domingo, 17 de febrero de 2019

A VUELTAS CON EL DESPOBLAMIENTO..., A. Puig


A VUELTAS CON EL DESPOBLAMIENTO, LA AGRICULTURA CAMPESINA Y LA OMC
 Acacio Puig

En nuestro número anterior publicamos la extensa entrevista a Jeromo Aguado, viejo amigo ganadero, radicado en Tierra de Campos y vinculado a Vía Campesina. (…) Creíamos que sus declaraciones a The Ecologist  http://afinidadesanticapitalistas.blogspot.com/2019/01/capitalismo-contra-campesinado-jeronimo.html iban a suscitar alguna polémica y comentarios de algún lector@ de nuestro Afinidades número 27 sin embargo… ¡ni modo!
Así que nosotros, que concebimos este blog como una herramienta de comunicación-de-ida-y-vuelta, entramos al trapo y nos ponemos a ello.

El despoblamiento de la España campesina se remonta muy atrás, a los procesos de emigración creciente que se iniciaron en el siglo XIX.  Las urbes en que se hacinó la nueva mano de obra que requería la tardía industrialización  propia del raquítico capitalismo hispano, crecieron al tiempo que se despoblaba  el medio rural.

Las emigraciones de la década de los 50-60 del pasado siglo solo constituían el epílogo (“la puntilla”) de un proceso de urbanización masiva y éxodo entonces en gran medida a Europa, que no  fue contestado por luchas campesinas organizadas y generalizadas. De aquellos polvos…estos lodos, aunque cierto es que no era fácil en España enfrentar el modelo corrupto-represivo de desarrollo impuesto por la dictadura de los vencedores de 1936-1939 que hacía casi imposible relanzar una Reforma Agraria abortada por  la pusilanimidad  política de la Segunda República, el golpe militar y la Guerra.

 Frente a la actual despoblación del mundo rural, Jeromo aboga en su entrevista por una vindicación compleja que aborde simultáneamente cuatro ejes:

-La restauración de servicios públicos (transporte, sanidad…)
-El aligerar los actuales procesos burocráticos que torpedean el impulso de iniciativas agroecológicas locales.
-La creación de bancos locales de tierras que incorporen las tierras del común y las que van siendo abandonadas por bancarrota o jubilación y se pongan a disposición de nuevos pobladores.
-La transformación de la Política Agraria Común (PAC)  que actualmente constituye el ariete del agronegocio y cuyas ayudas son acaparadas fundamentalmente por los ricos (el 80% del presupuesto va a manos del 20% de propietarios).

Como soporte social,  Jeromo propone la recuperación de la unidad productiva campesina familiar en contexto de regreso a la tierra (lo que en foros y  jornadas que conocimos en Amayuelas se caracterizaban como “recampenizar”) junto a una defensa de la “buena vida”  basada en la opción militante por el trabajo agrícola  y la austeridad. 
Además,  su propuesta sale al paso –con realismo- de la quimérica propaganda sobre instalación de profesionales en el medio rural por medio del trabajo deslocalizado y el recurso a las nuevas tecnologías informáticas (ese cuento de hadas que viene siendo útil solo en “ruedas de prensa” de los gestores del sistema).
El contexto vindicativo internacional que bien enfatiza nuestro querido compañero, subraya la necesaria exclusión de la Organización Mundial de Comercio de la agricultura (¡OMC fuera de la agricultura!).

Desde la solidaridad incondicional con todos los islotes de resistencia que aún existen en nuestro país contra el agronegocio y a favor de la agricultura campesina  (ecoaldeas, iniciativas similares a la de Jeromo protagonizadas por pequeños agricultores y ganaderos ecológicos, cooperativas de producción y de consumo…) y también con las explotaciones medias extensivas que representan distintas asociaciones sindicales agrarias progresistas,  nos parece importante participar en el debate que propone y  apuntar algunas cuestiones vividas durante los últimos 14 años en  calidad de lo que los grupos de desarrollo local llaman sector de “nuevos pobladores” y de ese modo, apuntar cuestiones que acompañen y maticen –si acaso- las reflexiones avanzadas en su entrevista.

En primer lugar nos parece imprescindible diferenciar lo que está ocurriendo en los países del llamado tercer mundo y lo ocurrido ya en el que habitamos. Porque en los primeros, las condiciones sociales se encarnan en masa poblacional resistente a la depredación capitalista del medio agrario.
Millones de mujeres y hombres siguen sobreviviendo y resistiendo gracias a la agricultura tradicional y combatiendo la deforestación masiva (desde el Brasil del MST,  la defensa de la selva Amazónica, hasta los muchos pueblos indígenas…las comunidades zapatistas y tantas otras desde  América Latina, al subcontinente indio…) esos millones constituyen el soporte humano fundamental de organizaciones internacionales como Vía Campesina.

 Aquí tenemos quizá heroicos islotes de resistencia, con frecuencia transitorios aunque pervivan durante decenas de años de vida activa (otros son solo, desafortunadamente, experiencias coyunturales de “saneamiento personal” que preceden la vuelta a la urbe). Junto a ellos, explotaciones medias convencionales de agricultores y ganaderos que desarrollan prácticas extensivas. Profesionales del cultivo de la tierra y la ganadería con diversos niveles de afinidad (indiferencia o rechazo) respecto a la estrategia de Soberanía Alimentaria defendida por  Vía Campesina. Sus posiciones sobre la PAC y la OMC determinan el mapa político agrario y las posibilidades reivindicativas.
Cierto que queda también en el haber de nuestros logros campañas como la que  paralizó –al menos temporalmente- la macrogranja soriana de Noviercas, quizá solo logramos una ralentización de semejante proyecto depredador, pero en cierto modo constituye un ejemplo de contraofensiva sociopolítica bastante unitaria, con resonancia mediático-alternativa y que merece subrayarse como aviso de saludable estado de alerta.

Pero en general, creemos que las convocatorias centrales internacionales de Vía Campesina en países como España, adolecen de falta de continuidad y desconexión práctica con el conjunto de asociaciones agrarias progresistas y  también con el sindicalismo obrero solo atento (y a medias) a las batallas de empresa. En definitiva, entiendo que el nuevo internacionalismo campesino requiere constatar  las diferencias continentales y afinar más sus programas de acción y propuestas de movilización. Caso contrario la brecha entre “los orientes y los occidentes” se profundizará y será el agronegocio quien siga ganando espacios. 

Y dos apuntes más:
La libre opción por una “buena vida” austera, tenemos que circunscribirla en un país en que hemos pasado de aquellos ocho millones de pobres reseñados hace un par de décadas a los 10,1 millones (3,2 en situación de pobreza severa) de hace dos años según el informe 2018 EAPN. Entre austeridad por libre opción y obligada pobreza, hay un abismo.

Junto a ello,  considerar en este siglo XXI la estructura familiar como unidad productiva campesina (a recuperar) nos parece que choca con el acceso a la enseñanza precisamente de  l@s hij@s de familias de agricultores y ganaderos -que hace décadas han dejado de estar forzados por la necesidad de abrazar la actividad de sus progenitores.
Y eso constituye un nuevo horizonte vital incuestionable que excluye cualquier añoranza en cierto modo, anacrónica. 

Porque con esas específicas situaciones y  carencias, el resultado en nuestro occidente tiende a acabar reducido  a acciones de carácter simbólico y propagandista,  no  siempre eficaces y limitadas por  no estar insertas en una agenda de lucha permanente ni en alianzas amplias.

Respecto a la recuperación de servicios públicos que el desarrollo capitalista elimina aceleradamente ¿como no estar de acuerdo? Sin embargo hay que saber que recuperarlos será tan duro como  infligir una derrota de envergadura al sistema capitalista

Las privatizaciones del transporte forman parte de una estrategia neoliberal denunciada en Francia también por el movimiento de “chalecos amarillos” y los grupos políticos que apoyan su lucha. La destrucción de líneas férreas y su sustitución por  precarios servicios de autobuses sometidos a la ley de la rentabilidad, viene siendo una constante en nuestro país.
Como muestra, la permanencia de Plataformas en defensa del ferrocarril por ejemplo en Castilla y León, los agujeros económicos de las línea AVE que se revelan como inversiones fraudulentas de escasa cobertura territorial (¡Madrid-Segovia!... Solo al servicio del turismo y l@s  trabajador@s que diariamente se desplazan a Madrid, mientras los recorridos interpueblos se abandonan al coche… ¡ó la bicicleta!).
Si la movilidad interprovincial está privatizada y sometida a políticas de acoso y derribo ¿Qué decir de los recorridos interpueblos? Simplemente ya no existen..

La crisis del sistema sanitario completa este asunto. A partir de cierta edad la gente emigra a los grandes centros urbanos, buscando la asistencia médica especializada. Vuelven a las ciudades, los mayores que pueden permitírselo. El sistema público de salud tiene un déficit de 4000 médicos (EL PAÍS 25-01-2018); la última convocatoria de oposiciones médicas en CyL fue aprobada por 700 personas pero dicen que solo “pueden asumirse” 200 plazas. Médicos y enfermer@s encuentran su lugar en el exilio laboral en Europa o el paso a la medicina privada. La OMC, apoyada por toda suerte de poderes (FMI, Gobiernos de la UE…) diseña estrategias a medio y largo plazo y avanza.
Así lo confirman datos de Ana Falces en su artículo La sanidad privada sale ganando en el que apoyándose en fuentes como el Ministerio de Sanidad, ICEA y Fundación Idis, registra un desplazamiento de más de un millón de clientes en los últimos cinco años,  pacientes desplazados a la medicina privada como consecuencia de la degradación derivada de la política de recortes en la sanidad pública.

La coordinación activa entre habitantes del medio rural, profesionales de la sanidad y  pacientes -por medio de sus organizaciones…a vitalizar y/o construir- es la única vía, junto a la presión ya en marcha, que puede permitir pasar de las denuncias a las conquistas. Y así está ocurriendo mediante diversas movilizaciones que salvan servicios de urgencia médica en el medio rural o reivindican nuevos hospitales y más especialistas.

¿Qué decir de las escuelas e institutos cuando el “clientelismo localista” genera batallas competitivas por vestir santos desvistiendo a otros? Además de la falta de criaturas en edad escolar propia del despoblamiento, la feroz pelea por instalar centros allí donde la clase política cuenta con mayor base electoral, contribuye a alimentar inversiones especulativas mediante la construcción de nuevos centros, pero destruyendo cualquier atisbo de planificaciones comarcales que repartan racionalmente el alumnado entre los centros existentes. Y Todo en beneficio de propagandísticos logros espurios (“¡no podíamos estar sin nuestro instituto, somos un pueblo grande y…!”)

Podemos hablar también de los mercados locales, las cooperativas de consumo y los “ultramarinos” rurales pero me temo que también en eso cambió el ciclo.
Los ultramarinos de pueblo se nutren hace mucho tiempo de las grandes superficies de modo que su trabajo es de reventa, los mercados locales han derivado en meros mercadillos que están lejos de los apoyos institucionales con que cuentan los homólogos existentes en Europa, mercados que al menos semanalmente ofrecen excelentes productos regionales. En cuanto a las cooperativas de consumo, creo que estando nutridas por gente solidaria pero no tan abundante como nos gustaría, funcionan… porque son muy pocas.
Si hubiera más por comarca (modificándose la ratio actual entre productores/consumidores afines) asistiríamos al disparo de su competencia por conquistar la reducida clientela -insisto en que solidaria, pero que adquiere sus alimentos esencialmente “en lo que hay”, es decir en las “grandes superficies”.
Quedaron atrás los encomiables economatos-populares de tradición libertaria muy comunes en la Barcelona de fines de siglo XIX e inicios del XX,  economatos que  insertos en  algunos Ateneos, vendían a precio de coste y paliaban la miseria salarial y la consiguiente hambruna de miles de familias.
Por el contrario, a día de hoy, el buen producto alimentario (eco, bio…) pretendidamente a precio “de coste” resulta elitista, porque es caro… (con frecuencia inasequible Incluso cuando se opta por comer menos para comer mejor).

De la resistible ofensiva de la PAC mejor hablar en otra ocasión porque es tema de suficiente envergadura y efectivamente como Jeromo subraya, encubre una estrategia canalla que desvela “un modelo” en el que el 80% de recursos se lo apropia un 20%… además de los colaterales pequeños negocios (o grandes) que suponen “las desvinculaciones” y algún que otro chanchullo relacionado con el sembrar para no segar.

Denunciar las políticas dictatoriales de la OMC es ya algo que viene de muy atrás y Vía Campesina lo retoma anualmente cada mes de abril en la Jornada Internacional de Lucha Campesina. Recordemos  que más allá de los avatares del campo en España, el 50% de la población mundial sigue siendo población campesina, de modo que ese primero de mayo rural, está lleno de sentido, como lo está la lucha contra cultivos transgénicos.
Cuando Jeromo reitera ¡fuera la OMC de la agricultura! (y lo hace permanentemente, año tras año) defiende la agricultura y la alimentación como un derecho, porque ninguna de las dos debe considerarse una mercancía.
La apertura de fronteras, el modelo de “liberalización” que exige la OMC al conjunto de países del tercer y cuarto mundo, les  impone un proyecto neocolonial que mediante el dumping  busca la globalización de los beneficios y arrasando la solidaridad entre las gentes, genera hambrunas o no palia las estructurales al mercado desigual. Es el modelo del agronegocio y no del campesinado mundial. Es además un modelo alimentario productor de enfermedad (la proliferación de cánceres no es un castigo del cielo).
La OMC favorece la inundación de mercados de países “en desarrollo” por las exportaciones -muy subvencionadas- procedentes de países ricos, o las “colonias productivas” que  la agroindustria instala en esos mismos países en desarrollo, acaparando tierras con la colaboración de  oligarquías corruptas.

En otros asuntos y desde hace décadas, esa política depredadora se complementa con los dictados sobre Patentes, que limitan las producciones nacionales de productos farmacéuticos genéricos y constituyen la herramienta jurídica de dominio que niega el derecho a la salud como derecho social. En tanto que la política sobre Servicios, presiona internacionalmente para la liberalización de todos los “nichos de negocio” (salud, educación…) allí donde sectores de nuevas cases medias con cierto poder adquisitivo, emergen, como señalábamos más arriba.

Y antes de concluir, dos apuntes más, compañero Jeromo –porque contamos con  tu fraternal  réplica a este artículo:

 El mundo rural de hoy y que además nos resulta geográficamente nuestro a quienes habitamos Castilla y León, encara la Transición ecológica. Los cierres progresivos de la minería del carbón en regiones como León y Palencia afectan a nuestras poblaciones y aunque “se negocia” con el gobierno también es cierto que los viejos planes del gobierno regional (la Junta) definieron presupuestos que no se han ejecutado –porque no llegan a los ayuntamientos afectados. Portavoces de la izquierda abogan por el desarrollo de la industria transformadora agro alimentaria y la silvicultura como alternativas ¿como encajan esas propuestas en las posiciones defensoras de una agricultura campesina?
El segundo apunte se refiere a la central nuclear de Garoña. Garoña, una vez cerrada chapotea en la ambigüedad peligrosa porque se ha transformado en un cementerio de residuos sin que haya vistas de solución. Al tiempo que constatamos que el monocultivo nuclear no creó tejido productivo alternativo. Fue eso lo que motivó el carácter “pro-nuclear” de los trabajadores de la central y el asunto que hoy, les mantiene tan expectantes como agobiados.
Reflexionar y proponer sobre todo ello, es también responsabilidad de quienes habitamos (y militamos) en una de las regiones más despobladas de Europa.

¿Cómo avanzar? ¿Con qué alianzas? ¿Con qué trabajo social e institucional? Desde luego que el conjunto de esas tareas constituye un fuerte eje de acción anticapitalista pero en el que casi todo queda por hacer.

5 comentarios:

  1. Buenos días Acacio,
    te agradezco tú esfuerzo reflexivo a partir de mi entrevista, en él has mejorado en calidad y cantidad el análisis. Estoy totalmente de acuerdo con tus aportaciones, y tengo muy poco, por no decir nada, que aportar.
    La situación para los que defendemos la vía campesina como una alternativa al capitalismo se hace cada vez más dura, y a veces en estos pueblos en los que vivimos y a los que intentamos defender se hace insoportable.
    ¿Qué sentido tienen nuestras prácticas locales y campesinas en un mundo donde los Estados y el gran capital lo controlan casi todo?
    La esperanza, ser referencias de otras formas entender las relaciones económicas, sociales y con los otros seres vivos que tenemos que cohabitar.....Y la coherencia entre lo que predicamos y practicamos, sobre todo para mantenernos vivos, que no es poco!!!
    En estos momentos tengo mucho trabajo en la granja, y poco tiempo para escribir, pero seguiremos compartiendo Acacio.
    Un fuerte abrazo
    JEROMO

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  2. Carmela a Capitalismo contra campesinado:

    "No tiene desperdicio.
    Más que interesante. Esta es la mejor alternativa al capitalismo, ese monstruo devorador del Planeta y de sus hijos".

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  3. Fernando Fernández Such:

    texto completo en https://blogs.publico.es/mundo-rural/2019/02/20/quien-defiende-al-medio-rural/

    En apenas diez días me han llegado por diversas vías dos vídeos cortos realmente incendiarios y desde mi punto de vista manipulador. Los vídeos se distribuyen por WhatsApp y corren por los hilos y grupos del medio rural de manera rapidísima. Defenderé que tienen su origen en el mismo espacio social, e incluso en un mismo espacio político. El segundo convoca a una Manifestación el 3 de marzo en defensa del mundo rural, pero si con el vídeo pretendían sumar a todos los sectores, ser incluyentes y trasversales, no creo que vayan muy bien encaminados.
    “La Alianza del Medio Rural”, convocante de la manifestación ha pasado por diversos momentos desde su constitución. El problema está en su origen vinculado casi exclusivamente al mundo de la caza, la pesca, los toros, y solo una de las organizaciones agrarias de este país, y precisamente la más conservadora. No todas las entidades se han posicionado de la misma manera, y hay muchas defendían de manera lícita y honesta construir un espacio amplio de incidencia e interlocución. Pero parece que, en este tiempo, cinco o seis organizaciones, han tratado por todos los medios de llevar a la Alianza del Medio Rural hacia posiciones claramente alineadas con la derecha de este país, y estaban dispuestas a cabalgar a los lomos de Abascal. El lunes de esta semana, se producía finalmente la división y se creaba “La Alianza Rural” con solo 6 organizaciones (ASAJA, RFEC, Unión de Criadores de Toros de Lidia, Federación Española de Pesca y Casting, AMFAR, y Circos Reunidos) Probablemente las intenciones de estas organizaciones sigan siendo las mismas que antes, pero ahora se abre una oportunidad para que el resto que pretende seguir adelante con la manifestación convocada, puede aprovechar para tratar de construir una imagen más plural de lo que realmente es la España rural.
    En todo caso, los mensajes lanzan la idea de un mundo rural “esencialista”, reducido a unas pocas actividades consideradas “tradicionales”, y que, siendo importantes en la realidad social y económica, están lejos de definir en exclusiva una cultura rural que cuenta con un enorme y diverso patrimonio vinculado a los diferentes pueblos que forman nuestro país. Entiendo que la convocatoria se apoya en los sentimientos de abandono, frustración e incluso de ataque que vive la población del medio rural, y puedo compartirlo, pero, me cuesta aceptar sin más el planteamiento de fondo, y la forma en la que construyen el relato.
    Asistimos a la profundización del debate identitario que tan peligroso es para la democracia, la convivencia y el desarrollo de los pueblos. Llevo 25 años comprometido y trabajando por un mundo rural vivo y por la soberanía alimentaria, y me causa enorme tristeza que la capacidad movilizadora del mundo rural se esté viendo abocada y reducida a esta dinámica. En este momento, me faltan muchos rostros y sensibilidades en esta manifestación para que realmente sea representativa del mundo rural.
    El lema “Por un Mundo Rural Vivo” surgió hace más de 20 años en un proceso de confluencia y articulación de numerosas plataformas, organizaciones y redes que en todo caso, teníamos en la cabeza la idea de un medio rural con fuerzas sociales y políticas diversas, y siempre desde una idea de futuro; progresista, social, solidaria y sostenible, y que en nada se parece a “La España Viva” que hoy pretenden imponernos detrás de estos planteamientos reaccionarios que se sustentan por fuerzas ultras.

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  4. 1/2

    23 F con Fraguas en Madrid: combativa y fraternal manifestación
    Acacio Puig
    Quizá más de 2000 personas solidarias, animadas por tamborada y el coro de la Solfónika, recuperaron en Madrid la atmósfera del movimiento 15 M, desde la concentración y rueda de prensa en la plaza de Tirso de Molina hasta el centro okupado La Ingobernable.
    Se expresaba así la solidaridad con las gentes que han devuelto la vida al abandonado pueblo de Fraguas en el norte de la provincia de Guadalajara, gentes hoy castigadas con multas monstruosas y a quienes “la autoridad competente” exige la demolición del modelo de repoblación autogestionada que durante estos años han acertado a poner en pie.
    “La localidad y su término, con una extensión de 1134 hectáreas, fueron expropiados por el gobierno franquista en 1968 para declararlo monte de utilidad pública, forzando así su despoblación. Posteriormente fue transferido a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y en 2011 pasó a formar parte del Parque natural de la Sierra Norte de Guadalajara.
    En 2013 se estableció en el antiguo pueblo un grupo de pobladores, lo que desató un litigio judicial con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha tras ser denunciados por delitos de usurpación del monte, contra la ordenación del territorio y por daños al medio ambiente.
    La sentencia en primera instancia del Juzgado de lo Penal N.º 1 de Guadalajara condenó, en junio de 2018, a los seis pobladores a un año y seis meses de cárcel, a una sanción de 16 380 euros por los delitos de usurpación de monte público y contra la ordenación del territorio y a costear la demolición de las viviendas.4 En agosto del mismo año los pobladores interpusieron un recurso que fue desestimado por la Audiencia Provincial de Guadalajara en enero de 2019”.
    Las Castillas constituyen a día de hoy regiones que baten records de despoblamiento en la Unión Europea y por eso, hace unos días se hacían públicas las ayudas especiales de la UE a Castilla y León, como zona significativamente despoblada, con población casi residual y muy envejecida. Evidentemente, dudamos de la gestión de esos fondos en una comunidad caracterizada por el desempleo crónico, la emigración juvenil y las carencias sociales de todo tipo.
    Una comunidad en la que el gobierno azul (31 años consecutivos de hegemonía PP) se caracteriza por aprobar partidas presupuestarias que no se ejecutan –como acertadamente denuncian las oposiciones sociales e institucionales- servir de tapadera de dinero negro mediante inversiones fantasmales en colonias residenciales de hipotéticas segundas residencias y con gravísimos déficits de servicios públicos esenciales como sanidad y transporte.

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  5. 2/2
    (sigue de 1/2)
    Sin embargo, el despropósito institucional se completa con el castigo programado a quienes repueblan, como ocurre con las gentes de Fraguas en la comunidad de Castilla la Mancha, un pueblo en proceso de resucitar con el prolongado esfuerzo de sus nuevos pobladores. Es ese esfuerzo, desde la autonomía, lo que el Poder no tolera.
    La manifestación madrileña ha sido combativa, lúdica y una expresión de reencuentros y fraternidad. Su defensa de la resistencia, la autogestión y el anticapitalismo han sido la tónica de las reivindicaciones.
    Las tamboradas, performances y coros de la Solfónika (Canción del Pueblo, Himno de las Mujeres, Rebelión, Charada de Fraguas…) la expresión de una cultura popular de resistencia encomiable.
    Los reencuentros constantes, los abrazos…algo que ha caracterizado una manifestación habitada mayoritariamente por mujeres y hombres que han optado por el exilio de las urbes y repoblar zonas vacías del país pero manteniéndose conectados mediante redes sociales y comunicaciones diversas: toda una expresión de formas de Apoyo Mutuo.
    Si hay algo que lamentar sería la limitada presencia de la izquierda madrileña, -tan numerosa en la ciudad como para ser necesario consignar su ausencia. También, por supuesto, la ausencia de los sectores más progresistas del sindicalismo agrario y del sindicalismo obrero. Todos ellos (con honrosas excepciones como CNT) obligados política y moralmente a “estar con Fraguas” pero que brillaron por su ausencia.
    Y a pesar de todo…”¡Fraguas revive!, Fraguas vive! y de acuerdo con una de las consignas más coreadas: ¡¡¡ Si no hay patatal…Habrá berenjenal !!!!

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