Han
llenado de policías y guardias civiles las calles de Catalunya, Murcia y
cualquier localidad, barrio o sector donde se cuestione su dominio de alguna
manera; han secuestrado urnas, quitado la autonomía a Catalunya y encarcelado u
obligado a exiliarse a muchos de los dirigentes del proceso, y en lugar de asustar
a ambos pueblos, ayer 300.000 catalanes y catalanas llenaron de nuevo las
calles y en Murcia lleva mas de 200 días en pie de guerra contra el Muro. Sin
nada que perder, sin miedo.
Si
eres miembro de una organización de extrema derecha e irrumpes en un acto
político a golpes y rompiendo cosas no entrarás jamás en la cárcel; si eres un
político que miente o roba tendrás cargos en el gobierno de turno, salvo que
tengas muy mala suerte; en tal caso quizás te pases 3 o 4 meses en una cárcel
de baja seguridad para salir luego libre y con la pasta que mangaste en una
cuenta suiza, y aquí paz y después gloria.
La
judicatura, las fuerzas del (des)orden y los medios de (in)comunicación de
masas preparan el ambiente, como durante la detención de la activista de los
CDR a la que se acusó de terrorismo y se la presentó como terrorista,
incautándose de una careta, un silbato y demás peligrosos útiles de terrorismo
sanguinario. Los políticos del IBEX llenarán páginas de declaraciones en
defensa de las leyes (de las que les interesan, no de las que nos garantizan
derechos) y contribuirán a apuntalar las desigualdades y las injusticias mas
extremas.
El
8M demostró la consolidación de un movimiento feminista que paró cientos de
ciudades y organizó a millones de mujeres; el cuestionamiento de los sistemas
capitalista y patriarcal nunca ha sido tan masivo como ahora. La lucha por unas
pensiones dignas ha sacado a la calle también a cientos de miles en todo el
estado, mostrando el hartazgo de la población con un PP prepotente y lleno de
ladrones que despilfarran los recursos mientras se enriquecen a nuestra costa.
Catalunya lleva meses en un proceso de movilización, autoorganización y
radicalización que ha supuesto un antes y un después en la relación con el
resto del estado español y que no ha cedido terreno ante la represión, y en la
mani en Iruña del sábado volvió a quedar claro que ni las cárceles. ni el
régimen FIES, ni las condenas de sus tribunales van a detener a un pueblo
cuando está decidido a defender lo que es justo.
Un
Estado que solo encuentra salida en la represión mas encarnizada deja patente
su debilidad mas aguda; si la izquierda mayoritaria se sumara de manera
decidida a la lucha que mantenemos en soporte de estas y otras luchas la
izquierda radical y el sindicalismo combativo, sin transacciones ni
contemporizaciones con el poder, podría suponer la ruptura mediante la lucha
con ese Régimen surgido de los rescoldos del franquismo. Como atestiguan las imágenes
gráficas y nuestras experiencias personales de los últimos meses, está habiendo
en nuestro país un apuntalamiento de la contestación social que no tiene marcha
atrás si somos capaces de aunar esfuerzos. Sirva pues esta humilde aportación a
un debate tan necesario.
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