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jueves, 4 de octubre de 2018

ARTE, ANARKÍA IN THE URSS, Antonio Pérez

Lo que no te contaron en el centenario de la Revolución de 1917,  Antonio Pérez

Noche del 11 al 12 de abril de 1918: la policía política de los bolcheviques entra a sangre y fuego en los centros anarquistas que resisten y prosperan en Rusia y países aledaños. Se calcula que la razzia causa 40 muertos y 500 heridos -¿sólo en Moscú?-. Stalin, entonces Comisario de Asuntos Nacionales (ministro del Interior), cosecha los frutos de la matanza para resumir la línea política que ha de seguir la futura URSS con una frase propia de la antología del absurdo: “al centralismo vía el federalismo”.

En la Rusia de 1918, ¿cuánta fuerza tenían los anarquistas? Pregunta difícil que cada cual responderá según sus criterios sobre élites/masa, ciudades/campo, militantes/simpatizantes, activistas/seguidores, etc. Los datos de filiación partidista sirven de poco y, en el caso anarquista, de menos aún. Pero disponemos de alguna estimación objetiva: en un país analfabeto y rural como eran aquellas Rusias, las publicaciones abiertamente anarquistas no eran desdeñables.
Por ejemplo, en Petrogrado, se publicaban Golos Truda (La Voz del Pueblo, anarcosindicalista) y el diario Burevestnik y en Moscú el semi-diario Anarkía [1], tirando las tres alrededor de 25.000 ejemplares c/u  [2] .
En cuanto al panorama bélico, en 1918 Rusia peleaba en una I Guerra Mundial que estaba en las últimas. Sin embargo, el régimen ‘revolucionario’ firmó con Alemania el asimétrico Tratado de Brest-Litovsk (03.III.1918) Muchos lo entendieron como una innecesaria claudicación ante el Kaiser; otros, aún más desesperados, como el fin de la mortandad y de la hambruna. Es posible que los bolcheviques lo vieran como la vía para centrar al ejército en tareas de ‘orden interno’. Por su parte, los anarquistas se opusieron a entregar al imperialismo alemán la mitad productiva de Rusia argumentando que era posible resistir y vencer al prusiano empleando la guerra de guerrillas. De hecho, el ejército invasor estaba muy debilitado interiormente por la resistencia de la izquierda germana y exteriormente por las victoria de los ‘otros aliados’. Tan debilitado que se rindió diez meses después de Brest-Litovsk, a finales de 1918.
¿Se precipitaron los bolcheviques al rendirse?, ¿pudo en su ánimo el pacifismo humanitario, el cálculo para eliminar a la oposición de izquierdas o ambas visiones? Doctores hay que han perorado sobre estas disyuntivas durante un siglo. No los vamos a contradecir, ni a los tirios ni a los troyanos, pero sí convendría que añadiéramos un hecho a sus sesudeces: está claro que la guerra de guerrillas exige y denota una autonomía multipolar del pueblo armado que no ha gustado nunca a los regímenes centralistas y/o autoritarios.
¿Y si los bolcheviques hubieran firmado ese Tratado con el escondido propósito de utilizar al ejército para eliminar al ‘enemigo interno’?. Sea como fuere, lo único evidente por sí mismo es que, seis semanas después de Brest-Litovsk, Lenin ordenó el exterminio de los círculos anarquistas. Desde la caverna policíaca, encargó la tarea al aristócrata y presidiario polaco F. E. Dzerzhinski, jefe de la infame Che-ká [3] . En las razzias del 12 de abril se llegó a emplear la artillería. Trotsky, organizador del lado militar de la represión, pudo lanzar su famosa frase: ¡Al fin el poder soviético barre de Rusia, con escoba de hierro, al anarquismo! Quince años después, Stalin empleará la misma fórmula contra el trotskismo. Por ello, podríamos decir que, según los anarquistas, la Revolución Soviética duró siete meses y, según los trotskistas, quince años.

La Casa Anarkía

Hace años, flanelando por Edimburgo, R. Zarza descubrió por casualidad (o por serendipity que está de moda) un libro de un académico canadiense sobre arte y anarquía [4] ; en su capítulo IV, Antliff desgrana las vicisitudes del grupo de artistas que, en los primeras semanas de la revolución llamada soviética, okupó en Moscú el palacio del magnate Morozov y lo transformó en la Casa Anarkía, un centro de agitación anarquista, una de cuyas obras más singulares fue la publicación de la revista o periódico semidiario Anarkía (1917-1918) Los hermanos Artieda tradujeron al castellano este capítulo y, hacia el año 2011, la pareja KARZ, publicó un resumen que, hasta la fecha y en el ámbito castellano-hablante, constituye la única referencia que conocemos de la estupenda peripecia de la flor y nata del arte ruso en plena acción revolucionaria -es decir, en abierta discrepancia con el rumbo que la revolución rusa iba adquiriendo en manos de los leninistas-estalinistas [5] .

Para hacernos una primera idea de la importancia de Anarkía (Casa y revista), baste mencionar a unos pocos de los artistas involucrados: Malévich, Rodchenko, Tatlin y Maiacovski, nombres que no necesitan presentación alguna (ver tabla abajo)

Lista (incompleta) de los artistas que formaron parte activa –no paseante- de la Casa Anarkía y/o de la revista homónima:

Artista
Rama artística más conocida
Etiqueta adjudicada
Edad en 1918
Observaciones
Burliuk, David
Pintura, grafismo, publicidad, poesía
futurista
36
Fundador de la Casa del Arte Libre. Nacionalizado estadounidense, murió en Nueva York a los 84 años. Trabajó con su hermano Vladimir
Gan, Alexei
Teatro, pintura
constructivista
25 o quizá 31
Nació en 1893 o en 1887. Fundador del grupo de Teatro Proletario. Asesinado en 1942 en un campo de concentración
Kamenski, Vasili
Poesía, teatro
futurista
34
También fue aviador. Animador del café (ex) Filipov, modelo de reconversión artística y social
Khlebnikov, Velimir
Literatura
suprematista
33
Firmante principal del manifiesto Bofetada al gusto público. Fue hecho prisionero por las tropas blancas de Denikin. Pocos años después, murió de gangrena.
Kliun, Ivan
Pintura, escultura, grafismo
suprematista, constructivista
45
Tras romper con Malévich, dio clases en las escuelas oficiales de arte
Kruchenykh, Alexei
literatura
futurista, suprematista
32
Muy radical, su influencia se extiende hasta los actuales punkies rusos
Lukashin, A.
Pintura

60
Panadero de profesión
Maiakovski, Vladimir
Poesía, teatro, gráfica
individualista
25

Malévich, Kasimir
Pintura
suprematista
40

Morgunov, Aleksei
Pintura
Proto-dadaísta, futurista
34
Convirtió a una cuchara en la insignia del fevralismo
Rodchenko, Alexander
Pintura, escultura, fotografía
constructivista
27
En 1918, esposo de Stepánova
Rozanova, Olga
pintura
suprematista, neoprimitivista, cubofuturista
32
Formó parte de Supremus y trabajó en la aldea Vérbovka (Kiev) Murió de difteria en 1918.
Stepánova, Varvara
Pintura
constructivista, cubofuturista
24
En 1918, esposa de Rodchenko
Tatlin, Vladimir
Escultura, pintura
constructivista
33

Udaltsova, Nadezda
Pintura
no objetiva/objetual, cubofuturista, suprematista
33
Contribuidora habitual de Anarkía. Su segundo marido, A. Drevin, fue fusilado en 1938 y ella condenada al ostracismo
Yakulov, Georgii
Pintura, teatro, ballet, escenografía
simultaneísta, futurista
34
Dirigió la restauración del café exFilippov (Café de los Artistas) Trabajó en Europa con los Ballets Rusos de Diaghilev

Frente a la grosera propaganda que retrata a los anarquistas como dinamiteros y vandálicos destructores, la verdad histórica es justo la contraria: los anarquistas, sea en la Revolución de 1917-1918, sea en la Revolución española de 1936, se caracterizaron por esforzarse heroicamente en la conservación del patrimonio artístico –a fin de cuentas, obra de trabajadores-. Por ello, cuando la Che-ká arrasó el museo en el que habían convertido el antiguo palacio Morozov, los expulsados de la Casa Anarkía alzaron su voz: “Valiosa porcelana, grabados raros y otras piezas de museo fueron destruidas durante la redada del 12 de abril –acto contra el que Rodchenko protestó enérgicamente en su artículo O Muzei Morozova” (Antliff: 74 y KARZ: 70)

Huelga añadir que si los tesoros conservados y expuestos por los asiduos de la Casa Anarkía tuvieron mala suerte, peor aún la padecieron los artistas. Todos se vieron obligados a abandonar sus estilos para entrar en el redil del arte estatal. Todos tuvieron que abjurar de su anarquismo latente o patente. Aun así, muchos sufrieron tortura, deportación, ostracismo y, en bastantes casos, destinos peores –por ejemplo, véanse en la tabla de arriba los casos de Gan y de Udaltsova. Y no fue menor humillación el que su arte, realmente rompedor, fuera sustituido por el arte estatal encarnado paradigmáticamente en un pintor como Iliá Repin, un fabricante de cromos al estilo de su famosa serie “Cosacos zaporogos escribiendo una carta al Sultán Mehmed IV” que pasteleó con la agitación anti-zarista y, escudándose en su ancianianidad, no produjo nada durante la Revolución lo cual no fue obstáculo para que Stalin le encumbrara como modelo del ‘realismo socialista’.

Dentro de la revista Anarkía, nos parece especialmente interesante que, desde comienzos del año 1918, comenzara a incluir la sección Creatividad (Tvorchestvo) cuyos mayores contribuyentes fueron Malevich (más de 20 artículos, a veces firmados como Anti) y Rodchenko (20 artículos, a veces firmados como Aleksandr, aunque quizá también como Anti) En ellos, se discutían no sólo problemas artísticos sino también el papel que el arte debía jugar en la revolución. Estos documentos, claves para la interpretación del papel del anarquismo en la Revolución del 1917 y, en general, para conocer el arte de vanguardia del siglo XX, as far as we know, permanecen inéditos.

Después de Antliif 2007, muy pocos estudiosos han prestado atención a los artistas anarquistas en la revolución de 1917. Entre ellos, destaca la obra de Gurianova [6] ; copiosa obra cuya parte de ponencias y artículos puede consultarse en varios sites electrónicos.


La censura

¿Por qué no es conocida esta parte de la Revolución de 1917 y/o del anarquismo ruso? Probablemente, por la feroz censura que ha padecido y sigue padeciendo. Los culpables de esta ocultación son de distintos pelajes y en distintos grados de olvido y/o negligencia pero se pueden clasificar en tres colectivos:

a)    los historiadores anarquistas clásicos.
b)    hasta nuestros días, los historiadores del arte y del cambio social.
c)    y, por supuesto, los intelectuales leninistas-estalinistas de toda época y sus aliados o compañeros de viaje, los historiadores rutinarios de cualquier filiación política.

Podríamos añadir a los mismos artistas anarquistas pero sería injusto porque, si no dejaron mayor teoría política, sus razones de vida o muerte tuvieron. Es evidente que, si se hubieran mantenido firmes en sus presupuestos anti-autoritarios del 17-18, habrían terminado en Siberia o en el paredón –como, en efecto, les ocurrió a más de uno. Sin embargo, para los arriba firmantes, lo más lamentable es que los intelectuales del primer grupo (Volin, Maximoff, Avrich, ver nota 1), se centran en los acontecimientos y en los aspectos políticos y policíacos de la relación anarquistas-revolución del 1917 por lo que sólo hacen brevísimas alusiones a la Casa Anarkía –cuando no la olvidan por completo [7] .

Ejemplos de la censura: actualmente, las/os artistas enumerados en la anterior Tabla son objeto de infinidad de exposiciones en centros prestigiosos. ¿Huelga añadir que en ellas no se alude nunca al anarquismo que muchos abrazaron en 1917-1918 ni, menos aún, a la Casa Anarkía? Veamos un ramillete ni remotamente exhaustivo de ejemplos ordenados por orden cronológico y reducidos a los celebrados en Madrid:

*Popova y Rodchenko. Definiendo el constructivismo, 350 piezas antes expuestas en la Tate Modern de Londres que se exhibieron en 2009 en el Centro de Arte Reina Sofía. A subrayar que destaca el papel de una artista: Liubov Popova (1889-1924)

*Construir la Revolución, exposición de índole arquitectónica centrada en los años 1915-1935: Centro Caixa Forum (Madrid, 2011)

*La caballería roja. Creación y poder en la Rusia soviética de 1917 a 1945. Propagandeada como “arqueología de la contemporaneidad”, incluyó obras de los activistas de Anarkía y de otros no listados en la citada Tabla como Kandinsky, Chagall y Filónov: Casa Encendida, 2011-2012.

Asimismo, la censura se manifiesta en la exclusión de los anárkicos incluso en libros abundantemente ilustrados con obras suyas. Por ejemplo: El libro ruso de vanguardia, 1910-1934, no menciona la revista Anarkía pese a que reproduce obras realizadas por Kamenski entre los años 1917-1918-1919, haciendo especial referencia al libro que editó en cemento [8] .
 Y, finalmente, pongamos un ejemplo actualmente vivo: la exposición Revolution: Russian Art 1917–1932 (Royal Academy of Arts, Londres, 11.feb-17 abril 2017; ver en https://www.royalacademy.org.uk/exhibition/revolution-russian-art ) parece mantener la tesis de que el arte revolucionario se mantuvo hasta 1932. A nuestro juicio, el miserable propósito –voluntario o involuntario-, de esta exposición es hacernos creer que la revolución artística dentro de la revolución de 1917 duró hasta que Stalin la exterminó físicamente en el año 1932. Lamentablemente, esta exposición puede llegar a marcar la línea ideológica que dominará este Centenario de 1917.

Pero se puede demostrar que la represión llegó mucho antes, concretamente el 12 de abril de 1918 y, obviamente, no la encabezó Stalin sino Lenin y Dzerzhinski. Después de esa nefasta fecha, se mantendría la makhnovina –incluso las guerrillas de Nestor Makhno salvarían a Moscú del Ejército Blanco-, y los marineros de Kronstadt resistieron hasta que Trotsky los aplastó manu militari en 1921. Por ello, algunos podrían pensar que la Revolución rusa terminó en esa última fecha. Se equivocan: la Revolución murió en abril de 1918 aunque su cadáver siguiera descomponiéndose tres años más.

“Amazonas de la vanguardia” y final

En la tabla de arriba, leemos 13 nombres masculinos y sólo tres, femeninos; una clara asimetría que, sin embargo, oculta un hecho fundamental: que ningún relato sobre ninguna revolución estaría completo sin incluir el papel de las mujeres. En el caso de la Revolución rusa de 1917, son pocos los autores que lo han estudiado pero, como era de esperar, Gurianova (ver nota 6) tiene varios ensayos sobre las artistas rusas –anarquistas o no. Por ejemplo, en uno dellos, reseña que Malévich apreciaba las pinturas que Rozanova efectuó en este período; incluso en una ocasión la definió como “la única verdadera suprematista”. Rozanova discutía abiertamente con el Gran Jefe Malévich; éste defendía en la revista Anarkía que "paint is the main thing” mientras que ella sostenía que todo el arte abstracto nacía del "love of color”  [9] .

A los efectos que hoy nos ocupan, no nos interesa la teoría anarquista ni tampoco la elucubración estética. Podríamos añadir que los artistas de Anarkía eran anarquistas básicamente stirnerianos o enredarnos en las diferencias, génesis y parentescos entre las distintas ramas (suprematismo, futurismo, constructivismo, etc.) que defendían pero las hemos dejado en meras etiquetas -dobles, triples y confusas, por cierto-, generalmente adjudicadas por terceros.

Entendemos que, para una epopeya como la de Anarkía, un puñado de artículos y sólo dos libros [uno dedicado a los acontecimientos político-artísticos (Antliff) y otro, especializado en la teoría del arte (Gurianova)], son escandalosamente insuficientes. Por ello, el propósito de este Memorándum para uso de internautas es animar al estudio de esta parte hipercensurada de la Historia y, si pudiera lograrse, re-editar la revista Anarkía o, al menos, su sección Creatividad.


[1] Los arriba firmantes vivimos bajo la férula del santo Google por lo que padecemos un grave problema: no existe un sistema homologado de transcripción del alfabeto cirílico al latino. Por ejemplo, los que hemos simplificado como Anarkía o como Maximoff, pueden encontrarse como Anarkhiia, Anarjiia, Anarkhia, Anarchija, Maximov, etc. Otro inconveniente a tener en cuenta es que el calendario juliano fue adoptado por Rusia a principios de 1918 por lo que, para las fechas anteriores, siempre nos cabrá la duda de si hemos de hacer la corrección cronológica ‘gregoriana’.
[2] Las fuentes básicas para estudiar el anarquismo en la revolución rusa son: los testigos presenciales Volin (Vsévolod Mijailovich Eichenbaum) y G.P. Maximoff. Un autor más reciente pero de mayor difusión es Paul Avrich. Sus obras principales pueden conseguirse en castellano –menos la de Maximoff de la que desconocemos si hay traducción- en pdf en las siguientes signaturas-url:
Avrich, Paul. Kronstadt 1921. Sf. Utopía libertaria, Anarres, Buenos Aires; 246 pp.; ISBN: 987-20875-3-9. Disponible en  http://www.fondation-besnard.org/IMG/pdf/Avrich_Kronstadt_PDF.pdf

Avrich, Paul. 1974 (1ª edición en inglés, 1967) Los anarquistas rusos. Disponible en  https://drive.google.com/file/d/0B3FNcQ5gfi3sWURjX3lSZWZ1Uk0/view  (digitalización de lo editado por Alianza Editorial, Madrid 1974; traducción de la 1ª ed., Princeton 1967)
Maximoff, Gregory Petrovich. 1940. The Guillotine at work. Twenty Years of Terror in Russia (Data and Documents) Globus, Chicago.  Disponible en https://libcom.org/files/Maximoff%20%E2%80%93%20The%20Guillotine%20at%20Work%20%E2%80%93%20Part%201.pdf (1ª parte, 340 pp)

Volin. 1947. La revolución desconocida. Varias traducciones al castellano, entre ellas: Campo abierto, Madrid, 1977; ISBN: 84-400-2551-3 (I vol., 239 pp., y II Vol., 301 pp., ) Edición reducida disponible en http://uni-lliure.ourproject.org/wp-content/uploads/2011/10/La-Revolucion-Desconocida-Volin.pdf
[3] También llamada Vecheka (Всероссийская чрезвычайная комиссия по борьбе с контрреволюцией и саботажем; en caracteres latinos, Vserossíiskaya chrezvicháinaya komíssiya po borbié s kontrrevoliútsiyey i sabotázhem; en castellano, Comisión Extraordinaria de Todas las Rusias del Consejo de Comisarios del Pueblo para la Lucha contra la Contrarrevolución, el Sabotaje y la Especulación; en abreviatura o grafitti, ЧК (Cheká) o ВЧК (Vecheká) Cuatro años después del nefasto año de 1918, pasaría a llamarse GPU, y luego KGB y luego, etc. Entre otros detalles, la Cheka debe su imperecedera (mala) fama a que se especializó en perpetrar ejecuciones públicas en las que desplegaban “una gran creatividad”. En las provincias del norte solían desnudar a los presos y verter sobre ellos agua que, a 30 grados bajo cero, se congelaba rápidamente formando estatuas de hielo vivientes.
[4] Antliff, Allan. 2007. Anarchy and Art. From the Paris Commune to the Fall of the Berlin Wall; Arsenal Pulp Press, Vancouver, Canadá. 218 pp.; ISBN 978-1-55152-218-0 (rústica, pbk) Pdf disponible en http://carbonfarm.us/amap/antliff_anarchyart.pdf
[5] KARZ, ca. 2011, “El periódico Anarjiia y los artistas en la Revolución rusa”, pp. 69-74, en Vacaciones en Polonia, nº 5.

[6] Gurianova [Gourianova], Nina. 2012. The Aesthetics of Anarchy: Art and Ideology in the Early Avant-Garde; University of California Press, ISBN 9780520268760. Lamentablemente, no hemos encontrado en internet su digitalización en pdf.
[7] Por citar sólo a Avrich (1974, op. cit. en nota 2) por ser el más ‘actualizado’ y, quizá, el más leído en castellano, sus alusiones a la Casa y la revista Anárjiia (es su grafía) se reducen a menciones dispersas entre las págs. 183 y 189 en las que nunca encontramos nombres de artistas. También la incluye en dos notas (cf. pág. 291) pero son citas secundarias con Iákolev como fuente.

[8] Este período se describe entre las pp. 106-128; Kamenski et al aparecen en las pp. 107-114. Cf.     Rowell, Margit y Deborah Wye (eds) 2003-2006. El libro ruso de vanguardia, 1910-1934: a partir de la colección en The Museum of Modern Art, New York, donación de la Judith Rothschild Foundation. Nueva York-Madrid. Documenta-Centro de Arte Reina Sofía. 313 pp. ISBN 84-96130-00-2 documenta; 84-8026-190-0 MNCARS. Disponible en https://www.moma.org/d/c/exhibition_catalogues/W1siZiIsIjMwMDMwMTg2NiJdLFsicCIsImVuY292ZXIiLCJ3d3cubW9tYS5vcmcvY2FsZW5kYXIvZXhoaWJpdGlvbnMvMTU1IiwiaHR0cHM6Ly93d3cubW9tYS5vcmcvY2FsZW5kYXIvZXhoaWJpdGlvbnMvMTU1P2xvY2FsZT1lcyIsImkiXV0.pdf?sha=0f5e4926dac80f90

[9] Véase, Gurianova, Nina, “Olga Rozanova”, pp. 213-239 en: John Bowlt y Matthew Drutt (eds.) 2000. Amazons of the Avant-Garde. Alexandra Exter, Natalia Goncharova, Liubov Popova, Olga Rozanova, Varvara Stepanova, and Nadezhda Udaltsova.  Gugengheim Museum, catálogo de la exposición del mismo nombre itinerante entre 1999 y 2001. 372 pp. ISBN 0-89207-225-3. Disponible en https://monoskop.org/images/b/b7/Exter_Goncharova_Popova_Rozanova_Stepanova_Udaltsova_Amazons_of_the_Avant-Garde_low_res.pdf

1 comentario:

  1. Amigo y compañero Antonio Pérez.
    Releo con gran interés tu artículo ensayo que resulta especialmente oportuno en contexto de la magna exposición madrileña DADA RUSO 1914-1924,que está a punto de concluir.

    Comparto tu denuncia de la represión bolchevique a los anarquistas rusos. Ya en un trabajo desde la cárcel de Carabanchel, que envié a Raúl Morodo a muy inicios de los 70 (La burocracia en la URSS)criticaba yo esa injustificable y criminal represión, apoyándome en los escritos de la Goldman y Rosa de Luxemburgo, aunque centrándome en Majno y la caballería negra ucraniana y desde luego en Kronstandt(rechazando la simplificación de Bronstein L.T al respecto).
    Encontré pues mucha sintonía al leer -hace pocos años- el libro Afinidades Revolucionarias ("por una solidaridad entre marxistas y libertarios") de Lowy y Besançenot -ed. mil y una noches- en que se repasaban muy críticamente aquellos pasajes históricos y se glosaba en otro capítulo a Louise Michel mediante una imaginaria carta post morten a aquella gran revolucionaria (además, tan longeva).

    De modo que gracias Pérez por habernos cedido la posibilidad de difundir tu trabajo.
    Salud y Amistad.

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