domingo, 2 de junio de 2019

EL VOTO ÚTIL EN MADRID, Manuel Garí

Elecciones municipales
El voto útil en Madrid
20/05/2019 | Manuel Garí

https://vientosur.info/spip.php?article14826



La respuesta más lógica se me antoja clara. Hay que adoptar la estrategia universalmente más conveniente: votar por la opción más útil para conseguir mis objetivos en esta contienda polarizada y empatada. ¿Cómo orientarnos para establecer los objetivos que determinan qué es un voto útil? El primer paso es conocer el terreno e identificar los problemas para luego diseñar las soluciones.

La ciudad de las desigualdades
Madrid es una ciudad con una desigualdad social creciente que alberga una sociedad de desiguales plasmada territorialmente según se asientan por barrios las clases sociales. Una ciudad que según los estudios tiene entre un 26,6 y un 30,1% de su vecindad en riesgo de exclusión y pobreza. Y esa desigualdad golpea especialmente con mayor ahínco en las mujeres. Ser mujer en Madrid, entre otros, tiene ese riesgo: ser más pobre que la media de su vecindad y necesitar más y mejores servicios sociales.
Pese a ello, la administración local reincide de forma pertinaz en una asignación injusta de recursos: barrios de primera con una asignación de 70 euros per cápita, allí dónde las rentas privadas por ser más altas ya permiten acceso a bienes y servicios, y barrios de tercera con 46 euros per capita, allí dónde más dinero haría falta. Ello se plasma hasta en la limpieza viaria, el mantenimiento de parques y la recogida de las basuras: hay barrios limpios y barrios-papelera cuando no directamente estercolero. Pero también se materializa en la desastrosa actuación de las empresas en las que se privatizaron escuelas infantiles –por cierto, aún tan insuficientes en número-, la atención a domicilio, a las mujeres víctimas de violencia o a las gentes sin hogar, pese al magnífico esfuerzo que hacen las y los profesionales. A perro flaco todo son pulgas.
Por tanto, un objetivo imprescindible para el próximo equipo de gobierno debería ser distribuir el gasto con el criterio inverso al actual y adoptar medidas de urgencia como la puesta en pie de una renta social municipal de al menos 700 euros mensuales. Teniendo en cuenta que las cuentas municipales gozan de buena salud, no hay excusa. Y, a la vez, existe la perentoria necesidad de acabar, a no más tardar en 2021, con el negocio de los espurios y ruinosos contratos con las constructoras que mangonean diversos servicios públicos de limpieza, etc., lo que supondría un ahorro de 54 millones de euros anuales solo en ese rubro, que actualmente se van en beneficio industrial e IVA. En el caso de municipalizar las plantillas deberán aumentar en al menos 2.000 personas para poder cubrir las necesidades de la ciudad. Asimismo, el municipio deberá hacerse cargo del resto de los servicios privatizados en épocas como las de la alcaldesa Botella. Así mismo, se deberá dignificar los salarios del personal de servicios externalizados planteando la condición de un salario mínimo de 1.200 euros/mes 1/.
Madrid es una ciudad en la que los desahucios del inquilinato han aumentado el 8,2% y un 66% los lanzamientos hipotecarios, tras que el PP dilapidase el parque de viviendas municipal vendiendo a precio de saldo los pisos a fondos buitres. Cuando los precios de alquiler de las viviendas han experimentado una subida del 42% en 5 años, el ayuntamiento debe plantearse como prioridad no la reforma de las bellas plazas madrileñas sino la creación de un parque de 50.000 viviendas en dos legislaturas, lo que requerirá una inversión no menor de 500 millones de euros.
Es también una ciudad con un altísimo y contaminante derroche energético tanto por el modelo de movilidad viaria como por la obsolescencia de un parque inmobiliario residencial y terciario escasamente eficiente para combatir el calor y el frío mesetarios. Una ciudad en la que persisten importantes problemas en el acceso a la energía por parte de sectores de la población sumidos en la pobreza. Pero también es una ciudad que puede sufrir un colapso ecológico. No sólo por las tóxicas emisiones de gases sino también por la inarmónica desorganización territorial que desestructura su tejido urbano sometido a una metástasis en los lindes y una gentrificación despobladora en su centro. En ambos casos debido a un modelo productivo que, tras arrasar con su industria y el pequeño comercio, está convirtiendo la ciudad en una ciudad de servicios financieros y turísticos en el marco de la división del trabajo impuesto desde la Eurotower del BCE en Frankfurt y desde la Comisión Europea gobernada por Alemania.
Identificación de los problemas, identificación de culpables, adversarios y enemigos
Las elecciones suponen una confrontación de intereses, puntos de vista y proyectos de sociedad. Son una expresión del conflicto existente en la sociedad capitalista tal cual es. En la batalla electoral, por suerte incruenta, rigen criterios de confrontación estratégica y táctica similares a los señalados por Sun Tzu para las cruentas en El arte de la guerra. Los contendientes pueden percibir la victoria, pero no fabricarla de forma artificial, aunque sí crearla “incluso si los enemigos son numerosos” pero a tal efecto es necesario hacer “una valoración sobre ellos para averiguar sus planes, y determinar qué estrategia puede tener éxito y cuál no”.
Evidentemente hay que hacer frente a las derechas sin olvidar que tras sus dogmas y modos defienden un modelo social que produce y reproduce los problemas señalados. Y hay que hacer frente a las mismas teniendo en cuenta que lo que les permite una base material -en la que anida también su corrupción y poder ideológico y mediático- es precisamente la persistencia de ese modelo socioeconómico capitalista. Un programa alternativo debe recoger soluciones que atiendan las necesidades y emergencias del momento y apunten soluciones duraderas en el medio plazo. De ahí que el pensamiento débil y la insoportable levedad de las propuestas posmodernas almibaradas son la aceptación de la derrota de antemano.
Utilizar el espantajo del miedo a la derecha, de infausto recuerdo desde los tiempos de Alfonso Guerra y que posibilitó que los gobiernos de González impulsaran las políticas de derechas en lo económico, social y militar, significa una actitud defensiva que opta por el mal menor y que con el tiempo no logra detener el mal mayor, bien al contrario, le prepara el camino. Es larga la lista de la inutilidad del voto útil en todos los ámbitos políticos condicionado por la mera previsión apriorística numérica de los resultados futuros cuando tantas veces hemos visto que se ha utilizado el argumento como mano invisible política para performar la realidad, para que la profecía se cumpla y se potencie círculos viciosos como el del bipartidismo del pasado y la aceptación resignada actual del no hay futuro fuera del maldito marco presente. Cada día estoy más de acuerdo con las palabras del controvertido Harold Pinter en su discurso Arte, verdad y política al recibir el Nobel de Literatura de 2005 cuando afirmó sin trabas en la lengua que “La mayoría de los políticos, según las evidencias de que disponemos, no están interesados en la verdad sino en el poder y en conservar ese poder. Para conservar ese poder, es necesario mantener al pueblo en la ignorancia, que las gentes vivan sin conocer la verdad sobre sus propias vidas”.
En estos momentos el voto útil basado en especulaciones y males menores es la renuncia anticipada al, llamémosle, aunque cada día signifique menos, cambio. Además, cuando se hacen bien los números, y en el caso de las próximas elecciones para el ayuntamiento de Madrid, han sido perfectamente calculados por Toño Hernández, resulta que el mismo concepto de voto útil estrictamente aritmético, arroja resultados mejores para la izquierda si Madrid en Pie se fortalece y sus votantes no se pliegan y renuncian a sus ideas y su voto ante el supuesto éxito de opciones como Más Madrid y PSOE 2/.
Por tanto, el voto útil de izquierdas es aquel que permita a la mayoría social y a la izquierda fortalecerse tanto ideológicamente, con discursos propios que no pueden ser sustituidos por el almíbar y las magdalenas, como materialmente, mediante la puesta en pie de medidas y políticas que modifiquen la correlación de fuerzas entre los de arriba y las gentes de abajo. El voto útil es el voto inteligente para consolidar las propias fuerzas y debilitar las ajenas.

Mensaje a los aspirantes gobernistas-a-toda-costa
Y en este punto introduzco una digresión, creo que necesaria, para luego retomar el hilo. Las elecciones dirimen quien ostentará el poder político en un ámbito en el que, a su vez, operan políticamente otros actores muy relevantes que ejercen su poder fáctico al margen de la voluntad de la ciudadanía gracias a su posición privilegiada -y sin control efectivo- respecto a la riqueza, el producto y el ingreso; o sea, la minoría que decide qué se produce, cómo y para quién, y que en función de sus objetivos establece salarios, usa recursos naturales y determina tiempos de trabajo y formas de reproducción y cuidado de la vida. Por tanto, acceder o influir en el gobierno en un ámbito obliga a contar con las fuerzas materiales que intentarán instrumentalizar o hacer fracasar a quien gobierne.
Llegar al gobierno exige elegir a quien sirves y a quien combates. No hay escapatoria al conflicto. Y la solución al mismo dependerá de las propuestas que se propugnen en el programa electoral. No puede haber un programa útil para todos los componentes de la sociedad, pues estamos en un juego de suma cero: lo que alguien gana alguien pierde. Ni tampoco un programa diferente, disonante y contradictorio con las ideas de las que el gobierno se reclama. Resulta tristemente demoledor de la conciencia popular escuchar en boca de líderes políticos, que dicen estar a favor del cambio en clave social y democrática, afirmaciones como que van a “gobernar para todos” o “vamos a estar en un gobierno no para defender nuestras ideas sino para mejorar la vida de la gente”. En conclusión, o se gobierna a favor de la mayoría social a partir del conjunto de ideas y propuestas que se plantean en las elecciones, o bien esas ideas sólo se concibieron para los discursos, para ganar votos, o simplemente son un conjunto vacío sin utilidad práctica alguna para el cambio propuesto. Se está imponiendo una forma de hacer política que subordina todo a entrar en gobierno, relegando o eliminando -si es que alguna vez lo hubo- un proyecto de sociedad, de país, de ciudad. No cabe disonancia entre propuesta pre electoral y acción gubernamental, lo contrario sería un caso más de cinismo.

Las dos almas del social liberalismo
Las alternativas que se manejan en estos días por cualquiera de las dos papeletas con las que presenta el partido socialista, sea la encabezada por Manuela Carmena o la presidida por Pepu Hernández, que han pasado de la competencia virtuosa a la colaboración incondicional, parecen pasar por una reactivación del marco productivo auspiciado por el Ibex 35, basada en el aumento de la cantidad de suelo público que pasa a disposición privada. En este punto es modélico el ejemplo de Chamartín-BBVA, pero ni siquiera es el más grande: la operación del sureste, con los Berrocales, desbloquea la construcción de una superficie mayor que la ciudad de Zaragoza. En un marco de desinversión y caída del sector inmobiliario y financiero a nivel internacional, este tipo de operaciones son papel mojado. Pero no es sólo eso: si nos centramos en la cuestión de la desigualdad como factor central en nuestro análisis, este tipo de iniciativas sólo pueden derivar en su incremento.
En vivienda, frente al mantra neoliberal del aumento de la oferta para que baje el precio, Madrid es el ejemplo de que incrementar la oferta de nueva vivienda sólo redunda en alimentar un mercado voraz que sube precios y recurre a la turistificación para ampliar la base mercantil, de tal forma que la demanda se mantiene, no se satisface y los precios continúan su subida. La espiral de la desigualdad seguirá creciendo a la par que el mercado del que se alimenta.

La ciudad de la gente frente a la del capital
En el caso madrileño, Madrid en Pie, coalición en la que participa Anticapitalistas, representa las aspiraciones del movimiento que dio origen a Ahora Madrid, frustradas de forma abrupta por decisión personal de Manuela Carmena y su círculo de confianza. No es casualidad que en la candidatura de Madrid en Pie figuren, junto a otras muchas, personas con la trayectoria de compromiso social y ecológico, feminista y democrático como Rommy Arce, Pablo Carmona o Paca Blanco, encabezadas por Carlos Sánchez Mato que en la pasada legislatura municipal demostró ante el ministro Montoro del PP no solo solvencia como economista sino también contar con los rasgos del liderazgo para organizar y librar batallas que el citado Sun Tzu atribuía a quienes son capaces de vencer porque tienen autoridad, entendida como “una cuestión de inteligencia, honradez, humanidad, valor y firmeza”.
Esa gente si es elegida condicionará positivamente las políticas municipales. Son la garantía de izquierdas para la mayoría social. Porque, en mi opinión, disponen de las propuestas y soluciones que configuran una alternativa frente a la ciudad del capital. Tienen una perspectiva social, ecológica, feminista y popular cuya apuesta estratégica pasa por la moratoria en la nueva construcción y por focalizar la expropiación de viviendas a la banca (como se reclamaba desde el ignominioso desahucio de Argumosa 11, pero también desde antes), así como reorganizar el acceso mediante una ley del suelo. A su vez, es necesario constituir una empresa pública de energía que comercialice la procedente de fuentes renovables y termine con la pobreza energética. También es preciso elaborar una nueva normativa sobre el agua que garanticen el acceso a los servicios básicos.
Ello supone asumir una perspectiva ecofeminista con el punto de vista de las clases trabajadoras que ponga el foco en la distribución y penalice los consumos masivos, que sustituya la especulación del tipo Chamartín y los Berrocales para invertir en los barrios del sur, y que resuelva de esa manera la necesidad de miles de personas trabajadoras de desplazarse a diario, con el gasto energético que eso implica. Todo ello deberá acompañarse de una redistribución espacial de los centros de trabajo para posibilitar no solo una vivienda digna, sino también empleos en Usera, Villaverde, Carabanchel, Vallecas y demás barrios populares, con inversión productiva en sectores no contaminantes, en lugar de fomentar el enésimo boom inmobiliario.
Esto posibilitaría un nuevo tramado urbano que deberá acompañarse de un nuevo tramado comunitario, lo que implica financiación del tejido asociativo para que esté en condiciones de asumir parte de los trabajos de cuidados y el desarrollo de la economía social. Un excelente objetivo a medio plazo es revertir la obra del neoliberalismo, destructora de las redes de solidaridad entre las gentes de abajo, que supondrá revitalizar, cuando no fundar, asociaciones, sindicatos y cooperativas.
Las palabras expropiación, rehabilitación y reasignación deberían formar parte de la nueva gramática municipal. Como también los vocablos municipalización, participación y democracia. Madrid en Pie es el primer paso para refundar otra ciudad, la de gentes iguales.

19/05/2019
Manuel Garí, economista, miembro del Consejo editorial de viento sur

Notas:
1/ Cierto es que todo ello choca con los planes declarados del actual coordinador de la alcaldía Luis Cueto que se auto propone para una nueva concejalía mentora de las ganancias empresariales privadas. https://www.elmundo.es/madrid/2019/05/16/5cdd604821efa0fb668b460d.html
2/ Hernández, T. El "voto útil" a Más Madrid podría dar a la derecha la alcaldía de Madrid https://www.eldiario.es/tribunaabierta/voto-Madrid-podria-derecha-alcaldia_6_900169998.html



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