René Amador
y Acacio Puig
1.-La Presidencia de Honduras tomada al asalto.
Finalmente
el pasado 27 de enero de 2018, la Presidencia de la República de Honduras fue
“tomada al asalto” por Juan Orlando Hernández, el candidato oficialista
(Partido Nacional) a las elecciones del 26 de Noviembre.
En el
Estadio Nacional de Tegucigalpa, militarmente blindado por ejército y fuerzas
de seguridad y en una ciudad controlada y gaseada, solo empresarios, burócratas
de aparatos de estado, guardias pretorianas de JOH y público -en buena medida
trasladado en buses e incentivado con almuerzo y presión social- acompañaron la
ceremonia.
No hubo el
27 asistencia de Jefes de Estado sino de encargados de negocios de varios
países (junto a la poderosa H. Fulton, encargada de negocios USA en Honduras) y
diplomáticos de bajo rango.
La ceremonia
culminaba así el fraude pergeñado a partir de la madrugada del recuento de
votos (26-27N/2017), cuando colapsó el sistema informático durante más de 30
horas y tras ese largo paréntesis de silencio, el presidente del TSE (Tribunal
Supremo Electoral) anunció un radical cambio en la tendencia de voto a favor
del candidato oficialista. Sin hacer públicos resultados parciales, solo el 17
de diciembre el presidente del TSE
informó, otorgando a su jefe de partido, JOH el 42.9% (1.410.888 votos)
y el 41.4 % a Salvador Nasralla, el candidato de la Alianza Opositora
(1.360.442 votos).
Con la
abstención (oficial) de más de dos millones y medio de inscritos, los resultados (oficiales) otorgaban poco más de
un 14% al ya roto Partido Liberal y menos de un 1% a cada una de las candidaturas restantes.
La jornada
del 27 de enero, como las anteriores transcurridas desde el 27 de noviembre, lo
fue de lucha social y en Tegucigalpa de barricadas, cortes de vías,
enfrentamientos desiguales y brutal uso de armamento químico – gases MP-3-CS,
de fabricación estadounidense- además de detenciones y feroz represión.
Continuaba así la potente respuesta popular al fraude, a los diez días de toque
de queda, militarización de la vida pública y a la represión que suma ya
cuarenta asesinatos y cientos de heridos y detenidos.
En cualquier
caso, las reacciones de la “comunidad internacional” han sido casi
insignificantes. El grupo de observadores de la OEA optó por nadar y guardar la
ropa (con su retórica sobre “la baja calidad electoral del recuento” y la estéril
recomendación de convocar nuevas elecciones) algo parecido al comportamiento de
observadores de la UE, de quienes se esperaba mucho mayor compromiso en defensa
de la limpieza electoral. La situación requería más contundencia pero no la
hubo.
La propia
discreción -es decir, silencio y ocultamiento- de los medios de comunicación
internacionales expresó perfectamente el muy escaso interés en contradecir un
proceso avalado por el Amo del Norte que con JOH sigue imponiendo el conjunto
de sus intereses geopolíticos, militares y comerciales en una Honduras en que
se engarzan desde 2009 varios “golpes de estado de nuevo tipo”.
2.- La oposición, una larga marcha.
El proceso
que cristalizó en la reorganización de la nueva oposición hondureña, iniciado
tras el golpe de 2009, se visibilizó en enero de 2017. La agrupación de los
partidos Libre (Libertad y Refundación), PAC (Partido Anticorrupción), PIU
(Partido de Innovación y Unidad) embutió a otras corrientes históricas de la
izquierda hondureña y se constituyó durante la Asamblea de mayo de 2017 como
una alianza inclusiva en torno a denominadores comunes como la lucha contra la
corrupción, la represión y la impunidad con voluntad de presentar una
alternativa institucional democratizadora en todos los ámbitos en liza, es
decir, la Presidencia, el Congreso, las Corporaciones Locales y el Parlamento
Centroamericano. Si bien el programa de la Alianza resultaba impreciso y de
corte democrático apenas social liberal, eran las propias condiciones de
Honduras las que le dotaban de un plus democrático-radical difícilmente
encajable en el mantenimiento del statu quo y las componendas oligárquicas. Junto
a ello, el Partido Nacional eje del golpe de 2009, temía la implementación de
políticas progresistas propias del Partido Libre, heredero de los avances
sociales impuestos bajo la presidencia de Manuel Zelaya.
Pronto las
presiones del poder hurtaron el PAC a su personalidad más representativa
(Salvador Nasralla) cierto que sin él, el PAC obtuvo resultados mínimos
(insistiremos en subrayar “según los resultados oficiales” porque el fraude
perpetrado por el Partido Nacional y el Tribunal Supremo Electoral, restan toda
fiabilidad a los datos ofrecidos ¡con tres semanas de retraso!).
Los primeros
resultados, confirmados por las actas recogidas a pie de mesa antes del largo
parón informático de la madrugada del recuento, anunciaban con casi el 70% de
voto escrutado, un adelanto opositor de 5 puntos respecto al candidato
oficialista. Todo parecía garantizar la Presidencia a Salvador Nasralla y
excelentes posiciones y mayorías
significativas de los integrantes de la Alianza Opositora en el nuevo
Congreso y Municipios.
Y sin
embargo… “se robaron de nuevo las elecciones”.
Y a pesar de
ello, la República de Honduras siguió siendo invisible en los medios del reino
de España, como fue ignorada durante las
últimas décadas por la mayoría de los estudios sobre el continente americano.
Tampoco fue
noticia, el paro iniciado el viernes 15 de diciembre por convocatoria sindical,
los duros enfrentamientos y cortes de vías de comunicación al modo de la
formidable movilización de los piqueteros argentinos aun cuando se trató de
cortes generalizados y masivos. Ni siquiera se levantó acta y motivó rechazo y
condena, el número indeterminado de asesinatos de activistas, mujeres y niños a
manos de una “Policía Militar de Orden Público” modelada como guardia
pretoriana del presidente JOH; y sin embargo, se trata de una policía que opera
frecuentemente como los viejos “escuadrones de la muerte” -cuando se saca el
uniforme y combina su “labor oficial”
con la de franco tiradores y matones.
Todo lo cual
resuena como expresión de siniestra complicidad
de unos medios audiovisuales que se muestran enfermizamente atentos ante cada
respingo detectado en Venezuela.
A día de
hoy, también la sustitución por el
presidente Juan Orlando de cabezas visibles del ejército por otras, lleva a
pensar en tensiones, discrepancias internas y desobediencias castrenses de
imprevisibles consecuencias pero que aún no han llegado a manifestarse.
Y sin
embargo, a pesar del silencio y la lamentable ausencia de solidaridad explícita
de la izquierda internacional, Honduras existe.
Su pueblo
sangra y las libertades democráticas están bajo la bota de una narcodictadura
corrupta.
3.- Algunos antecedentes a la situación hondureña
El reguero
de documentos garantistas que acompañan la vida del país desde mediados los
años 40, documentos que heredaban el viejo espíritu y la retórica de La Carta de la ONU (y son
muchos… desde el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca a la Carta de
Estados Centroamericanos o la carta de la OEA…) no están sirviendo. Sus disposiciones
han venido siendo letra muerta, moldeada
y distorsionada por la potencia del norte que ha venido contando durante
décadas con la gestión subrogada de sus
intereses por lobbys y dóciles gobiernos del bipartidismo Partido Liberal & Partido Nacional; siempre
con el ejército como telón de fondo.
Honduras es un país de algo más de siete
millones de habitantes asentados en 112.000 kilómetros cuadrados, que sigue
arrasado por la huella de una prolongada colonización definida por la
sobreexplotación colonial del sector primario en que la parte del león de
agricultura, ganadería y recursos forestales, estuvo y está en manos de
multinacionales y grandes propietarios absentistas.
La propia
red de comunicaciones fue diseñada en base a los intereses mercantiles de los
amos del negocio, los acuerdos de diversificación de vías férreas
posteriores a la derrota en 1954 de la United Fruit Company, nunca se
cumplieron. En tanto que zonas amplias
del este de Honduras siguen siendo solo accesibles
por avión (y excelentes pistas ocultas de los portes del narcotráfico).
El reparto
geográfico de riquezas naturales coincide con el reparto por zonas de
influencia de las empresas y lobbys
volcados en su explotación.
La Costa
Caribeña concentra actividad pesquera y portuaria también, zonas agrícolas y la
vía conocida como Canal Seco para
transporte de mercancías desde el Atlántico al Pacífico. En el este, las
explotaciones forestales destruyen el hábitat y expulsan de la población
indígena misquita, cada vez más dispersa y aislada.
El golfo de
Fonseca, limitado al norte por El Salvador y al sur por Nicaragua, es zona muy
fértil pero también en este caso, sus cultivos están básicamente orientados a
la exportación. En el centro, Tegucigalpa centro neurálgico administrativo del
país, con un amplio entorno de
explotaciones ganaderas.
El conjunto
del territorio hondureño combina minifundios de sobrevivencia y el modelo de
agroindustria que sobreexplota suelos mediante monocultivos aquí de banana,
allá de café y un poco por todas partes palma africana. Producciones agrícolas como el café y algodón
se encuentran en regresión hace años. No es pues extraña la dependencia alimentaria
de Honduras, dependencia que no afecta a sectores minoritarios de población que
son los principales beneficiarios de la importación de alimentos, mientras
amplias mayorías derrapan hacia la pobreza y carencias de lo esencial (un 70% de población
es pobre y de ellos un 30% está hundida en la miseria).
Con más del
30% de las áreas más productivas en manos de multinacionales y terratenientes
que exportan producción y beneficios (señalemos la riqueza de la plataforma
continental marítima, buena productora de mariscos y pesca, el que el país se
mantiene como primer productor mundial de bananos y plátanos, mantiene una ganadería
más que aceptable aunque en manos de una burguesía rentista y perezosa…) la
historia moderna del pueblo hondureño es la de una población expoliada y
abandonada a su suerte.
A pesar de
intensas protestas y luchas, la historia de Honduras es la
historia de una población abandonada, rehén del poder y que ni en el pasado ni
hoy encuentra eco en la solidaridad internacionalista y menos, en las
cancillerías de países con pedigrí democrático.
Aunque los
datos de las neocolonizaciones siempre están ocultos por interés de los expropiadores de riquezas
ajenas, apuntaremos algo más que permita entender el histórico silencio que cubre el expolio de
Honduras.
A las
actividades de pequeños terratenientes –hondureños y norteamericanos- que a
fines del siglo XIX exportaban frutas hacia Estados Unidos y aprovechaban las rutas marítimas de mercantes por el
Caribe siguieron, ya durante el siglo XX , la sistemática implementación de
políticas neocoloniales mediante el incruste de compañías exportadoras. Esas
compañías se volcaron en la muy rentable
exportación de bananos, frutas tropicales, cacao y plátanos, junto a otros
productos de precios artificialmente hundidos (por ejemplo) mediante “la guerra
del café”.
Por sus responsabilidades
depredadoras, nos parecen muy reseñables compañías como: La Atlantic Fruit
Company, la Vaccaro Brothers C y Vicente D’Antoni junto a las Pizzati Brothers
C, la Cammors McConnel y la ya citada United Fruit Company (una gran empresa
madre generadora de otras subsidiarias). Todas ellas destacan por acumular un
capital incalculable mediante la explotación de los recursos y la
sobreexplotación de mano de obra…el modelo no era otro que el habitual de
apropiación de materias primas y creación de empleo en condiciones salariales de
semiesclavitud. Esas condiciones se prolongarían más tarde (años 80-90) bajo el
dictado del Ajuste Estructural.
4.- El linaje de las luchas sociales.
Retrocediendo
a los años 30-40 del pasado siglo, la historia más próxima de la resistencia
popular en Honduras remite al regreso de exiliados desde México -como Manuel
Calix Herrera y Juan Pablo Winrigth- que vinculados a la Internacional Roja regresaban
al interior de sus países como hicieron Farabundo Martí y Augusto César
Sandino. En la Honduras de los 50, un nuevo movimiento sindical y social,
protagonizaría la Gran Huelga Bananera de 1954 que derrotó a la United Fruit
Company, una victoria que forma parte de las luchas ejemplares de Centroamérica
contra las multinacionales (y que glosó el excelente trabajo musical del
cantautor Mario de Mezapa /La Huelga).
Fue años
después, a lo largo de la década de los 70, cuando se gestarían los movimientos
revolucionarios que cuajarían en los 80
(Frente Morazanista, Frente Popular de Liberación, Movimiento Popular de
Liberación Cinchonero…) como organizaciones político-militares que fueron
ejemplarizantes pero también duramente reprimidas. Toda esa agitación y despertar social también sentó las
bases del nacimiento de Unificación Democrática, vertebrada por gentes como
Rigoberto Padilla (comunista de filiación pro soviética) que pretendió superar
las “desviaciones militaristas de los Frentes”. Sin embargo, su tendencia a un
lamentable pragmatismo de visión corta, condujo a gastar el inicial capital político y claudicar
hasta llegar a mantener ambiguas posiciones –cuando no apoyo explícito- ante el
golpe de 2009 para a día de hoy, constituir apenas una fuerza residual.
Durante la
década de los 80 Honduras fue banco de pruebas de la brutal aplicación de
Planes de Ajuste Estructural diseñados por el FMI. Y a la liquidación-colapso
de lo público y precarización laboral, le fue útil el complemento legal de un
grupo de expertos españoles tutelados por Fraga Iribarne, que había diseñado la
arquitectura constitucional durante el
1981-1982 (aquellos años en que crecía como mito la “transición española”).
Se trataba
de una constitución formalmente democrática pero en absoluto garantista de los
derechos populares, y tampoco de los específicos de las minorías étnicas ni de las
mujeres… de modo que huelgas y violencia social se extendieron por el país en
rechazo a las duras políticas de ajuste aplicadas por el bipartidismo
caudillista Liberal-Nacional. Las protestas, reprimidas por el ejército,
maduraron la urgencia de condiciones de pacificación desde los Acuerdos de
Esquipulas de1988 y llevaron a la
proclamación de la Amnistía de 1991 por el Presidente Calleja.
Regresaron
exiliados y se liberó a presos políticos.
En cuanto al
panorama sindical hoy son reseñables tres centrales sindicales: La
Confederación de Trabajadores de Honduras (CTH) hegemonizada por el Partido
Nacional, la CGT de tendencia socialdemócrata y la CUTH, caracterizable como el
“sindicato hondureño rojo”. Ha sido la CUTH el pilar del Bloque Popular y estímulo
de la coordinación de indígenas, campesinos, enseñantes, estudiantes -de medias
y universitarias- y obreros.
Sin embargo,
el arraigo sindical se localiza fundamentalmente en el sector público,
situación crítica en un país fuertemente penetrado por empresas privadas
extranjeras o con capital formalmente mixto.
En el medio
rural, es muy destacable la actividad de
la red COMAL, vertebrada por Vía Campesina. COMAL integra el comercio alternativo,
la defensa de la estrategia de Soberanía Alimentaria y por tanto de Reforma
Agraria. (En Bilbao estuvieron presentes durante el reciente encuentro
internacional de Vía Campesina).
5.-Las
cinco grandes familias del capital hondureño.
En un entorno de maquilas
textiles con capital USA y surcoreano que confeccionan a bajísimo coste laboral
para grandes marcas como Nike o Adidas se asienta fundamentalmente la gran
fortuna hondureña de Mohamad Yusuf Amdani Bai, Presidente de Grupo Karim’s.
Karim’s
tiene su matriz en Pakistán; las
compañías de su consorcio operan en Estados Unidos, Honduras, México,
Guatemala, Republica Dominicana, Nicaragua y Emiratos Árabes. Durante años
Yusuf Amdani ha sido el principal financiero de las campañas de Juan Orlando
Hernández y su colaborador.
En tanto que
los otros principales oligarcas hondureños
(como Fredy Nasser, Miguel Farcusse, Alejandro Atala y Jorge Canahuati Larach)
juegan un papel esencial a veces como empresarios directos y otras como
ejecutivos de transnacionales en negocios de todo tipo.
Fredy Nasser es Presidente y propietario de “Grupo
Terra” un holding de compañías y negocios vinculados al sector energético,
concesiones y comunicaciones. Su grupo
es dueño de los aeropuertos de Honduras por los próximos 20 años. En tanto que
en el sector energético, se consolida como el dueño de Gasolineras “UNO”
Emce, Enersa, planta termoeléctrica, Río Blanco, planta
termoeléctrica, Lufussa, Petróleos de Honduras (Hondupetrol). Fredy Nasser es un magnate a nivel
centroamericano, sus inversiones se extienden por varios países.
Miguel Mauricio Facusse, es un gran empresario de la industria transformadora alimentaria
proyectada a toda Centroamérica y gran terrateniente en Honduras. Facusse es el
gran empresario del cultivo, transformación y compra venta de Palma Africana.
Responsable de extorsiones y asesinatos de campesinos y ecologistas opuestos al
cultivo, Facusse integra palma africana en su industria alimentaria volcada en
la exportación. Recientemente se detectaron pistas de aterrizaje en las
inmensas plantaciones usadas por el nacotráfico con destino al Norte (un
detallado estudio ha sido publicado por el diario.es). La palma amenaza con ser
el gran monocultivo que arrasa cualquier atisbo de soberanía alimentaria y se
apoya en incendios provocados como medio de erradicar parques naturales para
imponerlos como tierras de cultivo. El pasado julio el diario la Prensa
calificaba a la Palma como la gran
devoradora de bosques.
Alejandro Atala es el Presidente ejecutivo del Grupo
Financiero FICOHSA que es propietaria del Banco Ficohsa, Interamericana de
Seguros, Ficohsa Express, PSI, Proyectos y Servicios
Inmobiliarios, Dicorp, divisas corporativas, Fundación Ficohsa,
DIUNSA, Supermercados la colonia. Y en
el área hotelera cuenta con la inversión publico-privada mas grande
del Caribe, Indura Beach Resort.
Por
último Jorge
Canahuati Larach, que consolidó su poderío económico en el área
de las comunicaciones y es el actual
propietario y presidente de grupo OPSA La Prensa, El
Heraldo, Diez, Estilo… también con fuertes inversiones en el
sector de embotelladoras, franquicias alimenticias y farmacéuticas: Pizza
Hut, Kentucky, Embotedallora de Sula (Agua Azul, Aquafina, Pepsi, Seven
Up, Mirinda Naranja Mirinda Uva…). Larach,
financiero del golpe de 2009, cuenta con un poder económico y mediático indiscutible.
Esas
cinco familias constituyen el esqueleto nacional del gran capitalismo
hondureño. Jinetes del Apocalipsis que hacen y
deshacen en simbiosis con la oligocracia política local e internacional.
6.-El
capital español se abre paso en Honduras.
El interés de la inversión española en Honduras
viene de lejos, es bastante opaco y parece menor que el expresado por el capital español
hacia otros países del entorno. En 2016 y a raíz de la presentación en
Tegucigalpa por el exministro García Margallo del llamado “Núcleo España” que
según EFE agrupaba a “Clever, Elecnor, Empacadora Santa Inés
(Grupo Jaime Soriano), Grupo Cobra, Grupo Inclam. Inypsa, Mapfre, Novahonduras
(Grupo Pescanova), Santillana, Typsa y X-Elio…Adicionalmente, el núcleo cuenta
con el apoyo de firmas legales de reconocido prestigio como Central Law y GUFA
Law”. En primavera de 2017 y según subraya el Informe de Inversión Española en
Iberoamérica/ IE Business School, son
Construcción y Turismo las prioridades del capitalismo hispano respecto a
Honduras (nada extraño en un capitalismo acostumbrado a chapotear en las
burbujas y el blanqueo) y tampoco lo son sus excelentes relaciones con el anterior
gobierno presidido por Juan Orlando Hernández heredero del golpe de 2009 y asentado
hoy en base al fraude electoral del 26N…¡Todo en defensa del “Estado de
Provecho”! En cualquier caso, la presencia de subcontratas españolas es
evidente aunque solo consten puntas del
iceberg (como en el caso de TIGO, subcontrata de Telefónica).
7.-Entre el narco y “las ciudades
modelo”
La
izquierda hondureña denomina a su país como “la Bodega del Narco”. Desde un
amplio entorno geográfico los valles dedicados a la producción industrial de
Palma africana ocultan el aterrizaje de aviones cargados de coca desde
Colombia, Venezuela…. El 80% de la coca producida en el subcontinente pasa por
Honduras y llega a EEUU vía México. El trasiego implica la corrupta
colaboración de los tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial, junto al
militar) y está encubierto por los medios de comunicación –que reciben sus
mordidas- y respaldado por la Banca – que participa en el blanqueo y la
financiación. ¿Qué imbricaciones
directas e indirectas existen entre el Gran Capital Hondureño y el
Narcotráfico? No lo sabemos pero parece un elemento de peso a la hora de
explicar tanto el carácter de la narcodictadura que acaba de retomar la
Presidencia de la República, como la política del no sabe-no contesta de
la amplia comunidad de gobiernos
cómplices muy previsiblemente asesorados por la narco Internacional Uribista desde
Colombia.
Añadiremos
en este apunte que en la Honduras corrupta, prospera la expresión del llamado
anarcocapitalismo perpetrado por el FMI
y el BM mediante la implantación de “Ciudades Libres o Ciudades Modelo”, es decir cesiones de suelo nacional -que deja
de serlo- y al que se dota de estatuto institucional específico. Perdiendo cualquier atisbo de soberanía,
estas “ciudades” se ceden como centro de operaciones de los negocios
extranjeros, bien extendidos en todos los continentes y que según el modelo de
“Bases Militares” pasan a ser “bases de
Business”. Lo entenderemos mejor pensando en el modelo “Eurovegas” que quiso
instalar el PP en el entorno de Madrid, pero con estructura de ciudad-libre de
impuestos-y de derechos laborales.
8.-Palmerola. La base militar
estadounidense
No hay país-nudo del “amplio occidente” en que
el amo del norte deje de instalar su Base Militar. Palmerola es la base militar
estadounidense emplazada en el Centro de Honduras. Tras el cierre de la base de
Panamá por el tratado Torrijos-Carter, el amo del norte amplió la base de
Palmerola con funciones de concentración de máquinas militares, soldados y
control social. La base de Palmerola garantiza “el salto” Texas-Honduras- Colombia-Paraguay
y concreta el eslabón de intereses geoestratégicos que facilitan la presencia
del Comando Sur en labores de gendarme del subcontinente americano. El apoyo de
EEUU al poder reaccionario en Honduras, al golpe de 2009, al fraude de 2013 y
al fraude de 2016, cristaliza en la necesidad de no encontrar ninguna traba al
ente militar-colonial de Palmerola que estableció en los años 80. Aunque esa
“alianza” –como casi todo en política- podría “modificarse”, Palmerola fue
“pagada generosamente” en dólares de modo que la ayuda USA pasó de 4 millones
de dólares en 1981 a casi 75 millones en 1984. Con ella se garantizó Estados
Unidos -además del puente desde Texas a Paraguay- un centro de aplastamiento de las subversiones
regionales y el control de la vida política de Honduras.
Desde
entonces, el interés geoestratégico
estadounidense sobre el enclave de Palmerola prima sobre otros intereses
económicos que pudieron tener más importancia en el pasado.
9.- En Honduras las políticas institucionales
progresistas tienen un terrible coste
Y ese
coste, en la República de Honduras, fue el Golpe de 2009. Un golpe que
destituyó al presidente Zelaya, tomó represalias contra su gobierno, suspendió
las libertades, practicó todas las detenciones que consideró oportunas, generó
una ola de exiliados políticos y abundó en asesinatos como política de
amedrentamiento; instituyó el estado de
excepción-sitio, apoyado en la militarización de la vida pública.
Manuel
Zelaya de origen familiar vasco, fue díscolo
hijo de la burguesía acomodada que formó parte el Partido Liberal hasta
el año 2011; había ganado las elecciones presidenciales en 2005 alineado con el
ala izquierda del Partido Liberal (el Movimiento Azconista) y fue elegido
presidente en 2006. Durante el primer año de mandato enfrentó algunas protestas
sociales -quizá justificadas, pero animadas y rentabilizadas por los sectores
más conservadores del país-. Condonada en 2007 la deuda externa hondureña (unos
1.400 millones de dólares) por el Banco Interamericano de Desarrollo, Zelaya
impulsó políticas progresistas y aproximaciones al socialismo latinoamericano
que no agradaron al Amo del Norte. Si ya en 2007 inició la protección del ecosistema de Río Plátano en territorio
de los indígenas misquitos, sus aumentos del salario mínimo (en 2007 un 11% y de
nuevo en 2008, acercándolo a 280 dólares /usa) sus afinidades con Venezuela y
el socialismo latinoamericano además de sus acuerdos para la adquisición de combustibles a
Petrocaribe- Venezuela (a crédito y bajo interés) trajeron a Zelaya la simpatía popular de los más pero el odio del capital hondureño; odio que
incrementó la decisión de incorporar Honduras al ALBA –Alianza Bolivariana de
los Pueblos de América- y la ubicación en San Pedro de Sula del encuentro internacional en junio de 2009.
Fue
la voluntad de cambiar la Constitución de 1981 “modelada” por agentes de Fraga
Iribarne, (decíamos en 2/III) el desencadenante del golpe
militar-institucional. El Presidente Zelaya y su gobierno plantearon un
Referéndum para conocer la opinión popular sobre la pertinencia o no de derogar
la Constitución de 1981 y convocar un auténtico Proceso Constituyente. Y fue
esa decisión la que generó un conflicto con el conjunto de poderes fácticos
hondureños y estadounidenses.
Zelaya
entró en inmediato conflicto con la cúpula militar y la Corte Suprema. El
general Vázquez se negó a cumplir su papel y difundir las papeletas de la
consulta. Fue por ello destituido pero se invistió de fuerza militar, se replegó
aparentemente y en la madrugada del 28 de junio de 2009, uno de sus comandos secuestró
al presidente Zelaya en su residencia a punta de fusil y le trasladó en medio
de atropellos de todo tipo a la base militar de Hernán Costa desde donde fue
deportado.
Con
todo “atado y bien atado” se declaró de inmediato el estado de excepción (o
mejor dicho de sitio) se iniciaron las detenciones, se suspendieron libertades
y derechos, se cerraron medios de comunicación, radios y televisión, se cortó
la electricidad, se cancelaron las líneas de autobuses públicos y Tegucigalpa y
otras ciudades importantes fueron inundadas por los tanques. Al control militar
acompañó la entronización de R. Micheletti como nuevo presidente en tránsito y a pesar de las protestas sociales en
Honduras y del rechazo al golpe desde Venezuela, Nicaragua, Cuba Argentina,
Chile, Perú, Ecuador…y también desde el gobierno Zapatero-reino de España…y a
pesar de los requerimientos de la OEA y la ONU para que la Presidencia
ilegalmente usurpada fuera reintegrada a Zelaya, se impuso la acusación de “delitos
de traición a la Patria” certificada formalmente por la Corte Suprema de
Justicia y se validó el Golpe. Solo la presión de Venezuela restituyó a Zelaya
el derecho al retorno -en 2011- y su posterior reincorporación a la vida
política (diputado en el congreso desde 2014, por Olancho).
A
partir de entonces la tradición del fraude iba a convertirse en hábito en
Honduras. La Elecciones de 2013 contaron ya con un nuevo partido Político
fundado por Zelaya y otros colectivos políticos incluídos los herederos del
Frente de Resistencia al Golpe. El nuevo Partido nominado Libertad y
Refundación, se delimitaba radicalmente del Partido Liberal e iba a pugnar por
romper la alternancia entre Partido Liberal y Partido Nacional presentando a
Xiomara Castro (esposa de Manuel Zelaya) como cabeza de lista en las elecciones
de 2013. Pero el golpe de 2009 ya había
disciplinado NUEVAS lealtades, al tiempo que agigantaba los peligros supuestos
del “enemigo bolivariano”; de modo que en España se daría por bueno el resultado:
“Honduras votó por la continuidad. Con el
54,47% de los votos escrutados el vencedor Juan Orlando Hernández (Partido
Nacional) logró el 34'2% de los votos, Xiomara Castro (Libre) el 28'6%,
Mauricio Villeda (Partido Liberal) el 21% y Salvador Nasralla (Partido
Anticorrupción) el 15%. Se registró además una participación récord del 61%
frente al 49'9% que votó en 2009 tras el golpe de estado. La embajadora de
Estados Unidos en Honduras Lisa Kubiske, dio por buenas las elecciones y habló
de un proceso "transparente", incluso habló de una "fiesta"
democrática”... Escribió entonces
EL MUNDO.
Y
todo ello, a pesar de que a “los malabaristas de la estadística” les debiera
constar que tras el golpe de 2009 el promedio anual del PIB hondureño pasó de
un 5,7% a un 3.5%, que la desigualdad aumentó enormemente, la tasa de pobreza
extrema se disparó hasta un 26.5% y que la reducción de gasto en educación y
salud siguió las órdenes neoliberales al uso. (¿O quizá, precisamente por eso, se decretó de “Honduras
iba… ¡pero que muy bien!” y se camufló
el fraude electoral que robó el éxito a Libre?). A partir de entonces el
Partido Nacional y el Presidente JOH se consolidarían como “los capos del
chiringuito”.
10.- 2016 el asesinato de Berta. Un aviso a navegantes
Las
protestas internacionalistas se apagaron tras el momento de las denuncias del
fraude electoral de 2013 y hubo que esperar a la trágica noticia del asesinato
de Berta Cáceres, el 3 de marzo de 2016, para que los ojos volviera a mirar
a Honduras. Berta, coordinadora del
Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, pagó con la
vida su combate en defensa de la dignidad de los pueblos indígenas y por la
paralización de la expropiación de las aguas del río Gualcarque a las
comunidades lencas. El COPINH –su organización- llevaba años enfrentándose al
gobierno de Juan Orlando Hernández y a sus concesiones
(permisos de explotación de recursos comunes concedidos a transnacionales).
Concesiones que enajenaban riquezas madereras, mineras, fluviales…y las
represas hidroeléctricas y que borraban del mapa existencial-indígena el río
Gualcarque. La aceleración a partir del 2009 del desvío de ríos –so pretexto
ideológico de “progreso”- genera el
empobrecimiento de comunidades víctimas de la exclusión por la liquidación de
fauna, flora y selva en que basan sus condiciones de vida…y algo difícilmente soportable además, por
razones culturales-religiosas por las gentes “hijas de la tierra, del agua y el
maíz”. Finalmente, el 3 de marzo de 2016 Berta Cáceres caería tiroteada en su
casa por fuerzas paramilitares asesoradas por fuerzas de seguridad del estado
contratados por ejecutivos de Desarrollos Energéticos S.A. (DESA) de la familia
Atala, propietaria de la empresa FICOHSA ocupada en la construcción de la
hidroeléctrica Agua Zarca.
A
Berta, que había denunciado las amenazas de muerte de que era objeto, no le
garantizó protección el Estado hondureño y a pesar de que hubo documentado
informe, señalización de responsables y exigencia popular de acabar con la
impunidad de los inductores intelectuales del crimen, el juicio reciente está
lejos de cumplir plenamente con las exigencias de Verdad, Justicia y
Reparación. Y eso no es extraño en un territorio gobernado por una
narcodictadura en que durante, los años 2016 y 2017, fueron asesinados al menos 437 militantes
campesinos, ecologistas, ambientalistas y defensores de los derechos humanos.
(Como ocuparía páginas el abordar en detalle el asunto de los asesinatos
cometidos por el poder desde el golpe de 2009, remitimos al informe de http://www.casa-alianza.org.hn/,
una organización de acogida a menores víctima de violencia, que registra hasta
24.000 ejecuciones extrajudiciales en
los últimos 8 años. Recomendable también la visita a http://www.clibrehonduras.com/).
También
entonces, en la España de 2016, hubo algunos homenajes, alguna manifestación y
ciclos de conferencias, noticias de prensa y algo más. Sin embargo, el hilo
solidario no llegó a mantenerse tenso hasta el nuevo atropello a las libertades
y derechos cometido en Honduras durante las elecciones del pasado 26 de noviembre.
A
pesar del escándalo perpetrado por el Tribunal Supremo Electoral hondureño, sus
confusas peripecias retrasando varias semanas la proclamación de resultados y
la extraordinaria movilización popular en todo el país que ha sacudido la
podredumbre del poder, Honduras apenas logró presencia en los diarios españoles
ni en los canales de TV.
¿Complicidad?
Desde luego, complicidad internacional con el poder.
René Amador Padilla exiliado en España
desde 2009 fue fundador del Frente de Resistencia al Golpe. Sindicalista entonces
de la CUTH hoy participa en las redes de solidaridad con Honduras.
Acacio Puig internacionalista,
forma parte del grupo Afinidades Anticapitalistas.
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