Mariano
G. Hernández
La
“comunidad internacional” sigue sin reaccionar con los abusos que se vienen
realizando en Honduras, ya que al menos, desde el 28 de junio de 2009 cuando
más de 200 militares asaltan la residencia y secuestran al legitimo presidente
Manuel Zelaya, lo que supuso un golpe de estado, para dar paso a un estado
policial y represor con el fin de mantener y ampliar los privilegios de la
oligarquía Hondureña.
También
existe una fuerte represión contra líderes sindicales y sociales, comunidades indigenas, que se constata en
amenazas, desapariciones y asesinatos como el ocurrido hace paco más de un año
( 3 de marzo de 2.016) en la persona de Berta Caceres por su defensa de los
derechos indígenas y de la tierra.
Y
en el apartado electoral, la cosa no ha cambiado nada, pues en los tres últimos
procesos de elecciones generales después
del golpe de estado (2.009, 2.013, 2.017), el fraude a sido la seña de
identidad y que va desde la vieja costumbre de compra de votos, los censos
“inflados”, las escandalosas manipulaciones a la hora de realizar el conteo de
votos, hasta la inhabilitación de mesas electorales y ahora con una nueva
formula de fraude “la caída del sistema informático”, de tal forma que te vas a
la cama con el candidato de la Alianza Opositora encabezando los resultados y
te levantas que todo ha cambiado y va ganando el Partido Nacional, el de la oligarquía,
los militares y de los Yankis.
La
militarización de las calles y la represión no ha impedido que la población
hondureña salga de sus casas a manifestarse contra el fraude electoral de lo
cual dejo una pequeña muestra en estas imágenes
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