sábado, 18 de noviembre de 2017

UN TIPEJO LLAMADO ALFONSO GUERRA


Acacio Puig

Durante la eclosión de la cuestión catalana Fonso ha vuelto a salir de la caverna como antaño, venenosamente  deslenguado y descerebrado… ¡Por este viejuno terrorista verbal no pasan los años!
Ha sido el primero en tildar la desobediencia civil y el ejercicio de imponer el derecho a decidir en Catalunya como “Golpismo”  y ha destacado después por su apelación histérica a la aplicación del artículo 155.
Una aplicación a martillazos –pues no es radical ni nada el tal Fonso- quizá el único recuerdo remoto que conserva del  histórico yunque socialista de los viejos tiempos.

La generación que combatimos la dictadura en su crepúsculo y su parto –la ley de Amnistía, la Constitución del 78, los Pactos de la Moncloa- aún le recordamos en debate televisivo tras la primeras elecciones generales. Se enfrentaba a Federico Melchor el entonces director de Mundo Obrero que defendía algo tan evidente como que el resultado electoral del PCE estaba muy por debajo de su influencia social en las luchas de  resistencia.
Guerra, fuera de sus casillas y chillón, tildaba aquella reflexión de populista y vieja zarandaja comunista-totalitaria… ya que “las urnas habían hablado”.  Otro gran momento televisivo de ese “socialista de toda la vida” fue su despotrique contra Gerardo Iglesias con aquella descalificación miserable  “¡el señor Iglesias, un hombre que va cargao a los mítines!” (Y eso que por aquellos años PSOE y PCE eran  “compañeros constitucionalistas”).


En fin, por sus familiares les conoceréis (aquel hermanísimo suyo, que estafaba a los andaluces desde su despacho en sede de partido socialista, instituido como el virrey de un hermano siempre impune por aquel encubrimiento).  Pero Fonso también pasará a la historieta de la ¡Paña-Paña! de charanga  por su más que curiosa trayectoria antifranquista, un curriculum cuyos méritos mayores fueron la regencia de una “librería progre” y su delectación escuchando a Mahler (¿quizá Das Lied von der Erde, Fonso?…) todo un trampolín para hacer de  súper poli malo con González.
Poco más sabíamos de su antifranquismo hasta verle dar la talla gateando bajo los bancos del congreso cuando aparecieron Tejero  y sus tricornios armados al grito de ¡se sienten coño!
Aquello si apuntaba como golpe y Alfonso Guerra -ese descamisao que  proponía una España que no iba a reconocer ni la madre que la parió- no tuvo un comportamiento muy digno precisamente…Pero el problema del  terrorismo verbal de Guerra -propio de “jaimito de colegio”- es que apela (ayer con los GAL y hoy con su catalanofobia) al Terrorismo de Estado.
Y eso es cosa muy seria.



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