jueves, 7 de septiembre de 2017

Good Bye Garoña: La LUCHA en IMÁGENES

Mariano G. Hernández

Finalmente, y tras muchos años de marchas, manifestaciones, comunicados, encierros, protestas, concentraciones…..; la central nuclear de Santa María de Garoña, ha echado el cierre definitivo. Adiós Garoña, adiós.
Al estar la central nuclear en un entorno rural, ha sido la guardia civil (más conocid@s como picoletos) la que en todos estos años (más o menos desde el 87), la que ha velado por los intereses de Nuclenor y reprimido con mucha violencia las marchas que cada año se realizaban, pidiendo su cierre.
En estos últimos tres años, el interés por su reapertura ha ido descendiendo, debido fundamentalmente a la fuerte inversión que debían realizar las empresas que la estaban explotando para su puesta en marcha, así como por la escasa repercusión que tiene en la producción eléctrica. Tan solo, l@s trabajadores/as de la central que por razones de mantener su puesto de trabajo en una comarca sin espectativas y de los sectores más cavernicolas empresariales y del PP apostaban por su mantenimento.
La selección de imágenes que se incluyen en esta ocasión es un poco especial, ya que hay dos fotos muy curiosas sobre las especiales medidas que se debieron tomar para el trasporte de la vasija, debido a las dificultades para acceder al lugar elegido para su ubicación

Finalmente, solo me queda rendir un sincero y emotivo homenaje al compañero y amigo Ladislao que hace un tiempo que nos ha dejado; ya que su contribución a la lucha antinuclear y al cierre de Garoña, han sido determinantes y sobre todo porque compartimos animada tertulia en una de las últimas marchas que se realizaron para reclamar su cierre.
















1 comentario:

  1. EXTRACTO de crónica de Gotzon Aramburu
    Una vez sentenciada la central nuclear de Garoña y a la espera de que el desmantelamiento se empiece a ejecutar, una sensación general de alivio se respira en los territorios colindantes, especialmente en las comarcas más cercanas. La localidad alavesa de Zambrana, de 316 habitantes y cabeza del municipio del mismo nombre, que forma junto a Berganzo, Ocio y Portilla, se encuentra a 30 kilómetros en línea recta y es un buen punto para sondear la opinión de los vascos más cercanos a la polémica central condenada por fin.
    En la cuestión de Garoña convergen muchos aspectos, desde los medioambientales hasta los económicos, pasando por los puramente políticos. Los habitantes del suroeste alavés parecen compartir un rechazo unánime, por el evidente riesgo de convivir con una instalación de estas características, y también existe acuerdo en que estas comarcas necesitan revitalizarse económicamente, pero a partir de este común denominador se empiezan a apreciar diferencias.
    César vende lotería por los pueblos de la comarca y conoce bien el terreno que pisa. No duda un segundo en manifestarse contrario a la central y feliz por su cierre definitivo: “Garoña es un peligro latente, como todas las centrales nucleares. Se acabó su ciclo de vida normal, le dieron una prórroga y ya basta. ¿Los trabajadores? Pues hay que decir que en Garoña han vivido muy bien, con sueldos altos, y creo que ya ha llegado la hora de que se creen en estos pueblos empleos alternativos, asumiendo que no estarán tan bien pagados, pero a cambio no obligarán a la población a soportar la contaminación que conlleva la central y que todos padecemos” César hace números y le sale que los trabajadores de Garoña que rondan la cincuentena van a ir alcanzando la jubilación durante el proceso de desmantelamiento de las instalaciones, que se calcula durará cerca de quince años. “Y con buena pensión se van a quedar. En lo que hay que centrarse ahora es en crear empleo para los jóvenes”.
    (…)
    José Manuel luce camiseta de Mendialdea Music Festival 2017 y manifiesta abiertamente que “para los que pensamos que hay que optar por energías alternativas el cierre es una noticia fenomenal. Pero es que incluso si la energía nuclear fuera necesaria lo que no es admisible es que se obtenga con tecnología tan obsoleta como la de Garoña, que lleva más de cuarenta años en funcionamiento y es hermana de la de Fukushima”. Sabe lo que dice: el cajón de hormigón de la nuclear de Garoña es una réplica del de la accidentada en Japón, pues ambas pertenecen a la veintena existente en el mundo que funcionan mediante reactor de agua en ebullición (BWR), construidas por General Electric en los años setenta en medio mundo.
    El reactor número 1 del complejo de Fukushima, compuesto por seis reactores, era un modelo de General Electric de 439 megavatios que se conectó a la red en marzo de 1971. La central burgalesa tiene 460 megavatios de potencia y se conectó en mayo de 1971. Además, José Manuel introduce otro razonamiento: el dinero que fluye hacia los municipios pegados a la central, pero que a Zambrana no llega. Preguntaremos al alcalde sobre esto.
    Mientras realizamos la encuesta, dos jóvenes caminantes franceses que cargan pesadas mochilas se acercan a la farmacia a preguntar por algún cajero automático. No hay, les explica Inés, la farmacéutica. El dinero llega periódicamente en una furgoneta a la que acuden los vecinos para realizar sus ingresos y extracciones. Los marchistas necesitan metálico para comprar tiritas, pero tienen suerte; Inés se las regala.

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