La
lucha en imágenes: Arde Paris
Mariano
G. Hernández
El anuncio del gobierno
francés de nuevas subidas en los carburantes, así como la exigencia de que se
rebaje el impuesto ecológico a los mismos ha desatado una ola de protestas y de
manifestaciones por todo el país protagonizadas por el movimiento de l@s
chalecos amarillos.
El movimiento de l@s
chalecos amarillos (gilets jaunes) arrancó a través de las redes sociales, con
una consigna inicial que animaba a realizar una protesta simbólica que
consistía en llevar el chaleco reflectante amarillo visible en los coches, pero
este llamamiento fue cogiendo fuerza
hasta llegar al 17 de noviembre, fecha prevista para una gran movilización con
la intención de paralizar el país.
La movilización continuó durante 5 días en
los que se bloqueó más de 200 puntos de carreteras y en la que participaron
cerca de 300.000 personas.
La composición de este
movimiento es muy heterogénea y diversa. No tiene el organigrama clásico de
organizaciones sociales, ya que sus portavoces, son los de cada lugar y sin
contacto y organización entre ell@s. Además no tienen relación con las
movilizaciones de la primavera pasada, las que fueron convocadas por
organizaciones de izquierda en las que se luchaba contra las medidas de
austeridad y privatización del gobierno de Macron.
Este movimiento emerge en un
momento en el que el sentimiento de injusticia es particularmente fuerte y las
reivindicaciones han ido aumentando, pues aparte de la protesta contra la
subida de los carburantes, hay quienes reclaman que se restablezca un impuesto
a l@s más ric@s, aumento del poder adquisitivo y l@s hay que piden la renuncia
de Macron, esta variedad de pretensiones se debe a su diversidad y falta de
conexión y homogeneidad en el movimiento de l@s chalecos amarillos.
La procedencia de este
movimiento también es muy diversa pues está compuesto por obrer@s, empled@s
precari@s, campesinos de zonas rurales o ciudades de tamaño mediano y de la
periferias de las grandes ciudades (barrios dormitorios), y que son los más
perjudicados por la liberación y la reforma del transporte público. Por otra
parte, las zonas más fuertes del estas luchas son donde Marie Le Pen ha tenido
mayor crecimiento, si bien, el Frente Nacional (ahora Agrupación Nacional) no
ha tenido un espacio visible y
participativo.
Las propuestas de Macron del
pasado 10 de diciembre, pueden llevar a una división en el movimiento de l@s
chalecos amarillos, entre quienes verán satisfechas sus reivindicaciones y
quienes seguirán luchando por entender que solo sirven para lavar la son imagen del presidente francés, se lo que
sea, Je suis aussi un gilet Jaune!
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