nos
inmutamos; llueven cientos de miles de euros en multas a los murcianos y como
el que oye llover; en Burgos los podemitas atacan a la “imaginativa” Antea
Izquierdo por llevar una camiseta de apoyo a Altsasu y en Nafarroa pero en
otros lugares los podemitas...llaman a movilizarse a favor de esos mismos
jóvenes...y así todo.
El capítulo
mas reciente lo han protagonizado, de nuevo, los catalanes. En esta ocasión
acusan de terrorismo a una joven, Tamara C., a la que en un operativo policial
escandaloso los agentes de la Guardia Civil (a la que acabamos de subir el
sueldo como dios y las necesidades represivas del estado mandan) se incautaron
durante su detención de peligrosos objetos destinados a “sembrar el terror”
(digo yo): una careta de papel con la imagen de Jordi Cuixart, carteles y
camisetas de apoyo a los políticos encarcelados, documentos relacionados con la
preparación de una actividad lúdica y objetos de color amarillo, como un
silbato. Sin palabras.
Tal memez de
acusación ha sido imposible de digerir por el juez de turno (y eso que la
judicatura española está en pie de guerra contra cualquier disidencia) que ha
liberado a la compañera, pero la campaña de demonización mediático-fascistoide
no se la quita nadie a millones de españolitos de bien a los que se está
inoculando el veneno anti-catalán y la idea de que los Comités de Defensa de la
República son mas o menos como los comandos suicidas de Al Qaeda.
¿Y la
izquierda fuera de Catalunya? Salvo honrosas y minoritarias excepciones...ni
está ni se la espera.
Primero
vinieron a por los CDR...
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