Contamos con una profusa información sobre la
Revolución húngara del 56; se encuentra en Internet y con una pluralidad de enfoques (marxistas y
libertarios) que hacen recomendable la visita. En cuanto a estudios
marxistas rigurosos nos parece muy
recomendable el realizado por Pierre Broue en El Partido Bolchevique (capítulo XIX, La desestalinización y el Movimiento Revolucionario de 1956-1957).
Por nuestra parte optamos por la
difusión del llamamiento elaborado en
noviembre del 56 por el Consejo Obrero del Gran Budapest, ajustando las
traducciones disponibles y suprimiendo líneas de texto que nos parecen
accesorias.
Se trata de un documento que refleja el esfuerzo
obrero y popular por imprimir un giro socialista y libertario a un sistema
burocrático tutelado y protegido por la invasión de los tanques rusos (¡bonita
ilustración del XX Congreso!) una invasión que laminó las aspiraciones de
Hungría a un Poder Obrero integral y en
libertad.
Por aquel entonces, los partidos comunistas
de obediencia moscovita (las organizaciones
más significativas en la izquierda de la Europa de entonces) condenaron
como contrarrevolucionarias aquellas movilizaciones de los años 50 (como harían
más tarde con las del 68 en Checoslovaquia). Aquella lamentable “fe del
carbonario” contribuyó a cercenar cualquier proceso de solidaridad y
regeneración basada en el protagonismo social de lxs trabajadorxs y facilitó -décadas
más tarde- que el derrumbe de los “ensayos socialistas” virase hacia la peor de las transiciones
posibles…el capitalismo neoliberal, mafioso y (como no) drásticamente
autoritario. Tampoco es conveniente -ni
útil- obviar las responsabilidades de las otras izquierdas (comunistas,
consejistas y libertarias) incapaces de arbolar una solidaridad sostenida con
aquellos ensayos tendentes a reinventar la democracia socialista, el comunismo
de lxs iguales.
Si bien es impensable retomar el hilo de aquellas subversiones a efectos
recuperar una continuidad política brutalmente rota, si creemos que el núcleo de
aquellos combates por el Poder Popular debe conocerse, porque aportan verdad
histórica y estímulo en la larga marcha por la emancipación social.
CONSEJO CENTRAL
OBRERO DEL GRAN BUDAPEST.
LLAMAMIENTO del 27
de noviembre de 1956
Camaradas obreros.
El Consejo Central Obrero de las fábricas y
distritos del Gran Budapest, elegido democráticamente por la base, les llama e
informa con el propósito de cohesionar nuestras filas y fortalecer nuestra
unidad.
Nuestro Consejo fue creado el pasado 14 de
noviembre por iniciativa de los trabajadores de 14 grandes empresas con el fin
de coordinar el trabajo de los consejos obreros de las fábricas y actuar como
portavoz de sus reivindicaciones.
Desde su creación el Consejo ha presentado,
ante las más diversas instancias y sin asomo de oportunismo, las
reivindicaciones obreras del Gran Budapest (…) durante esas negociaciones no
hemos abandonado ninguno de los objetivos de nuestra gloriosa revolución del 23
de octubre.
(…)Hemos recibido nuestra misión de la clase
obrera y fieles a ella, defenderemos nuestras fábricas y nuestra patria contra
todo intento de restauración capitalista, al tiempo que proclamamos nuestra
voluntad de edificar el orden social y económico en una Hungría independiente y
a la manera húngara. (…) Consideramos que el trabajo es la base de la sociedad.
Somos obreros y queremos trabajar. Por eso convocamos el 21 de noviembre –en el Palacio de Deportes de Budapest- a representantes
de la provincia y departamentos, a fin de discutir los problemas que nos
preocupan y la posibilidad de reanudar el trabajo (interrumpiendo la huelga). El gobierno prohibió nuestra reunión a
pesar de que le habíamos invitado a enviar una representación suya. (…)
El 23 de noviembre, József Balázs, miembro de
nuestra delegación, anunció por radio que el Consejo de Ministros había
reconocido a nuestro Consejo Central como interlocutor para continuar las
negociaciones y presentar el proceso de las mismas al consejo de ministros.
Aunque esas promesas no son gran cosa, hemos
decidido reanudar el trabajo porque no tenemos otro objetivo que los intereses
del pueblo.
(…) El mismo 23 de noviembre se publicó la noticia de que Imre Nagy y
otras personalidades se encontraban el
la embajada de Yugoslavia (…) ese mismo día la radio anunció que habían
solicitado asilo a la República Popular de Rumania.
(…) Las fábricas se encuentran en nuestras
manos, en manos de los consejos obreros y
para aumentar nuestra fuerza, proponemos:
-En los distritos y departamentos donde no
existan aún consejos, deben elegirse con urgencia mediante elecciones de base
(…) Las fábricas importantes deben tomar la iniciativa de constituir consejos
centrales.
-Todos los consejos deben establecer relación
con el Consejo Central Obrero del Gran Budapest (Calle Akácfa 15-17, Tel. 422
130) (siguen nombres de responsables).
-Una tarea esencial de los miembros de los
consejos de fábrica, además de ocuparse en la organización del trabajo, es elegir
consejos definitivos (…) debemos mostrar la misma energía para combatir la agitación en favor de la dictadura rakosista
como de la restauración capitalista.
Los consejos deberán estar compuestos por
obreros honestos de pasado irreprochable. En su seno, los obreros deberán
poseer una mayoría que les garantice al menos 2/3.
(…) En cuanto a la persona de los directores,
pensamos que deben ser elegidos por los consejos después de presentar su
candidatura (…) su entrada en funciones no deberá estar supeditada al acuerdo
del ministro o el ministerio. Invitamos a no aceptar directores impuestos, que
ya dieron pruebas de su incompetencia y alejamiento del pueblo. Desconfiemos de
los arribistas de dudoso pasado.
-(…) Actualmente los sindicatos (gubernamentales) tratan de presentar a
las consejos como si hubieran sido constituidos gracias a la labor sindical; se
trata de una afirmación gratuita (…) nuestra lucha ha sido en muchas ocasiones
entorpecida por los sindicatos.
Los obreros tenemos necesidad de organizaciones
de defensa de intereses propios (sindicatos y comités de fábrica) pero siempre
que sean elegidos desde la base y mediante métodos democráticos (…) somos
hostiles al mantenimiento de los permanentes sindicales retribuidos. Esa
actividad debe ser un trabajo voluntario. No queremos vivir de la revolución
(…).
Pensamos que la adhesión a los sindicatos
debe ser libre. No habría otra manera de preservar a los sindicatos de los
peligros de la burocratización y alejamiento del pueblo. (…) Podemos
afirmar que en Hungría los verdaderos
intereses de la clase obrera están representados por los consejos obreros y que
no existe actualmente un poder político más poderoso que el suyo. Debemos
actuar a fondo por el reforzamiento del poder obrero.
-Los consejos de distrito y departamento
deben conectar con el organismo competente enviando sus delegados a la sede
central de la Cruz Roja, para asegurar el reparto equitativo de mercancías y
medicamentos.
-Los consejos deberán organizar el control
público de los mercados centrales para que los trabajadores impidan el aumento
de precios (…)
-Los consejos deben hacer lo posible para
mantener informada a la opinión pública (…) pedirán que se les reserve un
espacio en la prensa local (…) y deberán facilitar informaciones objetivas a
los trabajadores de fábricas y empresas. (…)
Hemos dado el primer paso, ahora le toca
responder al gobierno (…) Nuestras filas se refuerzan día a día (…) una unidad
nacional se constituye como consecuencia de nuestros combates. Agrupémonos (…)
y continuemos luchando con vigilancia revolucionaria (…) por una Hungría
socialista, independiente y democrática, edificada de acuerdo con nuestras
características nacionales.
A releer el magnífico trabajo de Ernst Mandel "Consejos Obreros ..y Autogestión" editado hace décadas por Era.
ResponderEliminarRevisitar aquel compendio, es buen prólogo de otros ensayos editados más recientemente por Viejo Topo.