EL VALLE DE SUS CAÍDOS, Acacio
Puig*
Durante
décadas el Valle lo ha sido de “los caídos por Dios y Por España”, el agresivo y
provocador lema repetido obsesivamente por la dictadura en sus celebraciones,
placas, monolitos y fachadas de iglesias.
Pero desde
el período de gobierno socialdemócrata de Zapatero y fundamentalmente hoy, con
el de Pedro Sánchez, resurge en el ámbito institucional, mediático (y quizá
memorialista) la enquistada polémica con el poder que durante años han
mantenido -casi en solitario- amplios sectores del Movimiento por la Verdad, la
Justicia y la Reparación.
¿Resignificación
como Valle de la Memoria o Voladura de un gigantesco Monumento en el que no se
reconocieron nunca los vencidos de 1939, ni “Nosotras que perdimos la paz”**…
ni tampoco las sucesivas generaciones de combatientes antifranquistas?
Esa es hoy
la disyuntiva: Resignificación o Demolición.
Una herida que sangra desde 1940
Si el 1 de
abril de 1939 el dictador proclamaba aquel trágico “cautivo y desarmado el
ejército rojo…” un año después Franco firmaba el decreto fundacional de un
monumento faraónico para honrar a los caídos durante “la gloriosa cruzada”
monumento que le serviría de fastuosa tumba.
El enorme
Memorial franquista, que pronto alojó los restos del fundador de la falange (Primo
de Rivera) se daría por concluido en 1958 e inaugurado el 1 de abril de 1959.
Dieciocho
años pues de obras, dirigidas por el arquitecto Pedro Muguruza (auxiliado por
Diego Méndez) en las que se acoplaron las esculturas de Juan de Ávalos (y algún
otro) y se ubicó la Abadía benedictina de La Santa Cruz del Valle -que incluye
hospedería y basílica.
La Abadía
benedictina gestiona desde entonces el Memorial y la financiación corre a cargo
de los Presupuestos Generales, aunque “pasan” por el consejo de administración
de Patrimonio Nacional.
El conjunto
reposa a la sombra de 150 metros de gigantesca cruz.
La empresa
constructora fue Huarte y la fuerza de trabajo que se adjudicó la constituyeron
penados republicanos en régimen de trabajo esclavo.
El
franquismo, para dar cobertura legal a esa durísima explotación creó en 1938 El
Patronato de Redención de Penas por el Trabajo. En 1939 disponía ya de un contingente
de obreros forzosos constituido por casi medio millón de personas que
encuadradas en obras públicas de todo calibre fueron asentadas en régimen de Campos de Concentración para llevarlas a cabo,
como bien señala el militante de CGT
Cecilio Gordillo, factotum destacado de la memoria sureña del Canal de Presos.
Cuando
Gutiérrez Molina -director del proyecto “Todos los nombres” y autor de Franquismo y trabajo esclavo una deuda
pendiente, caracteriza a los prisioneros republicanos como el botín de
guerra de la trama golpista (la trama militar, fascista, empresarial, financiera
y religiosa) pone el dedo en la llaga de los derechos de Reparación que
escamotean -al no asumir sus deberes- empresas en este caso como Huarte y
tantas otras que se beneficiaron de aquella fuerza de trabajo gratuita. De modo
que los cimientos del modelo capitalista español a partir de 1939, no son
ajenos al siniestro “EL TRABAJO OS HARÁ LIBRES” con que encabezaban los nazis
los portones de los Lager.
Para mayor
gloria del dictador, su monstruoso mausoleo en Cuelgamuros se completó con el
acopio de restos de miles de combatientes muertos durante la guerra. El melifluo
carnicero buscaba la compañía eterna de los restos de sus subordinados y de sus
enemigos.
El número de
sepultados es incierto y aunque es pública la cifra de unos 35.000 restos humanos,
dado su amontonamiento y deterioro, su cuantía será ya para siempre
indescifrable y de imposible identificación. Se comprueba
frecuentemente que durante nuevas exhumaciones de fosas comunes -y faltan
muchas por localizar y exhumar- que algunas de esas tumbas-cunetas (últimamente
en Huesca) ya habían sido vaciadas de restos, ciertamente sin conocimiento ni
permiso de familiares e incluso abandonando en ellas (por la premura “patriótica”
de contribuir al relleno de las necrópolis del Valle) cráneos y huesos…
destrozos que ilustran la rapiña sin escrúpulos del Antiguo Régimen.
La carga simbólica del Valle
Sesenta años
después de la conclusión de obras, Cuelgamuros simboliza mucho más que el
Mausoleo del dictador.
El Valle es
el emblema de la dictadura militar fascista, del depredador capitalismo que la
acompañó, del nacional catolicismo, y de la barbarie generalizada que se
desplegó contra los pueblos y las gentes.
También es símbolo de la raquítica democracia instituida
por la constitución de 1978 y la Ley de Amnistía-Punto final que la precedió.
Tras 40 años
de Régimen del 78, el Valle de los Caídos constituye una ignominia que endosan
en su haber la mayoría de las llamadas fuerzas vivas de España:
En el caso
de las que han gobernado este país, las soflamas del PP “no abrir viejas
heridas” -ó “conciliación y libertad” de
Casado- se alternan con la indiferencia timorata de todos los gobiernos
socialdemócratas y su muy tardía y discutible “Resignificación”, solicitando
educadamente a los fascistas entierren a sus dirigentes en lugar más discreto.
También una
ignominia que endosan en su haber Huarte y la larguísima lista de empresas que
explotaron trabajo esclavo y los grandes bancos que las financiaron.
Es obligado
emplazar aquí a la iglesia católica, que instalada en la Abadía y arropada por
la cruz, ha perpetuado desde Cuelgamuros el símbolo de una sangrienta cruzada
bendecida por el nacional catolicismo contra rojos y masones, el Valle es la
denuncia de su falta de honestidad y su hipocresía al servicio del postor más
fuerte.
Y desde
luego, el Valle es un estigma que revela los ocultamientos habituales de la cultura de derechas, la vinculación
golpista del arquitecto Muguruza (la
Dirección General de Arquitectura fue el
primer pago de sus servicios) que hizo gala de una exhibición de conservadurismo estético de raíces
corporativo-fascistas, durante toda su vida.
También la
del propio escultor estrella, Juan de Ávalos –supuesto militante del PSOE
durante su primera juventud en Mérida- un hombre que aunó en el Valle la hueca
grandiosidad fascistizante y las chapuzas técnicas analizadas por el geólogo
Juan García-Guinea que explica porqué “
sus esculturas se caen a pedazos” …y constituyen un gasto suplementario además
de un peligro grave para el turismo visitante.
Condiciones tan maduras…que empiezan a pudrirse
La política
memorialista de Resignificación –incluso en su versión más a la izquierda- no
solo llega muy tarde, sino que amenaza con cerrar en falso el capítulo de las
exigencias de Justicia y Reparación…ya que la Verdad del Valle la conocemos
sobradamente.
Se propone
resignificar en circunstancias en que España no solo no ha ajustado cuentas con
su pasado militar-fascista histórico ni con el bonapartismo franquista que
cohesionó las clases y poderes dominantes durante el franquismo tardío, sino en
un contexto europeo de surgimiento de una nueva extrema derecha y de partidos
neofascistas.
Bajo el
pretexto de un pragmatismo supuestamente acorde con las circunstancias
políticas, se pretende homologar Cuelgamuros con los Lugares de Memoria
Antifascista conquistados en Europa después de concluir la Segunda Guerra
Mundial, algunos incluso muy laboriosamente, como el de Ebensee, en Austria.
Sin embargo,
poco tienen que ver Auschwitz o Mauthausen con el Valle de los caídos.
En Auschwitz
y Mauthausen podían y debían conservarse espacios de sufrimiento y exterminio,
como barracones de prisioneros, hornos crematorios, fosas comunes, alambradas…y
también dependencias de los exterminadores. Espacios recuperables para insertar
museografía y desarrollar una adecuada pedagogía de la memoria.
Sin embargo,
¿qué recuperar en el Valle además de las fosas comunes donde reposan restos de
miles de combatientes durante la guerra de España?
Porque no
basta con sacar los restos de Franco y Rivera de allí.
Toda la
arquitectura y escultura, no solo suponen un enorme gasto público anual en
reparaciones y mantenimiento que podría venir superando el millón de euros
anuales, sino que además resultan espacios y esculturas sin más valor
intrínseco y funcionalidad que la que les dio la dictadura.
Son en sí
mismos una glosa espacial y volumétrica de valores conservadores, autoritarios,
represivos…que además, “se caen a pedazos”.
Da que
pensar que arquitecturas emblemáticas como la Cárcel de Carabanchel en Madrid
–lugar de residencia forzosa de tantos y tantos antifranquistas durante décadas-
fuesen demolidos por decisión y componenda entre el PP de Gallardón y el PSOE
de Rubalcaba, pero que constituya un
problema grave el ¿qué hacer? con el Valle de los Caídos.
En el Valle
sobran Cruz, Edificio, Basílica y Esculturas y solo son preservables los
columbarios que, además, no son fáciles de exhumar a estas alturas de la
historia.
Respecto al
Valle faltan voluntad política y coraje y sobra miedo a la reacción de las
fuerzas neofranquistas y la crecida caverna mediática y por eso se buscan
soluciones que no lo serán, falsas soluciones que cerrarán en falso el problema
de rescatar Verdad, Justicia y Reparación.
Las falsas
soluciones cerrarán el problema tan en falso como la Constitución del 78 cerró
la “ruptura” con el franquismo instaurando la roída cultura de la transición
(CT) la cultura consensual que no
resuelve contradicciones sino que las camufla.
Pero el
pasado acaba volviendo y nos tememos que de imponerse la muy moderada
“Resignificación del Valle de los Caídos”, el pasado volverá pero solo como una
nueva Farsa.
Una farsa
que sin Demolición de todo lo que sobra y constituye la esencia del Mausoleo,
resultará además ambigua, “olvidadiza”, mediocre, cara y vinculada a la
siniestra opción en bancarrota objetiva del atajo “al punto final”.
*Acacio Puig fue preso del franquismo y es militante memorialista. Coautor del capítulo la LCR en las cárceles franquistas, inserto en el libro Historia de la LCR (editado en 2014 por Viento Sur y la Oveja
Roja).
** Nosotras que perdimos la paz,
es el excelente libro memorialista de Llum Quiñonero
Este artículo está "viajando" también a través de Viento Sur, Afinidades Anticapitalistas y Loquesomos, burgosdijital y el blog del colectivo anticapitalista de Burgos y creo que es útil frente a reduccionismos sobre el futuro del Valle.
ResponderEliminarEn Madrid se aborda el previsto enterramiento del dictador en La Almudena y el martes hay convocada Plataforma de organizaciones memorialistas (abierta a partidos y sindicatos) para organizar el rechazo social del enterramiento de Franco en un espacio eclesiástico sí... pero público y por tanto "conmemorativo".
Como dice el memorialismo antifranquista en Francia, en este nuestro país urge EXHUMAR la dictadura franquista que permanece tan mal enterrada que resurge por todas partes.
Exhumarla para ENTERRARLA definitivamente mediante una estricta operación de limpieza y saneamiento.
Buena falta hace.