miércoles, 4 de enero de 2017

¿Que el no a la guerra favorece al terrorismo?

Manuel Corbera,  miembro de LIBRES y de PASAJE SEGURO


La última campaña de Alepo, iniciada el 15 de noviembre y que parece ser el asalto final a los ba-rrios rebeldes del Este, ha tenido en occidente dos consecuencias (evidentemente muy poco serias en comparación con lo que acontece en Siria).
La primera, que ha actuado como desencadenante de una respuesta visible, por primera vez, contra la guerra. La segunda -en clara oposición a la prime-ra-, una campaña a nivel internacional contra dicha movilización y, más allá de ella, de denuncia a occidente por su manipulación informativa y en defensa de Bashar al Assad y Putin, héroes que combaten el terrorismo islamista.
No se trata, en este caso, de respuestas aisladas, sino de una campaña bien orquestada, de un nuevo frente de la guerra abierto fuera del escenario bélico: en España, Francia, Reino Unido, incluso Argentina; un frente ideológico que sorprendentemente defienden los viejos aparatos comunistas.


No se trata, en este caso, de respuestas aisladas, sino de una campaña bien orquestada, de un nuevo frente de la guerra abierto fuera del escenario bélico: en España, Francia, Reino Unido, incluso Argentina; un frente ideológico que sorprendentemente defienden los viejos aparatos comunistas.

Guerra en Siria.
El debate, si no fuera porque el objeto del mismo es terrible, no deja de ser interesante. Los defensores de al Assad-Putin-Irán nos acusan a quienes protestamos contra la guerra de quedarnos en un análisis simplista, que no comprende los entresijos de la estrategia imperialista llena de intrigas y manipulaciones. Y como no lo entendemos les hacemos el juego y nos convertimos, directamente, en aliados del terrorismo. Por su parte ellos no parecen darse cuenta de la simplicidad de su análisis y su discurso, según el cual solamente hay dos bandos: los que defienden el terrorismo islamista y los que lo combaten.
Su razonamiento se tiñe además de tintes de guerra fría: el terrorismo ha sido creado y alimentado por el imperialismo y la OTAN, mientras está siendo combatido por el antiimperialista y antisionista Bashar al Assad y el camarada Putin. Buenos y malos, si estás contra unos tienes que defender a los otros.
Según su versión en el interior de Siria sólo existen los leales a al Assad y los terroristas a combatir. No existen “rebeldes moderados”. En LaRepública.es del 17 de diciembre Lola Soria nos informa de que “esos “rebeldes moderados” a los que lloran y que tanta preocupación suscita su salida de Alepo, son los mismos que llenaron Madrid de terror y horror aquel 11 de marzo de 2004 o Londres el 7 de Julio del 2005 o París o Niza. Terroristas en Europa, “rebeldes” en Siria” .
Los cascos blancos que se juegan la vida cada día para rescatar personas de entre los escombros producidos por los bombardeos, como fueron financiados por occidente son terroristas disfrazados de humanitarios. Por eso la aviación rusa utiliza contra ellos -con toda legitimidad- esa inteligente táctica de los do-bles bombardeos, es decir, bombardear, esperar a que acudan los cascos blancos al rescate (lo que supone ya reconocer que cumplen con esa función) y volver a atacar para acabar con ellos. Los terroristas utilizan también los hospitales y escuelas para parapetarse, por eso está bien con-vertirlos en objetivo de los bombardeos.
La pregunta que no parecen hacerse nunca es ¿dónde está la población civil siria? ¿son acaso los 7 millones de desplazados terroristas, como parece deducirse del hecho de haber convertido sus campamentos en objetivos frecuentes de los bombardeos?

LAS MANIPULACIONES

Claro que todo esto puede ser falso, nos dicen, porque Occidente manipula la información y nos llena de mentiras. Admitamos este extremo. Uno es demasiado mayor ya para saber que tal manipulación puede existir.
Ahora bien, ¿mienten también organizaciones internacionales de reconocida independencia como Médicos sin Fronteras, Amnistía Internacional, Human Right Watch, para no citar a Cruz Roja, Media Luna Roja o la ONU?. Miente -y es terrorista- el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos? ¿Mienten los refugiados que desde su exilio cuentan las atrocidades sufridas tanto por el ejército de al Assad como por el Daesh? ¿Son esos refugiados sospechosos de terro-rismo como nos quieren hacer creer los gobiernos occidentales que les niegan la entrada?
Supongamos que la respuesta a todas esas preguntas es afirmativa, que todos están implicados en una monstruosa trama de engaño orquestada por la OTAN. La pregunta es ¿cuáles son las fuentes de la verdad? ¿de dónde procede la información que resulta ser la única verdadera?¿por qué esa información no puede estar también manipulada?
Si se nos muestra un vídeo que parece ser un montaje en el que los cascos blancos simulan un rescate, ¿por qué hemos de creer que es una manipulación de occidente y no del régimen y sus aliados interesados en destruir el prestigio que se han ganado?
Cuando una periodista canadiense o una monjita aparecen en vídeos “desmontando en un minuto” las mentiras de Occidente, cuando se nos cuenta que 10 militares de la OTAN han sido detenidos por el ejército de al Assad en un búnker de Al-Nusra, ¿de verdad que debemos pensar que no son montajes del régimen y de Rusia?. ¿Por qué? ¿Acaso es porque son mejores, porque son más de izquierdas, más antiimperialistas?
Recordemos que el régimen de Basher al Assad estuvo a punto de caer cuando cientos de miles de sirios pidieron pacíficamente que se fuera, siguiendo el ejemplo de las primaveras árabes. Sí, ya sabemos que según la versión que manejan nuestros amigos, fue la CIA quien promovió estas primaveras. ¡Ya nos gustaría a algunos activistas saber como hace la CIA para conseguir movilizar a millones de personas contra cualquier régimen, incluso contra aquellos a los se les supone una gran bondad!

LA SITUACIÓN POLÍTICA EN SIRIA

Lo cierto es que el régimen de al Assad, aparte de una de las dictaduras más tiránicas, venía siendo un alumno aventajado de las prácticas neoliberales, y que la gente cuando salió a la calle gritaba “pan y libertad”. Es un mito eso de que en la Siria anterior a la guerra se vivía muy bien y que no había pobres. Y lo cierto también es que al inicio de la guerra al Assad liberó a 1.500 yihadistas de sus prisiones, que sirvieron luego para justificar su sangrienta represión y guerra contra los rebeldes como guerra contra el terrorismo.
Y que decir de Putin, de la Rusia postsoviética de Putin, marcada por una transición en la que la acumulación de capital se ha producido por saqueo y desmantelamiento de lo público y lo común, en la que el sistema de desigualdad ha alcanzado cotas monstruosas. No vale contestar ¡y Occidente más! , porque lo que parece que se está tratando de demostrar es que Putin es mejor, un auténtico adalid del antiimperialismo.

EL PAPEL DE OCCIDENTE

Si EE.UU. tiene intereses en Oriente Medio y quiere la desestabilización de la región (lo que no tengo problema en admitir), la Rusia de Putin por supuesto los tiene también. De hecho Siria constituye una pieza geopolítica clave para ella, ya que supone su salida directa al Mediterráneo y el lugar en que se asienta su única base militar en este mar.
Por tanto, la cuestión es ¿cuando se denuncia la intervención norteamericana en Oriente Medio, por qué no se denuncia también el apoyo militar mucho más decidido (carros de combate, aviación, etc.) de este otro imperialismo?
Hablemos, por otro lado, de Occidente y su participación en el conflicto. Es, en mi opinión, totalmente cierto que el mercado de armas occidental (sin olvidar a España) con Arabia Saudí y otros países del golfo como Qatar acaba proporcionando armas al Daesh, además de ser éstas utilizadas en otras guerras como la de Yemen.
Pero también parece serlo el que desde hace ya bastante tiempo el apoyo directo occidental a la oposición se encuentra bastante limitado. El problema de EE.UU. ha sido el de no fiarse de la resistencia, y no precisamente de la yihadista sino de la oposi-ción que al principio se concentró en el Ejército Libre Sirio. De hecho la ayuda militar que les proporcionó rayó el ridículo, llenándoles de lentes de visión nocturna y otros artilugios poco útiles mien-tras les negaba el armamento antiaéreo que necesitaban.
¿Alguien tiene noticias de que algún avión ruso, de los que han efectuado más de 2.000 bombardeos desde el 15 de noviembre en Alepo Este, haya sido derribado?¿Cuántos a lo largo de toda la guerra? La impunidad con la que la aviación rusa hace los bombardeos o el régimen lanza los barriles incendiarios desde los helicópteros, es absoluta. Nadie los detiene ni puede detenerlos con el armamento con el que cuentan.
Este apoyo timorato a la oposición por parte de EE.UU. se explica, sin duda, por el miedo que Occidente manifiesta siempre a situaciones incontroladas de rebelión social. Por eso ha preferido un perfil bajo de apoyo, una ayuda de baja intensidad. Incluso cuando Bashar al Assad cruzó la línea roja que había marcado Obama y utilizó armas químicas contra su pueblo en los alrededores de Damasco, EE.UU, lejos de intervenir directamente en el conflicto como había amenazado, aceptó, por mediación de Rusia, unas explicaciones bastante poco claras que tenían por objeto sembrar la duda sobre si había sido el régimen o el Daesh el responsable, y se conformó con una promesa de destrucción del arsenal químico del régimen.
A día de hoy, con la llegada de Trump a la casa blanca y de François Fillon a la candidatura a la presidencia francesa, el acercamiento de Occidente a Putin parece inminente. De hecho la masacre de Alepo ha sido bien poco protestada desde los gobiernos occidentales, y ha demostrado una vez más la inutilidad de las instituciones internacionales.
Cuando la ONU ha propuesto mandar observadores para garantizar la evacuación de Alepo, Rusia se ha negado con razones absurdas, alegando que no iban a estar bien preparados para la misión. Todo parece un macabro y trágico esperpento protagonizado por actores terribles que aplastan sin ningún pudor a una población indefensa y extenuada, mientras los espectadores miran (¡miramos!) hacia otro lado.
Todo puede ser puesto en duda, por supuesto. Pero si admitimos que los montajes informativos pueden proceder por igual de ambos lados, deberíamos también recordar que la izquierda se identifica -o al menos tendría que identificarse- con una ética bien definida que ante la duda defiende siempre el derecho y la vida de los más débiles, de los que sufren la represión y los ataques de los más poderosos. Por eso deberíamos aplicar siempre el principio de prevención.
La duda de si un hospital, una escuela, un campo de desplazados alberga a terroristas camuflados no puede servir de excusa para arrasarlo a sangre y fuego, para bombardearlo indiscriminadamente a sabiendas de que allí hay personas inocentes, mujeres y niños. Eso es un crimen de lesa humanidad se mire como se mire. Su justificación es inadmisible.
Por eso, además de no entender la posición de esa parte de vieja izquierda empeñada en justificarlo (para decir no a la OTAN no es necesaria esa justificación), echo también en falta una posición clara y expresa del resto de la izquierda (desde Izquierda Unida a Podemos) de condena a la masacre de Alepo, de rechazo a la guerra, a los crí-menes de guerra y de lesa humanidad que se están cometiendo desde ambos lados: el régimen y sus aliados por una parte y los yihadistas por la otra.
Aunque algunas lo crean, la neutralidad en este nuevo frente ideológico no es recomendable y podría pasar factura: o aplicamos el principio de prevención o justificamos las masacres de la población civil en aras de una pronta victoria de los “antiimperialistas”. Como siempre, la historia juzgará.
21 de diciembre de 2016


1 comentario:

  1. La información -desde siempre- ha sido una herramienta de dominio y cuando es preciso, de guerra…lo denunciaba bien Chomsky cuando la asimilaba a “una bomba atómica para cada cerebro”. Por mucha información alternativa (lo que años ha llamábamos contra información) de que dispongamos, la concentración de fuentes en grandes monopolios es bien conocida y estudiada (incluso por “los expertos” que lo denuncian pero toman partido por consideraciones geoestratégicas). Las manifestaciones evidentes de la falsificación -a escala más contrastable de cada estado-nación- deberían habernos infundido la adecuada dosis de incredulidad y escepticismo y conducirnos a priorizar “la política” es decir, las ideas políticas contrastadas en la piedra de toque de la emancipación social. Lo que apunta a la emancipación es verdad y lo que apunta en sentido contrario…es mentira.
    Lo que confirma la soledad del socialismo revolucionario y desconfianza por principio en los “enemigos de nuestros enemigos”…porque son también nuestros enemigos.
    Seguirán llenándose páginas “en contra de” y “en defensa de”… Pura retórica inofensiva porque mientras tanto, los señores de la guerra del este y del oeste, del norte y el sur, seguirán hozando entre destrucción y conquista al tiempo que emiten noticias y refinan las pruebas falsas al servicio de sus canallas intereses.


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