sábado, 15 de diciembre de 2018

ARDE PARÍS, Mariano G. Hernández


La lucha en imágenes: Arde Paris
Mariano G. Hernández

El anuncio del gobierno francés de nuevas subidas en los carburantes, así como la exigencia de que se rebaje el impuesto ecológico a los mismos ha desatado una ola de protestas y de manifestaciones por todo el país protagonizadas por el movimiento de l@s chalecos amarillos.
El movimiento de l@s chalecos amarillos (gilets jaunes) arrancó a través de las redes sociales, con una consigna inicial que animaba a realizar una protesta simbólica que consistía en llevar el chaleco reflectante amarillo visible en los coches, pero este  llamamiento fue cogiendo fuerza hasta llegar al 17 de noviembre, fecha prevista para una gran movilización con la intención de paralizar el país.
La movilización continuó durante 5 días en los que se bloqueó más de 200 puntos de carreteras y en la que participaron cerca de 300.000 personas.
La composición de este movimiento es muy heterogénea y diversa. No tiene el organigrama clásico de organizaciones sociales, ya que sus portavoces, son los de cada lugar y sin contacto y organización entre ell@s. Además no tienen relación con las movilizaciones de la primavera pasada, las que fueron convocadas por organizaciones de izquierda en las que se luchaba contra las medidas de austeridad y privatización del gobierno de Macron.
Este movimiento emerge en un momento en el que el sentimiento de injusticia es particularmente fuerte y las reivindicaciones han ido aumentando, pues aparte de la protesta contra la subida de los carburantes, hay quienes reclaman que se restablezca un impuesto a l@s más ric@s, aumento del poder adquisitivo y l@s hay que piden la renuncia de Macron, esta variedad de pretensiones se debe a su diversidad y falta de conexión y homogeneidad en el movimiento de l@s chalecos amarillos.
La procedencia de este movimiento también es muy diversa pues está compuesto por obrer@s, empled@s precari@s, campesinos de zonas rurales o ciudades de tamaño mediano y de la periferias de las grandes ciudades (barrios dormitorios), y que son los más perjudicados por la liberación y la reforma del transporte público. Por otra parte, las zonas más fuertes del estas luchas son donde Marie Le Pen ha tenido mayor crecimiento, si bien, el Frente Nacional (ahora Agrupación Nacional) no ha tenido un espacio visible y  participativo.
Las propuestas de Macron del pasado 10 de diciembre, pueden llevar a una división en el movimiento de l@s chalecos amarillos, entre quienes verán satisfechas sus reivindicaciones y quienes seguirán luchando por entender que solo sirven para lavar la  son imagen del presidente francés, se lo que sea, Je suis aussi un gilet Jaune!











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