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domingo, 17 de febrero de 2019

A VUELTAS CON EL DESPOBLAMIENTO..., A. Puig


A VUELTAS CON EL DESPOBLAMIENTO, LA AGRICULTURA CAMPESINA Y LA OMC
 Acacio Puig

En nuestro número anterior publicamos la extensa entrevista a Jeromo Aguado, viejo amigo ganadero, radicado en Tierra de Campos y vinculado a Vía Campesina. (…) Creíamos que sus declaraciones a The Ecologist  http://afinidadesanticapitalistas.blogspot.com/2019/01/capitalismo-contra-campesinado-jeronimo.html iban a suscitar alguna polémica y comentarios de algún lector@ de nuestro Afinidades número 27 sin embargo… ¡ni modo!
Así que nosotros, que concebimos este blog como una herramienta de comunicación-de-ida-y-vuelta, entramos al trapo y nos ponemos a ello.

El despoblamiento de la España campesina se remonta muy atrás, a los procesos de emigración creciente que se iniciaron en el siglo XIX.  Las urbes en que se hacinó la nueva mano de obra que requería la tardía industrialización  propia del raquítico capitalismo hispano, crecieron al tiempo que se despoblaba  el medio rural.

domingo, 19 de noviembre de 2017

ASPIRINAS Y SEMILLAS DEL DIABLO


Marco Rizzardini

El tema que hoy nos trae aquí es un ejemplo de los más palmarios del dominio desmesurado, sin precedentes en la historia, que ejerce sobre la economía y la vida la gigantesca máquina capitalista en su “fase senil de los oligopolios o monopolios generalizados”. No hay tiempo para profundizarlo ahora, sin embargo,  permitirme la tesis de que tras la retórica del aumento de la competitividad y de la libertad de mercado, en los veinte últimos años vimos el auge de oligopolios globales y de la confrontación económica entre las 3 o 4 grandes potencias económicas y sus “polos” en lugar del fomento del tan cacareado “crecimiento económico”. El proceso de globalización capitalista ahora en crisis relativa, significó pues, incluso en sus años aparentemente dorados, sobre todo una competencia creciente entre grandes corporaciones por el mercado existente. Lo que implicó un aumento relativo de los costes de transacción frente a los costes de producción (con la destrucción de esa parte del sector productivo que no podía sostenerlo) y el estancamiento económico a escala global, en donde también la privatización de las empresas contribuyó exclusivamente a la eliminación de competencia y a la concentración de la riqueza existente en vez de permitir que se volcasen energías y recursos al crecimiento y al desarrollo.
Bien, en este marco de ocupación y colonización de cualquier espacio económico y vital por parte del capital y de concentración acelerada y tendencia a la monopolización para mantener beneficios, a mediados de septiembre de 2016 acababa el largo cortejo y, rematados los últimos detalles, el grupo químico-farmacéutico alemán Bayer se adjudicaba Monsanto, gigante estadunidense de biotecnologías y semillas. El coste global de la operación ha sido de 66 mil millones de dólares al contado, es decir 128 dólares por cada acción en ese momento.
La alemana Bayer, se creó en 1863, patentó el acido acetil salicílico como Aspirina en 1899 y en 1896 la heroína fue sintetizada por primera vez gracias a la acetilación del clorhidrato de morfina, un producto obtenido de la adormidera. «Heroína» fue el nombre comercial que la empresa Bayer puso a la nueva sustancia, que la lanzó al mercado como sustituta de la morfina, creyéndola menos adictiva. Monsanto, por su parte fue fundada en Missouri en 1901, produjo y patentó por ejemplo, la sacarina, el PCB (policloro bifenilo –dioxina, prohibido desde 1979), el DDT, la luz LED, y, cómo no, el Agente Naranja, defoliante antecesor del Roundup. La empresa se centró en Biotecnología a partir de los años 70 y luego en los OGM (por ejemplo la Somatropina Bovina  Recombinante).
Ha nacido pues un coloso de la agro-industria, cuyos propietarios reales serán BlackRock y Capital Group Companies: de esta fusión nace el mayor productor mundial de semillas y pesticidas, una auténtica superpotencia destinada a controlar, según todas las estimaciones, entre el 24% y el 29% de las cuotas de mercado de sector. Según informó la sociedad de Leverkusen, las dos empresas concordaron una penalización de 2 mil millones de dólares a pagar en el caso que los organismos antitrust (de defensa de la competencia) de EE.UU. vetaran la operación.
Ahora bien, según datos aportados por la asociación Opensecrets, en la última década Monsanto y Bayer han gastado conjuntamente 120 millones de dólares para conseguir de los centros de poder político e los EE.UU. decisiones favorables para sus negocios. Solo Monsanto gasta entre 300.000 y 400.000 euros anuales en actividades de lobby en Bruselas, según su propia declaración en el registro de transparencia de la UE. Eso debería de haber allanado cualquier problema…y sin embargo, el “alto” parece haber venido desde la Unión Europea. Eso lo analizaremos en seguida.