martes, 16 de mayo de 2017

LA CONVALECENCIA EN LAS CALLES CON EL 15M



M.G.H.M.H

El 15M abrió las ventanas de par el par, dejando que entrara en nuestras vidas una bocanada de aire fresco, que sirvió para despertar muchas conciencias, que en unos casos estaban aletargadas y sedadas por una sociedad de consumo desenfrenada y en otros casos, fue la chispa que encendió la llama de la solidaridad y la justicia social, uniendo a ideas y sensibilidades, rompiendo  berreras de edad o genero y animó a intentar  cambiar las cosas, al grito de ¡SI SE PUEDE!
Recuerdo que los primeros vientos empezaron a surcar los cielos de la piel de toro (al menos en mi caso), allá por el mes de marzo o abril, impulsados creo por Juventud sin Futuro y Democracia Real Ya. Estos vientos como no soplaban con fuerza, en un primer momento los dejé pasar, pues en una ciudad de provincias como es en la que resido, apenas si agitaban las mentes de las gentes más comprometidas, aunque si me refrescaron la cara y lo iba mirando con el rabillo del ojo.
Se acercaba el 1º de Mayo de 2.011 y el día de pingar el mayo en mi barrio (30 de abril), la “caja de cambios” que tenemos en la parte izquierda de nuestro cuerpo me dio un buen susto, vamos, que me acojono y acabe pasando el 1º de Mayo en la UBI. Allí transcurrieron varios días, luego otros más en planta y salí del hospital con el propósito de tener una convalecencia tranquila y de reposo, pero la confluencia de los astros no estaban por la labor y en plena  recuperación una ola gran de indignación empezó a llenar las plazas y yo en cosa comiendo sin sal, sin grasas, sin chorizo (pues todo estaba en la casa del PP), sin pan, sin……
Los primeros días de esta Spanish Revolution, los pasé dando paseos por el campo, siguiendo los acontecimientos por la tele, hasta que dije ¡basta! y decidí apagar la tele y encender la mente, así que me baje a la plaza mayor, para añadir mi indignación que era mucha, a la que estaban expresando miles de vecin@s en una tarde primaveral. La temperatura en la plaza fue subiendo por los debates de enjundia que se tenían ya que parecia que la revolución estaba a la vuelta de la esquina y que podíamos cambiar el mundo desde abajo.
A pesar de no tener las “pilas bien cargadas” pues estaba en plena fase de recuperación, el entusiasmo y la alegria de las gentes que estabamos okupando la plaza hizo que para mí, empezaban a ser todos  días azules y disfrutaba al máximo cada minuto, pues parecía que el tiempo se iba a terminar, ya que de la asamblea a la mani, de ahí a una comisión, para acto seguido finalizar el día de nuevo en asamblea. En algunos casos, era casi permanente, al menos, para quienes estaban acampad@s en la plaza, ya que tocaba preparar, intendencia, carteleria, saneamiento y lo que la imaginación que era infinita, tuviera para esa noche. Había un cartel curioso que decía “Si no nos dejaís soñar, no os deajaremos dormir”. 
El tiempo y los días fueron avanzando, llegó el verano, las acampadas levantaron el telon y se amplió la  okupación a las plazas de los barrios y se convivia con asambleas en barrios y generales. La llegada del frío, al menos donde yo resido, fue dando paso a la realajación y de ahí al cierre por falta de activos y discrepancias de cómo y donde afrontar el próximo período. El tiempo y la desilusión fué consumiendo la indignación, hasta convertirla en una oprtunidad pérdida, regresado un@s a nuestros  cuarteles de invierno y otr@s simple retomaron la rutina anterior al 15M.
De aquellos meses tan activos y de su actividad tan desenfenada, las asambleas ocupan en “mi disco duro” una parte importante, ya que aparte de las largas horas de estar sentado en el suelo por los interminables debates sobre lo humano y lo divino, en las duras baldosas de las plazas y los dolores de espalda que me producian. También era curioso observar las extrategias que algunos grupos utilizaban para intentar “controlar” las asambleas, algo que no deseo comentar, pues lo calificativos que encuentro pueden herir algua sensibilidad. La verdad que el seguimiento de estos trapicheos me sirvió para relajerme y desconectar de algunos debates que me superaban.
Han transcurrido seis años de aquella experiencia y parece ser que se está cumpliendo aquello de “vamos despacio porque vamos lejos”,  por ello, es vital seguir echando leña al fuego para mantener viva la llama del 15M, tratando que no se apague o que lleguen unos listill@s la privaticen y se queden con el copyright.       
Finalmente, la espontaneidad y frescura del movimiento 15M trapasó fronteras y se extendió por muchos lugares del planeta. Aquí en el Estado Esañol parte del movimiento  sufrió una mutación al terreno electoral, primero con colectivos populares que desarrollaron candidaturas populares en mogollon de municipios y la vez se gestaba PODEMOS, que se utoproclamaba ser heredero del “espir”tu" del movimiento 15M. No ha transcurrido mucho tiempo para ver que no tienen  memoría l@s gestores de PODEMOS, pues se han convertdo en una máquina electoral de corte progre y que aquello de “mis sueños no caben en tus urnas”, o esta otra que ahora viene de maravilla y así aprovecho para finalizar este relato, “podrán cortar algunas flores, pero no detendran la primavera”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario